Dudas sobre la fortaleza de la banca turca
El Gobierno inyecta 4.400 millones de euros en las entidades p¨²blicas para evitar una crisis
El pasado 10 de abril, Berat Albayrak, ministro de Finanzas de Turqu¨ªa y yerno del todopoderoso presidente Erdogan, ten¨ªa una cita hist¨®rica con los mercados. Con los mismos mercados que piden respuestas r¨¢pidas y juzgan con la severidad de un sheriff del Far West. La ¨²ltima vez que Albayrak present¨® sus propuestas, en agosto, fue un fiasco: sudando la gota gorda ante las c¨¢maras y en medio de las amenazas que se cruzaban su suegro y Donald Trump, nadie las consider¨® cre¨ªbles. Faltaba concreci¨®n, no se ve¨ªa voluntad pol¨ªtica, el plan no cuadraba: la lira se hundi¨® un 30% en 2018, la econom¨ªa se contrajo un 3% en el ¨²ltimo trimestre del a?o pasado, la inflaci¨®n se ha disparado al 20% y tambi¨¦n el n¨²mero de empresas en bancarrota. As¨ª que el 10 de abril, las expectativas eran altas. Y esta vez la cosa fue mejor.
Albayrak propuso algunas medidas concretas, ortodoxia de la que le gusta a los inversores, promesas para alejarse del populismo financiero que en los ¨²ltimos a?os ha inflado la econom¨ªa turca, azuzada por la burbuja del ladrillo. "Este proceso de cambios y reformas continuar¨¢, de manera decidida, durante los pr¨®ximos cuatro a?os. El primer paso ser¨¢ reforzar los bancos del Estado", dijo Albayrak. El Gobierno inyectar¨¢ 28.000 millones de liras (unos 4.400 millones de euros) en las tres entidades financieras p¨²blicas: Vakifbank, Ziraat y Halkbank. Igualmente, anunci¨® una reforma fiscal que limitar¨¢ las exenciones, reducir¨¢ el impuesto de sociedades y har¨¢ que "los grupos de mayor renta paguen unos impuestos justos", as¨ª como una reforma del sistema de pensiones para hacerlo sostenible y fomentar el ahorro.
"Va por el buen camino. Podr¨ªa ser un buen plan, pero es demasiado pronto para decirlo. La pol¨ªtica econ¨®mica de Turqu¨ªa est¨¢ atrapada entre los dirigentes del AKP [el partido islamista gobernante] y los tecn¨®cratas del Ministerio de Finanzas y del Banco Central", sostiene Paul McNamara, director de inversiones del fondo GAM.
La crisis de la lira ha afectado a las empresas en dos sentidos: al hundirse la cotizaci¨®n, ha encarecido las importaciones, elevando los precios de producci¨®n; y ha dificultado la devoluci¨®n de los pr¨¦stamos adquiridos en otras divisas por las compa?¨ªas en ¨¦poca de bonanza. La deuda externa de las empresas super¨® en enero los 275.000 millones de euros, el 40% del PIB. Y seg¨²n Bloomberg, las grandes firmas han pedido rees?tructurar cr¨¦ditos por valor de unos 25.000 millones de euros.
Esos problemas empiezan a reflejarse en los balances de la banca. El porcentaje de pr¨¦stamos morosos ha pasado, en un a?o, del 2,92% al 4,11%, y el Banco Central de Turqu¨ªa estima que en 2019 subir¨¢ al 6%. El dato m¨¢s preocupante es, con todo, el de los pr¨¦stamos en el pelda?o previo a la situaci¨®n de morosidad, que abarca a otro 11%. "Ah¨ª est¨¢ la cuesti¨®n principal. Este segmento ha crecido bastante. Lo que no sabemos es si los bancos turcos est¨¢n facilitando refinanciaci¨®n a las empresas para evitar que entren en la fase de mora, algo que tambi¨¦n se hizo en Espa?a y que, dependiendo de la compa?¨ªa, no es una mala medida. Si es el caso, habr¨ªa que ver si est¨¢n discriminando bien entre empresas con cierto futuro o no", explica el representante de un banco europeo en el pa¨ªs. "Los bancos turcos est¨¢n bien capitalizados y, si fuera necesario, podr¨ªan aplicar beneficios a las reservas de capital. Siguen siendo rentables, menos que antes, pero dan beneficios".
No en vano, otras de las medidas de Albayrak son limitar el reparto de dividendos y bonus durante el periodo de ajuste y elevar la capitalizaci¨®n de los bancos privados. Actualmente, el ratio de capital que tienen para hacer frente a posibles quiebras o problemas de solvencia est¨¢ en el 16% de media, superior al de muchas entidades europeas (en Espa?a, la media es del 11,3%), pero que puede ser insuficiente ante una cadena de quiebras empresariales.
Garanti, el tercero del pa¨ªs por activos y la mayor inversi¨®n espa?ola en Turqu¨ªa (el 49,85% es de BBVA), presenta, en cuanto a capitalizaci¨®n, unos datos similares a la media del sector, aunque ligeramente superior es su tasa de morosidad (5,3%), si bien ha seguido dando beneficios: 6.707 millones de liras el a?o pasado.
"No me preocupan los bancos privados sino los p¨²blicos, porque est¨¢n siendo usados como una herramienta pol¨ªtica", subraya McNamara. Bajo la presi¨®n del Gobierno por mantener la ilusi¨®n del crecimiento, los prestamistas p¨²blicos ofrecen pr¨¦stamos por debajo del precio del dinero establecido por el Banco Central: entre cuatro y seis puntos menos que el 24% al que est¨¢ la tasa de inter¨¦s de referencia, y mucho m¨¢s baratos que sus competidores privados (entre el 26% y el 35% anual). No extra?a pues que en enero y febrero las entidades p¨²blicas hayan sufrido una ca¨ªda del 76% en sus beneficios. Lo que s¨ª escama al experto es que, en sus informes, los bancos p¨²blicos aseguren tener menos cr¨¦ditos dudosos que los privados. "O bien est¨¢n falseando las estad¨ªsticas, o est¨¢n prestando a los morosos para refinanciar sus deudas".
Peor escenario
Aunque, seg¨²n Timothy Ash, del fondo de inversi¨®n BlueBay, "incluso en el peor de los escenarios, con un 20% de cr¨¦ditos en mora, es improbable que esto termine en una crisis de deuda soberana, a menos que la lira se salga fuera de control". Esa es la clave, la falta de confianza en la moneda. Los dep¨®sitos en moneda extranjera, oro y otros metales alcanzaron un nuevo r¨¦cord en marzo, y ya suponen el 30% del total. "Los turcos siguen cambiando sus ahorros a otras divisas. Esto sugiere que conf¨ªan en los bancos, pero no en su moneda o sus gobernantes. Hay una crisis de confianza y credibilidad", dice Ash: "El programa de Albayrak tiene que cambiar ese sentimiento o la lira seguir¨¢ sufriendo".
El segundo round en esta batalla de la confianza tuvo lugar el pasado d¨ªa 11. Albayrak y el gobernador del Banco Central se reunieron con m¨¢s de 400 inversores para explicar los detalles de su plan. Pero los asistentes no salieron contentos. Se necesita m¨¢s para restaurar la credibilidad de Turqu¨ªa, dijeron. La respuesta del Gobierno turco fue acusar a los medios de "manipular" a la opini¨®n p¨²blica y da?ar a la econom¨ªa del pa¨ªs. Tres d¨ªas m¨¢s tarde, el economista Mustafa S?nmez, muy cr¨ªtico con el Gobierno, fue detenido durante unas horas acusado de "insultar al presidente".
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