La tentaci¨®n del pr¨¦stamo
Sorprende el fuerte crecimiento del cr¨¦dito al consumo si se recuerda el origen de la ¨²ltima crisis
En los ¨²ltimos meses los ciudadanos est¨¢n siendo bombardeados por todos los medios (correos electr¨®nicos, llamadas telef¨®nicas, cajeros autom¨¢ticos) con sorprendentes ofertas de dinero. Pr¨¦stamos preconcedidos, r¨¢pidos e inmediatos o aplazamientos de los recibos en varias cuotas. Parece que los bancos no saben qu¨¦ hacer con el dinero.
Es sospechoso este cambio de papeles. Ya no es el particular el que va a una entidad financiera a solicitar un pr¨¦stamo que le exige determinadas condiciones. Ahora el banco tiene m¨¢s necesidad de prestar dinero que el ciudadano de solicitarlo.
Este ins¨®lito comportamiento del sector financiero tiene varios efectos. En primer lugar, el ciudadano se encuentra ante la dif¨ªcil tentaci¨®n de endeudarse sin necesidad real alguna. Hay que considerar que se trata de pr¨¦stamos muy caros en el contexto europeo. En junio de 2018, el tipo medio de los cr¨¦ditos al consumo en Espa?a fue del 7,8% frente al 4,9% de la zona euro, seg¨²n el supervisor. Una diferencia tan abultada es dif¨ªcil de justificar en una uni¨®n monetaria en la que todos los bancos se rigen por el mismo precio oficial del dinero, actualmente al 0%, y del eur¨ªbor, que se encuentra en tasas negativas.
Estas diferencias de precios explican el fuerte crecimiento del cr¨¦dito al consumo. Entre 2015 y 2018 este segmento del cr¨¦dito aument¨® un 40% y el destinado a la adquisici¨®n de bienes duraderos, un 70%. Sin embargo, el volumen total de cr¨¦dito sigue descendiendo sin cesar desde 2010, hasta los 1,2 billones de euros del pasado septiembre. Igualmente, el destinado a actividades productivas se reduce continuamente desde 2008, hasta 549.891 millones. Por el contrario, el cr¨¦dito al consumo no ha cesado de crecer hasta un r¨¦cord de 85.921 millones. Este dispar comportamiento del cr¨¦dito ofrece una imagen inquietante del modelo de crecimiento econ¨®mico.
En segundo lugar, se trata de una oferta de dinero, no de bienes de consumo como pueden ser coches, lavadoras u otros productos. Los bancos ofrecen un dinero que no es suyo y del que solo son administradores. Sorprenden tantas facilidades si recordamos los or¨ªgenes de la ¨²ltima crisis. El informe de la Comisi¨®n Nacional sobre la crisis financiera en Estados Unidos destaca ¡°el fracaso de la Reserva Federal y otros reguladores en controlar el pr¨¦stamo irresponsable¡±. Tambi¨¦n el llamado informe Liikanen sobre la banca en la UE reconoce que ¡°la crisis financiera fue causada, al menos en parte, por las pr¨¢cticas crediticias irresponsables¡±. Aunque ¨²ltimamente los criterios de aprobaci¨®n de cr¨¦dito se ¡°endurecieron ligeramente¡±, seg¨²n el supervisor, la oferta de dinero sigue a tope.
El Banco de Espa?a ha se?alado que ¡°crecimientos muy r¨¢pidos del cr¨¦dito siempre van asociados, m¨¢s tarde o m¨¢s temprano, a aumentos del riesgo y la morosidad, lo que deber¨ªa llevar a las entidades a analizar con cuidado la sostenibilidad de dichas tasas de aumento de cr¨¦dito y su encaje en el perfil de riesgo deseado¡±. Una advertencia muy insuficiente para los tiempos que corren.
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