La quimera del lujo
Es muy probable que el turismo de masas sea menos intenso en 2019
La historia del turismo espa?ol podr¨ªa resumirse en un aumento constante de los turistas de sol y playa, causa eficiente de la conversi¨®n del litoral en una interminable l¨ªnea de asfalto, y la pretensi¨®n verbal de aumentar la calidad de los visitantes. Turismo de masas real frente a turismo de calidad ¡°so?ado¡±. Enti¨¦ndase que en Espa?a siempre ha existido un turismo de calidad, pero tan minoritario que no sostiene por s¨ª mismo el mercado. La preeminencia (arrolladora) del turismo de sol y playa explica la debilidad de la estructura empresarial del sector en Espa?a; empresas peque?as, suministradoras de empleos precarios y mal pagados y que, por regla general, tienen una gran mortalidad, aunque, eso s¨ª, mientras sobreviven lo hacen externalizando sus costes (ruido, contaminaci¨®n, hacinamiento, colapso de infraestructuras) al entorno urbano.
La transformaci¨®n, siquiera parcial, del turismo de sol y playa en turismo de calidad exige, como poco, un gran esfuerzo inversor. Los ingresos que se acumulan por menudeo en el primero, sin necesidad perentoria de una gran inversi¨®n inicial, son dif¨ªciles de extraer en el segundo, porque el n¨²mero de clientes es inferior y porque el inmovilizado es m¨¢s caro. El problema es que llega un momento en el que la excelente calidad media de los alojamientos espa?oles ya no puede satisfacer una demanda que se ha masificado por los ingresos m¨¢s bajos, porque el orden de precios es demasiado alto para seg¨²n qu¨¦ turismo de aluvi¨®n. Es entonces cuando aparece Airbnb. Y tambi¨¦n hay una presi¨®n de la oferta de turismo de lujo, a veces fundada en expectativas, que obliga a pensar en inversiones para el visitante de lujo. Y en esas estamos.
Es muy probable que el turismo de masas sea menos intenso en 2019. Las causas son bien conocidas y la principal es que varios pa¨ªses mediterr¨¢neos que compiten con Espa?a est¨¢n de vuelta en el mercado despu¨¦s de superar problemas que van desde la inestabilidad pol¨ªtica a conflictos religiosos. Esta circunstancia puede indicar el momento oportuno para lanzar el mercado de turismo de calidad. Quiz¨¢ s¨®lo sea una coincidencia, pero lo cierto es que en la actualidad est¨¢n en construcci¨®n 15 proyectos de hoteles de gran lujo en Espa?a, que se unir¨¢n a los 75 ya en funcionamiento. Las insignias de este movimiento ser¨¢n la puesta en funcionamiento en 2019 del primer Four Seasons en Madrid y el desembarco de la cadena Mandarin. No hay que despreciar el efecto de los proyectos de lujo como indicador de una demanda de turismo de m¨¢s calidad y, por lo tanto, con una aportaci¨®n mayor a la econom¨ªa.
Los precios tienen que subir en el segmento de la oferta m¨¢s cualificada. Ahora bien, el turismo de calidad tiene un efecto sociourban¨ªstico muy interesante: su ampliaci¨®n contribuye a descongestionar zonas urbanas abrumadas por la presencia de un turismo masivo o de baja calidad; reduce el porcentaje de negocios d¨¦biles u oportunistas y constituye por s¨ª mismo un factor de estabilizaci¨®n del empleo en su actividad. Estas ventajas eran evidentes cuando estall¨® el boom tur¨ªstico en los a?os sesenta, pero las condiciones de inversi¨®n y de financiaci¨®n produjeron un modelo cuyos beneficios son evidentes pero cuyos costes se hacen m¨¢s onerosos cada d¨ªa.
En s¨ªntesis, podr¨ªa decirse que el turismo de alto standing es el mejor ant¨ªdoto contra la llamada turismofobia, que a su vez es una reacci¨®n de hartazgo ante los costes que los ciudadanos tienen que pagar por la concentraci¨®n de visitantes en zonas sin las infraestructuras adecuadas.
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