El front¨®n norte de Europa

Reino Unido se va, pero la vida sigue. El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, abog¨® por superar la marcha con una "refundaci¨®n de Europa". Y la pol¨ªtica fiscal est¨¢ en el coraz¨®n de esa nueva arquitectura. El pasado mes de junio, Macron y la canciller alemana Angela Merkel dieron un impulso renovado a la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria. En la declaraci¨®n final de esa reuni¨®n en Meseberg (Alemania), ambos se compromet¨ªan a avanzar hacia una "aut¨¦ntica uni¨®n econ¨®mica" que debe descansar en tres pilares: la Uni¨®n Bancaria, la integraci¨®n fiscal y una mayor armonizaci¨®n fiscal. Sin embargo, no todos los pa¨ªses comparten la hoja de ruta de Macron.

A la hora de la verdad, el presidente franc¨¦s ha tenido que ir arrastrando a Alemania para ir materializando los compromisos de Meseberg. Se vio obligado a cesiones para que Merkel apoyara la tasa Google. Y todav¨ªa no ha logrado que la canciller respalde ni el fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos ni un seguro de desempleo comunitario. Sin embargo, el eje francoalem¨¢n sac¨® pecho con la propuesta de presupuesto de la zona euro, una pieza clave para dar estabilidad a los pa¨ªses de la moneda ¨²nica ante shocks econ¨®micos y financieros.

Los planes de Macron, sin embargo, se han dado de bruces con los intereses opuestos de un grupo de pa¨ªses bautizados en Bruselas como la Nueva Liga Hanse¨¢tica, en referencia a la federaci¨®n comercial de ciudades n¨®rdicas ¨Cdesde los Pa¨ªses Bajos hasta el B¨¢ltico¡ª que cooperaban entre s¨ª en la Edad Media. Hoy son un grupo de ocho pa¨ªses que en los debates p¨²blicos lidera Holanda y que tambi¨¦n integran Dinamarca, Estonia, Finlandia, Irlanda, Letonia, Lituania y Suecia.

La principal bandera que ondea ese grupo es la disciplina fiscal. Los hanse¨¢ticos proclaman que los pa¨ªses deben llevar a rajatabla sus cuentas p¨²blicas para no apartarse del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, ejecutar reformas estructurales y construir colchones fiscales en tiempos de vacas gordas para afrontar crisis econ¨®micas. Por ello, rechazan cualquier mecanismo de estabilizaci¨®n a nivel comunitario al considerar que un sistema de transferencias no aporta valor a sus ciudadanos y, en cambio, conlleva el "riesgo moral" de que se desincentiven las reformas de los pa¨ªses receptores.

Los planes de Macron se han dado de bruces con la denominada Nueva Liga Hanse¨¢tica

Cruce de acusaciones

La configuraci¨®n de ese frente ha irritado a quienes ven entorpecidas por sus noes sus aspiraciones de una mayor integraci¨®n. El titular franc¨¦s de Finanzas, Bruno Le Maire, les acus¨® de debilitar Europa con su alianza. La ministra espa?ola Nadia Calvi?o dijo no ser partidaria de crear clubes y record¨® que muchos de esos pa¨ªses no estaban en la zona euro y que sus derechos de voto eran muy reducidos. Fuentes diplom¨¢ticas explican que no siempre les gu¨ªan los mismos intereses: a Irlanda le preocupan m¨¢s las cuestiones tributarias (bloque¨® la tasa Google), mientras que Holanda y Finlandia est¨¢n m¨¢s ocupados con la estabilidad fiscal. Algunos ministros sostienen que quieren ocupar el lugar que deja Reino Unido, mientras que otros los acusan de hacerle el trabajo sucio a Alemania. En cualquier caso, han bloqueado decisiones fiscales que requer¨ªan unanimidad. Y a punto estuvieron de hacer descarrilar tambi¨¦n el presupuesto de la zona euro.

En el ¨²ltimo Eurogrupo, el ministro holand¨¦s, Wopke Hoekstra, se neg¨® a que las conclusiones de la reuni¨®n de los ministros de Finanzas recogieran la intenci¨®n de crear un presupuesto de la zona euro que tuviera una funci¨®n "estabilizadora". En plena crisis de los chalecos amarillos, sin embargo, Le Maire decidi¨® plantarse. Volvi¨® de Par¨ªs, adonde hab¨ªa acudido a una reuni¨®n urgente, y plant¨® cara en una reuni¨®n en la que ambos amenazaron con levantarse de la mesa y que estuvo a punto de ser cancelada, dejando en el aire el resto de reformas. La negociaci¨®n dur¨® m¨¢s de 18 horas. Algunos ministros, cuentan fuentes diplom¨¢ticas, incluso se fueron a dormir y dejaron a sus secretarios de Estado. A altas horas la madrugada se form¨® un grupo negociador formado por el presidente del Eurogrupo, M¨¢rio Centeno y representantes de Francia, Alemania, Holanda, Italia y Espa?a. Centeno, junto a Olaf Scholz y Nadia Calvi?o, mediaron para hallar un texto que pudiera resultar aceptable por todos.

Esa escena amenaza con repetirse de nuevo cuando, a partir de enero, los ministros acudan al Eurogrupo con el nuevo documento del presupuesto de la zona euro. La discusi¨®n ya ha arrancado a nivel acad¨¦mico. En el portal del Center for Economic Policy Research, un grupo de cuatro miembros del gobierno holand¨¦s ¡ªentre ellos Michel Heijdra, del Tesoro holand¨¦s¡ª public¨® un art¨ªculo en el que defend¨ªan que el equilibrio de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria no requiere de una "capacidad fiscal central", sino que basta con fortalecer los canales financieros y construir colchones fiscales para que los d¨¦ficits no se disparen cuando entren en funcionamiento los estabilizadores autom¨¢ticos nacionales. Ese documento fue contestado por otro firmado por el director general de Asuntos Econ¨®micos y Financieros de la Comisi¨®n, Mario Buti. En ¨¦l, responde que la funci¨®n de absorci¨®n de los shocks de una uni¨®n financiera depende de la existencia de una "capacidad fiscal central cre¨ªble y efectiva". El debate hasta primavera, cuando deber¨ªan acabar los trabajos para dise?ar ese instrumento, se prev¨¦ duro y apasionante.