Martin Ravallion: ¡°Hay que borrar la idea de que eres comunista si quieres reducir la desigualdad¡±
Execonomista del Banco Mundial, ahora da clases en Georgetown. De familia humilde, ha sufrido en primera persona el impacto de la pobreza antes de luchar contra ella
Una hora de conversaci¨®n con Martin Ravallion (S¨ªdney, 1952) es lo m¨¢s parecido a un libro de macroeconom¨ªa abierto por dos p¨¢ginas: la de la desigualdad y la de las fallas del capitalismo del siglo XXI. Padre del baremo de un d¨®lar diario como l¨ªnea global de pobreza cuando era economista del Banco Mundial ¡ªdonde a?os despu¨¦s dirigi¨® su prestigioso grupo de investigaci¨®n para el desarrollo¡ª, es desde 2013 profesor de la Universidad de Georgetown (EE UU). Ravallion, instalado desde hace a?os entre los 100 economistas m¨¢s reconocidos del mundo seg¨²n la clasificaci¨®n de Ideas-Repec, sabe bien el significado de la desigualdad: naci¨® en el seno de una familia de bajos ingresos y ha vivido en carne propia lo que significa vivir con estrecheces y decidir que ¡°no quer¨ªa ser pobre¡± nunca m¨¢s, seg¨²n reconoci¨® cuando recibi¨® el premio Fronteras del Conocimiento BBVA, en 2016. ¡°Todos mis papers son demasiado aburridos¡±, dice entre risas a Negocios poco despu¨¦s de pronunciar una conferencia organizada por Oxfam en El Colegio de M¨¦xico. No es cierto: el australiano es uno de los especialistas que mejor explica, con palabras al alcance de todos, por qu¨¦ la inequidad es uno de los grandes problemas globales de nuestros tiempos.
Pregunta. La pobreza extrema ha ca¨ªdo con fuerza en las ¨²ltimas d¨¦cadas, pero la desigualdad ha opacado esa buena noticia.
Respuesta. La desigualdad global, entendida como aquella entre todos los habitantes del planeta y en t¨¦rminos relativos, tambi¨¦n ha ca¨ªdo. No tanto como la pobreza, pero ha ca¨ªdo. Y eso es algo que suele confundir a la gente.
P. Cito un reciente estudio del Banco Mundial, que usted conoce bien: ¡°El descenso en la tasa de pobreza se ha ralentizado, aumentando as¨ª la preocupaci¨®n sobre la consecuci¨®n del objetivo de terminar con la pobreza extrema en 2030¡±. ?Qu¨¦ est¨¢ ocurriendo?
R. Parte de esto tiene que ver con la ralentizaci¨®n (econ¨®mica) en ?frica y con que la reducci¨®n de la pobreza tuvo que ver en buena medida con el boom de las materias primas, que se ha frenado. Pero son cosas que fluct¨²an, y creo que no deber¨ªamos hacer un gran problema de esto: estamos en la l¨ªnea, siempre y cuando no haya otra crisis financiera global, para cumplir con el objetivo del propio Banco Mundial de bajar hasta el 3% de pobreza extrema global en 2030. Aunque, claro, estoy sesgado porque poner esa cifra fue una de las ¨²ltimas cosas que hice en el Banco Mundial (risas). Si tomamos el objetivo de desarrollo sostenible (de Naciones Unidas)?de ¡°eliminar la pobreza¡± como alcanzar el 0%, eso no va a ocurrir sin un gran cambio en las pol¨ªticas: al ritmo actual tomar¨¢ 200 a?os.
P. Pero incluso eliminar la pobreza extrema no quiere decir que vaya a dejar de haber millones de personas en una situaci¨®n de miseria.
¡°Me gustar¨ªa que el capitalismo funcionase para todo el mundo. No veo que eso suceda¡±
R. No, ni mucho menos. La l¨ªnea de 1,90 d¨®lares al d¨ªa es realmente baja: imaginemos lo poco que se puede comprar con esa cantidad.
P. La desigualdad ha irrumpido en la agenda, pero ?se habla suficiente de ella?
R. No, deber¨ªamos hablar m¨¢s y hacerlo de manera m¨¢s espec¨ªfica. Centrarnos menos en estad¨ªsticas y m¨¢s en aspectos concretos que puedan atraer la atenci¨®n (de la sociedad) y nos movilicen a la acci¨®n. Aunque la desigualdad est¨¢ atrayendo una mayor atenci¨®n, la pobreza siempre ha dominado el debate. ¡°Pobreza¡± es una palabra popular y ¡°desigualdad¡± no, pero, en parte, esto est¨¢ cambiando: la pobreza se est¨¢ convirtiendo en un tema respetable en la literatura acad¨¦mica y la sociedad es cada vez m¨¢s consciente.
P. ?Debe preocuparnos la evoluci¨®n reciente en Am¨¦rica Latina?
R. S¨ª. La situaci¨®n de la pobreza es mucho mejor que en otras regiones, como el ?frica subsahariana, pero su evoluci¨®n est¨¢ siendo peor. La desigualdad en Latinoam¨¦rica es muy alta y eso es un problema, tanto para el crecimiento econ¨®mico como para la lucha contra la pobreza. Y la falta de consenso en torno a ese punto es un gran problema: hay mucha complacencia y mucha ret¨®rica falsa. ?Es toda la desigualdad siempre mala? No, no es cierto. Hay niveles de desigualdad que son positivos en t¨¦rminos de incentivos, para el crecimiento y para la propia reducci¨®n de la pobreza. Pero este grado de desigualdad, como la desigualdad racial o de g¨¦nero, es inaceptable y debemos construir un consenso en torno a ello.
P. ?C¨®mo?
R. Hay que ense?ar m¨¢s a la gente cu¨¢n costosa es la desigualdad. No solo es ¨¦tica y moralmente repulsiva: tambi¨¦n es una mala noticia para el crecimiento econ¨®mico. Si no gestionas bien la desigualdad no tendr¨¢s mucho crecimiento y tampoco aprovechar¨¢s los beneficios del mismo. Todo est¨¢ conectado.
P. Hay un consenso casi total en torno a la idea de que la pobreza es negativa y debe ser enfrentada, pero no existe el mismo consenso en torno a la desigualdad. ?Por qu¨¦ algunos todav¨ªa ven en la desigualdad un catalizador del crecimiento?
R. Mucha gente apela a la idea de que en un mundo sin desigualdad no habr¨ªa incentivos y, como dec¨ªa, hay algo de verdad en esa afirmaci¨®n. Pero el objetivo no debe ser la desigualdad cero, sino la pobreza cero. El objetivo debe ser un nivel de desigualdad manejable, aceptable, que no se perpet¨²e. Sigue habiendo economistas que no prestan atenci¨®n a los temas de distribuci¨®n del ingreso: nunca vas a conseguir que toda la academia est¨¦ de acuerdo en algo. Pero no creo que nadie pueda mirar a la literatura disponible hoy y estar en desacuerdo en el hecho de que la desigualdad es un freno para el crecimiento. Hace 15 o 20 a?os, la mayor¨ªa de economistas pensaba ¨²nicamente en la eficiencia y dec¨ªa que la desigualdad era positiva para el crecimiento: de nuevo, depende de los niveles de desigualdad de los que estemos hablando, pero ahora ya son pocos. Que El Capital en el siglo XXI de Thomas Piketty, un libro sobre desigualdad, sea el t¨ªtulo de econom¨ªa m¨¢s vendido de siempre indica algo.
¡°Sigue habiendo economistas que no prestan atenci¨®n a la distribuci¨®n de ingresos¡±
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa desigualdad ¡°aceptable¡±?
R. No lo s¨¦: sabemos cu¨¢ndo es muy alta, como en muchos pa¨ªses latinoamericanos hoy, y cu¨¢ndo es muy baja, como en la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica, en la China previa a los a?os ochenta. Y tambi¨¦n cu¨¢ndo nos movemos en la direcci¨®n correcta.
P. Pensemos en un ¨ªndice como el de Gini. ?En qu¨¦ punto deber¨ªa estar la inequidad para que fuese ¡°manejable¡±?
R. No me centrar¨ªa tanto en los ¨ªndices, sino en las causas: que haya una buena atenci¨®n sanitaria, que las guarder¨ªas y las escuelas sean decentes, que los j¨®venes puedan estudiar en la Universidad y desarrollar todo su potencial... Esas son las cosas que verdaderamente importan: hay que enfocarse en las pol¨ªticas m¨¢s que en los ¨ªndices y las tasas. Tambi¨¦n borrar la idea de que si quieres reducir la desigualdad eres comunista: me gustar¨ªa que el capitalismo funcionase para todo el mundo. Y no veo que eso suceda.
P. La pregunta del mill¨®n: ?c¨®mo podemos hacer que el capitalismo funcione para todos?
R. Sobre todo, asegurando que el terreno de juego est¨¢ mucho m¨¢s nivelado: tratando de minimizar la desventaja de los ni?os que nacen en familias pobres. Y eso requiere una intervenci¨®n desde las edades m¨¢s tempranas: necesitamos pol¨ªticas que corrijan esa inequidad desde el principio.
P. Pero ve posible un capitalismo que funcione para todos.
R. Absolutamente. ?Qui¨¦n dijo aquello de que el capitalismo es una idea terrible, pero mejor que todas las dem¨¢s? No adoro el capitalismo, pero creo que no hay ning¨²n otro sistema que se pueda equiparar a la econom¨ªa de mercado. Dicho esto, el capitalismo de hoy no es el mismo del que hablaba Adam Smith: se ha vuelto menos competitivo y mucho m¨¢s dominado por monopolios. Deber¨ªamos estar preocupados por ello: ?c¨®mo luce la competencia en la industria tecnol¨®gica, por ejemplo? El tipo de cosas que un capitalismo verdaderamente competitivo puede lograr son incre¨ªbles, pero para eso tenemos que asegurarnos de que la competencia se mantiene y de que se maneja bien la desigualdad. Y para eso hacen falta buenas pol¨ªticas.
P. ?Hemos aprendido de los errores de pol¨ªticas p¨²blicas cometidos en el pasado?
R. No. Es muy frustrante ver la falta de atenci¨®n que le ponemos a la evaluaci¨®n de las pol¨ªticas. En parte, porque casi todos los pol¨ªticos no quieren escuchar que sus programas no funcionan bien y en parte porque muchas veces esos programas son demasiados inflexibles. Se ha avanzado mucho en la evaluaci¨®n del impacto de estos planes en los ¨²ltimos 20 a?os, pero que eso llegue al proceso pol¨ªtico es el mayor desaf¨ªo.
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