La venganza del capitalismo clientelar
La CNMC desmuestra cada vez con mayor claridad que no es capaz de hacer su trabajo, algo que no detectan los ciudadanos
Hasta en las instituciones corruptas e incompetentes hay trabajadores leales y abnegados que tratan de servir al inter¨¦s p¨²blico. Desgraciadamente, los corruptos a menudo ganan, y los que luchan por hacer las cosas bien pagan por ello con su empleo o siendo difamados. Les voy a contar tres de estas historias, que tienen lugar en el regulador m¨¢s importante, responsable de la competencia en todos los mercados, desde los bancos a los seguros, pasando por las telecomunicaciones, el ferrocarril, la electricidad, el gas o la leche: la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia, la CNMC.
La CNMC naci¨® con un enorme vicio de origen: fue creada por el Gobierno del PP en 2012 para eliminar a la instituci¨®n anterior, que hab¨ªa conseguido independencia y prestigio. Demuestra cada vez con mayor claridad que no es capaz de hacer su trabajo. Este grave problema, lamentablemente, pasa por debajo del r¨¢dar de los espa?oles. Al contrario que otras agencias supuestamente independientes pero brutalmente manipuladas, como por ejemplo el CIS, las chapuzas, errores y corruptelas a las que nos ha acostumbrado la CNMC son desconocidas por la opini¨®n p¨²blica, en parte por el trabajo de su (esa s¨ª, muy competente) ¨¢rea de comunicaci¨®n y en parte, quiz¨¢s, porque sus errores y manipulaciones, al contrario que los del CIS, tienen una naturaleza eminentemente t¨¦cnica.
No voy a detallar todas las instancias de la demencial torpeza de la CNMC, que salen en la prensa salm¨®n de forma habitual; sirven algunos casos sangrantes. Los expedientes caducan por pasarse de plazo (18 empresas beneficiadas solo en diciembre de 2018). La pobre construcci¨®n jur¨ªdica de las resoluciones lleva a que las multas se anulen de forma habitual. Por ejemplo, fue anulada una multa de 61 millones de euros a la patronal de las el¨¦ctricas o una de 22 millones a Repsol por manipulaci¨®n de precios. Los tribunales confirman las resoluciones formales y anulan casi todas las sustantivas. Por otro lado, cuando no se anulan, las multas son irrisorias a veces porque se imponen por el ¨¢rea de regulaci¨®n, con una normativa mucho m¨¢s ben¨¦vola para los lobbies.
Todo esto, puede sonar muy t¨¦cnico, pero importa, y mucho, a los consumidores. Perm¨ªtanme dos ejemplos concretos. La CNMC ha acreditado que Endesa enga?a a sus consumidores y les cambia de contrato sin su permiso para subirles la factura de la luz. La multa, 30.000 euros en cada uno de los cuatro casos implicados, es tan irrisoria que incita a seguir enga?ando a los clientes. Si se hubiera multado a Endesa por abuso de posici¨®n de dominio (que es lo que estaba haciendo) podr¨ªa haber tenido que pagar el 10% de su cifra de negocio.
Otro ejemplo: la CNMC sancion¨® a Iberdrola por cerrar sus centrales en diciembre, en momentos de m¨¢xima demanda para hacer subir los precios. La multa, 23 millones de euros, parece alta si uno no conoce el beneficio que recibi¨® Iberdrola de esta manipulaci¨®n: 21 millones, con perjuicio al consumidor de 105 millones de euros.
Robe usted 20 millones. Si le pillamos, la pena ser¨¢ dur¨ªsima: le obligaremos, quiz¨¢, a devolverlo dentro de a?os. Muy disuasorio.
La relaci¨®n de la CNMC con las administraciones es de sumisi¨®n: no impugna normas nocivas para la sociedad, ni se publican estudios ya realizados, por razones ajenas a la competencia (universidades, generaci¨®n el¨¦ctrica¡). Se producen todo tipo de relaciones no p¨²blicas con administraciones que aceleran o frenan la realizaci¨®n o publicaci¨®n de informes o decisiones de impugnaci¨®n.
El funcionamiento del Consejo de la CNMC es todo menos profesional. Los miembros son, en muchos casos, directamente representantes de sus partidos. Recuerdan quiz¨¢s el famoso caso Torremocha, consejero que, al ¡°estilo Tezanos¡±, permaneci¨® en la ejecutiva del PP, con obligaci¨®n de obediencia al partido, en evidente violaci¨®n de la ley y de cualquier norma ¨¦tica. Hay tambi¨¦n un consejero ¡°de PDeCat¡±, apoderado de empresa familiar, sin conocimiento alguno de competencia (y con el nombramiento expirado hace a?o y medio), y otro que, aunque casado con la actual ministra socialista de energ¨ªa no ve problema alguno en participar en las resoluciones y decisiones concernientes al departamento de su esposa o participar en la fundaci¨®n de lobbies de la energ¨ªa.
Varias personas han tratado de hacer de la CNMC un ¨®rgano valiente e independiente que genere ventaja para los contribuyentes. Sus destinos nos dicen todo lo que hace falta saber sobre este organismo. El que fue director de promoci¨®n, Antonio Maudes, se caracteriz¨® por su extraordinaria actividad en sectores fundamentales para incrementar el bienestar de la ciudadan¨ªa y potenciar crecimiento econ¨®mico. Su voluntad de realizar estudios e informes sobre normas en materias cruciales, sin dejarse afectar por las presiones de determinados lobbies o administraciones, le granje¨® la enemistad del consejo. Atac¨® restricciones a la competencia en sectores como la contrataci¨®n p¨²blica, el mal uso de las encomiendas de gesti¨®n, el mercado mayorista de carburantes, las farmacias o los colegios profesionales. La manipulaci¨®n de su trabajo le llev¨® a dimitir.
La segunda persona no dimiti¨®, sino que fue directamente despedida: Mateo Silos, un brillante economista independiente. Conocen su trabajo si han visto un gr¨¢fico comparando el retorno de una inversi¨®n en licencia de taxi frente al Ibex 35 desde 2001 (el taxi, mucho m¨¢s rentable). Silos alert¨®, primero internamente, sobre la bajada injustificada del nivel de las sanciones y el empleo de metodolog¨ªas inadecuadas, sin base econ¨®mica para el an¨¢lisis. Tras ser despedido, fue contratado por el regulador del agua del Reino Unido por concurso abierto a economistas de todo el mundo.
El tercer caso es la antigua presidenta de la autoridad vasca de la competencia, Maria Pilar Canedo (cuyo nombramiento propuse al ministro de Econom¨ªa por su prestigio y su trabajo independiente en el Pa¨ªs Vasco). En la CNMC, Canedo mostr¨® su independencia r¨¢pidamente con cinco votos particulares y un duro esfuerzo por subir las multas, votando en contra de la f¨®rmula de c¨¢lculo en todos los casos. Ella no ha tenido (a¨²n) que irse a vivir a miles de kil¨®metros de Madrid. Pero su dram¨¢tico caso muestra hasta donde llega el capitalismo clientelar para protegerse.
Solicit¨® y recibi¨® permiso de la CNMC para compatibilizar la docencia e investigaci¨®n con su trabajo de consejera. Realiz¨® un contrato sin sueldo con la universidad y se lo notific¨® a la Oficina de Conflicto de Intereses (OCI) dependiente del Ministerio de Hacienda. Cuando le notificaron que era incompatible dej¨® de dar clases. A pesar de ello la OCI le abri¨® un expediente que caduc¨®. Incre¨ªblemente, la oficina, notable por su tolerancia con las verdaderas corruptelas de los pol¨ªticos, vuelve a abrir el expediente y este enero lo resolvi¨® proponiendo infracci¨®n muy grave. La nota del ministerio, claro, no dice que las clases se daban sin sueldo, ni que Canedo hab¨ªa pedido, y recibido, autorizaci¨®n de control interno de la CNMC.
Este es el destino de los que intentan mejorar nuestro pa¨ªs. Si queremos unas instituciones que funcionen, tendremos que trabajar por ellas. No podemos seguir dejando que ganen los que quieren seguir as¨ª.
Luis Garicano es Profesor de IE Business School y Responsable de Econom¨ªa y Empleo de Ciudadanos.
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