China versus EE UU
China seguir¨¢ prepar¨¢ndose para el liderazgo mundial, sin prisa pero sin pausa
En 1945 Berl¨ªn se parti¨® en dos con un muro que representaba la Guerra Fr¨ªa y una geopol¨ªtica bipolar. EE UU pact¨® con los chinos retirarse de Asia si dejaban de apoyar a Rusia. Y Rusia ten¨ªa un sistema de planificaci¨®n econ¨®mica que fue mucho m¨¢s ineficiente que el sistema de econom¨ªa de mercado de occidente. En 1989 el muro de Berl¨ªn cay¨®, la Uni¨®n Sovi¨¦tica se desintegr¨® y el mundo entr¨® en una geopol¨ªtica multipolar y multicultural liderada por EE UU.
En 1980 China abandon¨® el sistema de planificaci¨®n y transit¨® a la econom¨ªa de mercado. Pero mantuvo una intervenci¨®n del Estado fuerte en planificaci¨®n a largo plazo, especialmente en educaci¨®n, ciencia y desarrollo tecnol¨®gico. Y en el sistema bancario tambi¨¦n para financiar los planes de largo plazo. En 1980 EE UU era la principal potencia econ¨®mica con m¨¢s del 20% del PIB mundial, diez veces el tama?o de China, y una renta por habitante cuarenta veces superior a la del drag¨®n asi¨¢tico.
China se convirti¨® en la f¨¢brica del mundo aprovechando sus salarios bajos. Hoy China tiene el mayor PIB mundial y exporta tecnolog¨ªa. Trump comenz¨® la guerra comercial poniendo aranceles al acero para proteger a sus votantes de Michigan. Pero acaba de aprobar una ley de emergencia nacional para prohibir contratar con Huawei que es el l¨ªder mundial en tecnolog¨ªa 5G y vende m¨®viles con m¨¢s tecnolog¨ªa que Apple y un 30% m¨¢s barato.
Como nos ense?¨® Henry Kissinger, los chinos son muy h¨¢biles en la diplomacia y nunca tienen prisa. Donald Trump es hiperactivo y tras tres a?os de guerra est¨¢ exhausto. La pasada semana, Trump quiso llegar a un acuerdo, pero China se neg¨®. EE UU exig¨ªa condiciones que supon¨ªan cambiar el modelo de capitalismo de Estado y los chinos no est¨¢n dispuestos.
Xi Jinping, presidente chino, no tiene prisa. Sabe que Trump se juega su reelecci¨®n dentro de un a?o. Sabe que la recesi¨®n en EE UU est¨¢ pr¨®xima y la sociedad americana no la espera. Sabe que si la Reserva Federal baja los tipos de inter¨¦s, Trump tendr¨¢ serios problemas para financiar su elevada deuda p¨²blica y China es el principal tenedor de bonos americanos tras la FED. Sabe que hay una burbuja brutal en las Bolsas de EE UU y que el pinchazo amplificar¨¢ los efectos de la recesi¨®n sobre la tasa de paro. Sabe que la burbuja se concentra en empresas tecnol¨®gicas y afectar¨¢ significativamente al capital riesgo, frenando en seco la innovaci¨®n en el pr¨®ximo lustro.
Sabe que, para ser presidente, Trump parti¨® en dos a la sociedad americana y cuestion¨® la democracia liberal. Si llega la recesi¨®n es probable que Trump no sea reelegido. Y, si lo es, ser¨¢ v¨ªctima de su suicida estrategia. Y sabe que Europa tiene un problema de identidad y de liderazgo y ni est¨¢ ni se la espera.
China sigue teniendo cientos de millones de pobres, graves problemas de desigualdad y el sistema bancario vulnerable. Pero seguir¨¢ invirtiendo en capital humano, en tecnolog¨ªa y en defensa y prepar¨¢ndose para el liderazgo mundial, sin prisa pero sin pausa.
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