A grandes males, grandes remedios
Las grandes recesiones no tienen la buena costumbre de avisar con tiempo, por eso son letales
Resulta chocante. Con su econom¨ªa creciendo al ritmo del 2,% anual y el desempleo en el 3,7% de la poblaci¨®n activa, en EE UU se discute de si el pa¨ªs est¨¢ a las puertas de una recesi¨®n.
En realidad, no es tan sorprendente. Las grandes recesiones no tienen la buena costumbre de avisar con tiempo, por eso son letales. Y si lo hacen, casi nadie se entera: la de 2007/2008 fue profetizada por muy pocos economistas, de distinto perfil, como Nouriel Roubini o Paul de Grauwe.
Y es que siempre hay desequilibrios aptos para una crisis, pero suele faltar un desencadenante, un multiplicador que la acelere y despierte al personal del sue?o confortable al que le condena la bonanza.
En el caso de EE UU, la Fed ¡ªatenci¨®n este jueves a Jackson Hole¡ª apunt¨® en sordina en su ¨²ltima reuni¨®n a las guerras comerciales de Donald Trump para justificar su decisi¨®n de rebajar tipos.
Es probable que tenga raz¨®n Trump cuando asegura que ¡°estamos muy lejos de una recesi¨®n¡±. Pero seguro que ¨¦l contribuir¨¢ a que la actual desaceleraci¨®n empeore.
El FMI pronosticaba en enero que el PIB norteamericano crecer¨ªa un 3,8% este a?o; el mes pasado lo rebaj¨® al 3,2%. Goldman Sachs rebaja su augurio para el ¨²ltimo trimestre desde el 2% al 1,8%.
No son cifras fatales, pero s¨ª mucho peores que sus promesas de crecer al 4% o 5% cuando explicaba su rebaja fiscal: el crecimiento registrado ha sido en buena parte deglutido en su pulso con China.
Trump niega la recesi¨®n, pero ¡ªparadoja¡ª ya prepara est¨ªmulos a su econom¨ªa. O sea, otras rebajas fiscales, como se le ocurre siempre al populismo derechista... y que suelen redundar en grandes d¨¦ficits, como demostr¨® el inefable Ronald Reagan. A grandes males, grandes remedios.
El recorte fiscal beneficiar¨ªa como es costumbre a los m¨¢s ricos (impuesto a la compra de acciones) y se acompa?ar¨ªa del recorte de gastos en la lucha contra la pobreza y la cooperaci¨®n al desarrollo.
En el caso de Europa, los grandes remedios se avizoran menos ideol¨®gicos. Uno ser¨¢ la activaci¨®n en Alemania de un paquete de pol¨ªtica fiscal para invertir 50.000 millones de euros, si el ministro socialdem¨®crata de Hacienda Olaf Scholz se sale con la suya... ayudado por la presi¨®n de los empresarios en favor de m¨¢s gasto p¨²blico. Y por el miedo a la recesi¨®n pronosticada el lunes por el Bundesbank para este tercer trimestre.
Otro remedio es el paquete expansivo de pol¨ªtica monetaria previsto por el BCE para septiembre. El dato de la baja inflaci¨®n de julio (1%, contra el 2,2% en julio de 2018) da alas a las medidas de est¨ªmulo.
Algunos piden m¨¢s. Hasta el helic¨®ptero monetario de Milton Friedman y Ben Bernanke (imprimir dinero y lanzarlo a los consumidores): lo escribe Jean Boivin, alto directivo del monstruo mundial inversor, Blackrock (FT del martes).
¡°Poner la directa¡± es su lema. O sea, ¡°colocar dinero m¨¢s directamente en las manos de las entidades que pueden emplearlo, consumidores incluidos¡±. En las suyas, claro, pero tambi¨¦n en las nuestras.
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