10 a?os de la PAH
El acceso a la vivienda se ha convertido en un problema universal, pero en Espa?a es explosivo
Montse es una madre separada, con dos hijas estudiantes, que el pasado lunes fue a la asamblea de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Barcelona para agradecer a sus compa?eros el apoyo recibido hasta lograr un alquiler de 395 euros al mes. La mujer, echa un mar de l¨¢grimas, detall¨® todas las iniciativas realizadas para lograr la rebaja de los 1.100 euros que le exig¨ªan. Pocos d¨ªas despu¨¦s en la localidad madrile?a de Parla, Patricia, madre de un hijo de 11 a?os, consigui¨® paralizar la expulsi¨®n de su casa, gracias a un dictamen del Comit¨¦ de Derechos Econ¨®micos y Sociales de Naciones Unidas y el apoyo de sus compa?eros de la PAH.
No son hechos aislados. Es la Espa?a real que registra centenares de episodios semejantes a diario. Ya vamos por once a?os crisis y postcrisis y el ritmo de desahucios se mantiene en torno a los 60.000 anuales. Para ser exactos 60.754 en 2017 y 44.313 en los nueve primeros meses del pasado a?o, seg¨²n el Consejo General del Poder Judicial. Otros miles de expulsiones silenciosas se producen al margen de los juzgados por subidas imposibles de alquileres.
El pr¨®ximo d¨ªa 22 se cumplir¨¢ el d¨¦cimo aniversario de la constituci¨®n de la PAH, un movimiento que ha sido la ¨²nica tabla de salvaci¨®n para miles de familias. A pesar de sus esfuerzos, el drama por la escasez y carest¨ªa de la vivienda sigue ah¨ª. Es f¨¢cil imaginar qu¨¦ habr¨ªa sido de decenas de miles de personas sin el amparo y el apoyo de las plataformas de la PAH y entidades similares como el Sindicato de Inquilinos y sindicatos de barrio. Sin ellas habr¨ªamos asistido a una crisis humanitaria m¨¢s grave, con m¨¢s suicidios y da?os irreversibles.
Junto a las acciones de ayuda inmediata, como impedir desahucios y proporcionar 2.500 viviendas, las plataformas realizan un trabajo menos visible pero de gran calado. Han puesto la vivienda en el centro del debate social, tomando como referencia el derecho europeo y los pronunciamientos de Naciones Unidas. Las acciones de las plataformas han concienciado a abogados y jueces que han elevado el derecho a la vivienda tras obtener decisivas sentencias del Tribunal de Justicia de la UE. Los impulsos del movimiento se reflejan en la batalla por la limitaci¨®n de los alquileres en el Congreso o en la exigencia de un 30% de vivienda social en el Ayuntamiento de Barcelona. Los objetivos de la PAH son el referente esencial de derecho a la vivienda. No son utop¨ªas.
En su libro En defensa de la vivienda, David Madden y Peter Marcuse demuestran que ¡°el objetivo del derecho universal a la vivienda no es una fantas¨ªa sectaria¡±. Recuerdan que en las constituciones de 69 pa¨ªses, se reconoce que ¡°el Estado tiene la responsabilidad de proveer viviendas adecuadas para la ciudadan¨ªa¡±. No es s¨®lo una reivindicaci¨®n jur¨ªdica. Para estos autores ¡°un aut¨¦ntico derecho a la vivienda debe adoptar la forma de un esfuerzo continuo por la democratizaci¨®n y desmercantilizaci¨®n de la vivienda¡±. Es un problema universal, pero en Espa?a es explosivo.
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