La revoluci¨®n contra la subida del alquiler cobra cuerpo en Berl¨ªn
La capital alemana acuerda poner tope a las rentas durante cinco a?os para garantizar el acceso a la vivienda
Unas lonas cubren los andamios de un complejo de edificios al norte de Berl¨ªn. Ocultan la renovaci¨®n de un complejo de 250 viviendas de los a?os treinta, demasiado costosa para algunos inquilinos, cuyas rentas se disparar¨ªan. Sebastian Roos ha optado por librar la batalla en los tribunales y en las calles, pidiendo una soluci¨®n contra lo que considera una subida desorbitada de los alquileres. Roos no est¨¢ solo. Los carteles contra ¡°la locura del alquiler¡± y llamando a la movilizaci¨®n ciudadana cuelgan desde hace meses por todo Berl¨ªn. La presi¨®n social que exige viviendas asequibles arrecia y los pol¨ªticos berlineses han terminado por mover ficha.
El Gobierno de la capital alemana ha anunciado que congelar¨¢ los alquileres durante cinco a?os. ¡°La vivienda es una necesidad b¨¢sica [¡]. Con la nueva ley queremos poner freno al serio incremento de los ¨²ltimos a?os y enfriar el calentamiento del mercado del alquiler en Berl¨ªn¡±, anunci¨® la ministra regional de desarrollo urbano Katrin Lompscher hace una semana. Se calcula que la medida afectar¨¢ a 1,5 millones de apartamentos.
Activistas y autoridades coinciden en que algo hay que hacer. Los alquileres en Berl¨ªn se han duplicado en la ¨²ltima d¨¦cada y el precio de venta creci¨® en 2017 un 20,5% m¨¢s que en ninguna otra ciudad, seg¨²n los datos de Knight Frank. La subida de los alquileres afecta de manera especial en la capital, donde el 85% de las personas vive de alquiler. Adem¨¢s, Berl¨ªn es una ciudad magn¨¦tica que no deja de crecer y que se calcula que atrae cada a?o a 40.000 personas. Trabajadores, estudiantes y demandantes de asilo se instalan en la capital alemana en busca de una nueva vida. Mientras, la construcci¨®n de nuevas vivienda no avanza al ritmo necesario para dar respuesta a la creciente demanda.
Hacia un refer¨¦ndum para la expropiaci¨®n
En 2017, a ra¨ªz de las subidas del alquiler por la renovaci¨®n de su edificio, Roos comenz¨® a darse cuenta de que su caso se repet¨ªa por todo Berl¨ªn. Comenzaron entonces a tejerse redes de afectados para movilizarse y buscar soluciones. Fue all¨ª donde conoci¨® a Rouzbeh Taheri, el alma de la iniciativa para promover un refer¨¦ndum que pida la expropiaci¨®n a empresas que posean m¨¢s de 3.000 pisos en Berl¨ªn.
Cientos de horas de reuniones despu¨¦s, eran una legi¨®n los que apoyaban la iniciativa y el pasado abril, cerca de 40.000 personas salieron a la calle para defender su causa. En una primera fase, deb¨ªan reunir 20.000 firmas y ya van por 77.000. Superado el primer paso, ahora tienen cuatro meses para conseguir 180.000 apoyos antes de la convocatoria de la consulta. La iniciativa aseguran, cuenta con un soporte legal en el art¨ªculo 15 de la Constituci¨®n alemana, que prev¨¦ que ¡°con fines de socializaci¨®n, el suelo, los recursos naturales y los medios de producci¨®n pueden ser situados bajo un r¨¦gimen de propiedad colectiva. El tiempo dir¨¢ si su interpretaci¨®n legal tiene futuro. De momento, han logrado situar el tema del alquiler en la primera l¨ªnea del debate nacional.
El acuerdo adoptado por el Gobierno de Berl¨ªn (una coalici¨®n de socialdem¨®cratas (SPD), verdes y Die Linke) debe ser todav¨ªa redactado en forma de ley el pr¨®ximo 17 de octubre por el Parlamento regional, donde se espera que alcance sin problemas la mayor¨ªa. La entrada en vigor est¨¢ prevista para enero de 2020, pero el acuerdo marco tiene efecto retroactivo desde el 18 de junio para evitar subidas hasta la aprobaci¨®n definitiva. Las violaciones de la norma podr¨¢n acarrear multas de hasta 500.000 euros.
En el caso de las modernizaciones y mejoras, la norma obliga a los propietarios a pedir autorizaci¨®n y fija un tope de 50 c¨¦ntimos de subida por metro cuadrado. A los inquilinos que firmen ahora un contrato no les podr¨¢n pedir m¨¢s que lo que pagaban los anteriores y los arrendatarios que paguen un precio muy elevado comparado con los topes que se fijen, podr¨¢n incluso solicitar una rebaja.
En el rellano de la escalera de Roos, m¨¦dico de 42 a?os, todav¨ªa se pueden ver botes de pintura y buzones apoyados en unos caballetes provisionales. Dentro de la casa, ya no est¨¢ la antigua chimenea de carb¨®n, t¨ªpica de los pisos de la Alemania del Este y el ba?o es nuevo. Renovaciones forzosas como la de Roos disparan los alquileres y las asociaciones de inquilinos acusan a los propietarios de camuflar subidas utilizando las renovaciones como pretexto. En el caso de Roos, asegura que le pidieron 130 euros m¨¢s de los 390 que pagaba al mes y que al final ha llegado a un acuerdo en los tribunales. Las renovaciones son solo uno de los caballos de batalla de los activistas, que en los ¨²ltimos meses, han logrado sacar a decenas de miles de personas a la calle.
Una de las incertidumbres que rodea al nuevo proyecto legal es su encaje legal. Es decir, hasta qu¨¦ punto las regiones tienen competencia para adoptar semejante medida. Una reforma constitucional abri¨® en 2006 la posibilidad de que los L?nder, sin necesidad de que concurra el Estado federal, regulen los alquileres, seg¨²n la interpretaci¨®n del Gobierno de Berl¨ªn. ¡°Creemos que las regiones tenemos la competencia, pero es cierto que es un poder que no se hab¨ªa utilizado hasta ahora¡±, explica a este diario Matthias Kollatz, ministro regional de Finanzas de la ciudad-estado de Berl¨ªn.
Kollatz?recuerda que la idea de fijar un tope a los alquileres no es nueva, que despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial ya se impuso una restricci¨®n parecida, pero de ¨¢mbito nacional. Thorsten Sch?fer-G¨¹mbel, uno de los l¨ªderes del SPD ha defendido estos d¨ªas que se aplique una medida similar para todo el pa¨ªs. El propio ministro de Finanzas, Olaf Scholz, estim¨® que no es una idea descabellada. "Hay que hacer algo si no queremos acabar como en Londres, donde abogados y m¨¦dicos tienen que compartir piso¡±, asegur¨®.
Pero en el ¨¢mbito federal y en el local, la medida no cuenta ni mucho menos con el apoyo de todos, porque sus detractores argumentan que desincentivar¨¢ la necesaria construcci¨®n, as¨ª como las renovaciones. Daniel F?st, responsable de vivienda del los liberales (FDP) lo ha considerado ¡°un sinsentido socialista¡±. ¡°Necesitamos construir m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s barato y m¨¢s y evitar que las zonas rurales se desangren [¡] El Gobierno rojo-rojo-verde trata de tapar sus errores con una pol¨ªtica prohibitiva¡±, protest¨®.
Kollatz?es consciente de que el camino no ser¨¢ f¨¢cil. ¡°Habr¨¢ batallas legales y habr¨¢ pelea sobre los distintos topes que se fijen para las distintas categor¨ªas de viviendas, pero lo cierto es que los intentos en el ¨¢mbito nacional no han funcionado porque los conservadores lo han impedido¡±, sostiene el responsable de Finanzas regional, quien asegura que hay margen para llegar a acuerdos como las subidas correspondientes a la inflaci¨®n.
Con peores ojos ve?Kollatz la iniciativa ciudadana que impulsan Roos y otros activistas y que defiende la expropiaci¨®n de viviendas de gigantes inmobiliarios como Deutsche Wohnen, el mayor propietario privado de Berl¨ªn, donde posee 110.000 viviendas. ¡°El tope de cinco a?os es una medida temporal y al contrario que la expropiaci¨®n, evita el desembolso de dinero del contribuyente. La idea es rebajar el impacto de la especulaci¨®n, no hacer la vida de los empresarios imposible¡±, dice el ministro regional.
¡°La respuesta prioritaria debe ser la construcci¨®n de viviendas, sobre todo sociales¡±, indica Kollatz. El Gobierno de Berl¨ªn calcula que necesitan 20.000 viviendas nuevas al a?o. De ellas, la idea es construir 6.000 viviendas sociales al a?o y que el Gobierno adquiera otras 4.000. El a?o pasado, aprobaron 3.500 viviendas sociales y el plan consiste en incrementar esa cifra en 500 cada a?o hasta llegar a las 6.000 anuales.
¡°Los pol¨ªticos tenemos que garantizar el derecho a una vivienda asequible, porque es un derecho b¨¢sico¡±, piensa el diputado federal, Chris K¨¹hn, responsable de pol¨ªtica de vivienda del partido de Los Verdes. El problema en Alemania no se limita ni mucho menos a Berl¨ªn. Ciudades como M¨²nich o Hamburgo experimentan su propia burbuja. ¡°El problema es enorme, pero el Gobierno federal, debido a la presi¨®n del lobby inmobiliario, no ha hecho nada y por eso en Berl¨ªn han decidido actuar¡±, interpreta K¨¹hn, quien explica que la situaci¨®n es especialmente grave en Alemania, porque desde los a?os noventa se privatizaron millones de viviendas. ¡°Es evidente que hay que regular e invertir m¨¢s en vivienda social¡±, piensa el representante del partido estrella de la pol¨ªtica alemana.
Reiner Wild, al frente de la gran asociaci¨®n de inquilinos, que cuenta con 170.000 socios, explica que ¡°en los ¨²ltimos a?os ha habido subidas muy fuertes¡± y que otras medidas como el freno de la alquiler no han acabado de funcionar. La opci¨®n de congelar los alquileres durante cinco a?os ¡°es una buena soluci¨®n¡±. Wild explica que sin embargo, desde que se anunciaron los planes de congelaci¨®n han recibido cientos de quejas de inquilinos a los que les han aplicado una subida in extremis antes de que entrara en vigor la restricci¨®n.
Los grandes consorcios inmobiliarios mientras, tratan de adaptarse a unos cambios que prev¨¦n que han venido para quedarse. Deutsche Wohnen ha optado preventivamente por la autoregulaci¨®n. A partir de julio, la subida de sus alquileres se limitar¨¢ de manera que no exceda el 30% de los ingresos netos del arrendatario, seg¨²n anunci¨® la compa?¨ªa el pasado fin de semana. Este compromiso voluntario se aplicar¨¢ incluso en el caso de que la ley permita subidas mayores. Michael Zahn, el CEO de Deutsche Wohnen no ocultaba sin embargo su malestar ante la congelaci¨®n de los alquileres en una entrevista en el Tagesspiegel. ¡°El techo del alquiler supone el caos y siembra la discordia¡±, dijo Zahn, quien no obstante, considera factible consensuar un texto final que consideren m¨¢s aceptable.
Eficiencia energ¨¦tica
Vonovia, otra gran empresa del sector, que posee 400.000 apartamentos, el 10% de ellos en Berl¨ªn ha asegurado esta semana que sus beneficios no se ver¨¢n afectados apenas por la medida, pero advirti¨® que las limitaciones que afectan a las renovaciones implicar¨¢n que Vonovia no llevar¨¢ a cabo mejoras necesarias, como por ejemplo de eficiencia energ¨¦tica, porque supondr¨ªan un incremento mayor de los 50 c¨¦ntimos que prev¨¦ la normativa. En un acto en M¨²nich el pasado lunes, el director ejecutivo de la compa?¨ªa, Rolf Buch, acept¨® sin embargo que la congelaci¨®n de rentas no le parec¨ªa la peor de las opciones. "No queremos ciudades como Londres", asegur¨® en unas declaraciones recogidas por Bloomberg.
Y mientras las inmobiliarias buscan su encaje en la nueva realidad, los activistas se frotan los ojos para asegurarse de que no todo ha sido un sue?o. ¡°Los pol¨ªticos nos dec¨ªan que no se pod¨ªa hacer nada. Como mucho, nos ofrec¨ªan asesor¨ªa gratis para afectados, hasta que las encuestas empezaron a mostrar que la mayor¨ªa de los berlineses estaba con nosotros¡±, reflexiona ahora Roos sentado en el patio de su casa, junto a una caseta de obra. ¡°Ha sido un ¨¦xito incre¨ªble, pero es normal, porque es algo que afecta a todo el mundo¡±.
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