Draghi lanza un ambicioso paquete para estimular la econom¨ªa por el temor a la recesi¨®n
El BCE reacciona al deterioro de la coyuntura con tipos negativos y nuevas compras de deuda mientras reclama a los Gobiernos que act¨²en
Mario Draghi se va haciendo ruido. En su pen¨²ltimo movimiento como jefe del BCE, el italiano que dijo que har¨ªa lo necesario para salvar el euro anunci¨® el jueves un ambicioso paquete para estimular una econom¨ªa renqueante. El eurobanco avanza por el camino de los tipos negativos, retoma el programa de compra de deuda abandonado hace solo nueve meses y pospone sine die la subida de tipos. Draghi desenfunda el arsenal mientras la coyuntura de la eurozona se deteriora y la inflaci¨®n se aleja de donde deber¨ªa estar. Donald Trump no esper¨®. Nada m¨¢s anunciarse las medidas, acus¨® al BCE de da?ar a los exportadores de EE?UU.
Al final de su mandato, Draghi se enfrenta a uno de los dilemas m¨¢s enrevesados en sus ya de por s¨ª enrevesad¨ªsimos ochos a?os frente al Banco Central Europeo (BCE). Por una parte, las muestras de estancamiento en la eurozona son ya evidentes. Con Alemania al borde de la recesi¨®n, las amenazas de la guerra comercial y del Brexit duro disparadas y unos datos de inflaci¨®n que se resisten a levantar el vuelo, la instituci¨®n que m¨¢s ha contribuido a rescatar a Europa del pozo de la crisis no pod¨ªa quedarse parada.
Pero al mismo tiempo, se extiende la idea de que el margen de la pol¨ªtica monetaria es cada vez m¨¢s escaso. Y los efectos de sus medidas, cada vez menores. Si Europa quiere evitar la recesi¨®n, la tarea principal recae ahora en los Gobiernos y sus pol¨ªticas de gasto, record¨® una vez m¨¢s el presidente del BCE.
En este contexto, a mes y medio de abandonar el cargo, Draghi ha decidido actuar. Y lo hace de forma contundente. ¡°Ha enviado un mensaje potente de que va a ir hasta donde haga falta¡±, asegura ?ngel Talavera. El economista para Europa de Oxford Economics cree que, en el fondo, a Draghi no le quedaba otra opci¨®n. ¡°El BCE tiene un mandato de estabilidad de precios y est¨¢ obligado a actuar para lograr su objetivo. Si no lo hiciera, se jugar¨ªa su credibilidad¡±, a?ade. ¡°El BCE ha puesto sobre la mesa todos los instrumentos en lo que puede ser su ¨²ltimo intento de restaurar el crecimiento y la inflaci¨®n en la eurozona¡±, resume el departamento de an¨¢lisis de ING.
Draghi, que lleva meses negando que en el horizonte divise una brusca ca¨ªda de la actividad, admiti¨® el jueves que ve las orejas al lobo cada vez m¨¢s cerca. ¡°Todav¨ªa creemos que la probabilidad de una recesi¨®n en la zona euro es peque?a. Pero esta va en aumento¡±, asegur¨®. Y, con un lenguaje cada vez m¨¢s claro, descarg¨® sobre los hombros de los Gobiernos la responsabilidad de tomar medidas para evitar este negro escenario. ¡°[En el Consejo de Gobierno del BCE] hubo unanimidad de que la pol¨ªtica fiscal deber¨ªa convertirse ahora en el principal instrumento¡±, respondi¨® al ser preguntado por la pol¨¦mica entre palomas y halcones del BCE a la hora de dise?ar el nuevo paquete de est¨ªmulos.
Las medidas anunciadas fueron muchas. Y de calado. El BCE rebaja la facilidad de dep¨®sito ¡ªlo que cobra a las entidades financieras por dejar sus fondos inactivos¡ª del -0,4% actual al -0,5%. Esta medida, la primera bajada de tipos en la eurozona desde marzo de 2016, se daba por segura. E incluso se esperaba que fuera algo m¨¢s all¨¢.
De mayor calado es la decisi¨®n de retomar el programa de compra de deuda que parec¨ªa condenado a extinguirse a finales del a?o pasado; y que ahora renace por culpa de los problemas que atraviesa la econom¨ªa europea. Aqu¨ª Draghi ha jugado al equilibrismo. La cuant¨ªa de las compras, de 20.000 millones al mes, es inferior a la esperada. Pero a cambio no tiene fecha de caducidad: las adquisiciones terminar¨¢n ¡°poco antes de que comiencen a subir los tipos de inter¨¦s¡±, dice el comunicado. Eso puede significar mucho, mucho tiempo, en el que el BCE seguir¨¢ inyectando dinero en la econom¨ªa.
Las novedades no quedan aqu¨ª. Un cambio en la formulaci¨®n del comunicado anuncia que la ¨¦poca de tipos ultrabajos va a alargarse m¨¢s de lo esperado. ¡°Los tipos de inter¨¦s del BCE continuar¨¢n en sus niveles actuales o m¨¢s bajos hasta que la perspectiva de inflaci¨®n converja de forma robusta a un nivel cercano, pero por debajo del 2%¡±, sostiene. Este aparente trabalenguas quiere decir que la primera subida no se producir¨¢ a partir de 2020, como el organismo aseguraba hasta ahora, sino que la perspectiva de subidas se aplaza sine die. Puede parecer tan solo un cambio de palabras, pero es muy importante.
Para llegar hasta aqu¨ª, Draghi se ha tenido que enfrentar a una dura batalla contra los que consideraban que el deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica no es tan grave como para justificar sacar de nuevo todo el batall¨®n de armas de las que dispone la pol¨ªtica monetaria.
A favor de dar un pu?etazo encima de la mesa con un ambicioso plan de est¨ªmulos estaba, entre otros, el gobernador del Banco de Espa?a, Pablo Hern¨¢ndez de Cos. En contra, al margen de los habituales halcones, como el alem¨¢n Jens Weidmann, se situ¨® tambi¨¦n el franc¨¦s Fran?ois Villeroy de Galhau. ¡°La pol¨ªtica monetaria del BCE est¨¢ cumpliendo con su labor, pero no puede hacer todo. Y desde luego no puede obrar milagros¡±, dijo el gobernador del Banco de Francia y hasta hace poco uno de los candidatos a suceder a Draghi, que el pr¨®ximo 1 de noviembre ceder¨¢ a la francesa Christine Lagarde el testigo de la presidencia del BCE.
La propia ministra de Econom¨ªa espa?ola, Nadia Calvi?o, admiti¨® los l¨ªmites de actuaci¨®n del BCE. Dijo en la Cope que a la pol¨ªtica monetaria le queda ¡°poco recorrido para tener impacto¡±, y record¨® que esta no puede reactivar la econom¨ªa por s¨ª sola, sino que es necesaria tambi¨¦n la participaci¨®n de la pol¨ªtica fiscal. "No hay pol¨ªticas que no tengan contraindicaciones o efectos secundarios", dijo la ministra en funciones sobre los bajos tipos de inter¨¦s.
La medida m¨¢s controvertida era la de reestablecer las compras de deuda. Fue la m¨¢s criticada por algunos miembros del BCE. Draghi no dio una cifra concreta de opositores, pero s¨ª dijo que no fue necesaria someterla a votaci¨®n porque era evidente que contaba con una mayor¨ªa de apoyos en el Consejo del Gobierno.
Con su decisi¨®n, Draghi reduce considerablemente el margen de maniobra de su sucesora. Todo apunta a que Lagarde no se va a apartar de la pol¨ªtica de bajos tipos de inter¨¦s por un periodo prolongado de tiempo. Como mucho podr¨¢, si las cosas empeoran, aumentar el volumen de las compras de deuda. Pero en realidad la pelota est¨¢ en otro tejado. El de los Gobiernos con m¨¢s margen para la expansi¨®n fiscal. El prestigioso economista alem¨¢n Marcel Fratzscher reclama al Gobierno de su pa¨ªs que tome en serio el mensaje que se le env¨ªo desde Fr¨¢ncfort. ¡°Con sus excesivos ahorros, Alemania es corresponsable de los bajos tipos. Los responsables de abordar las consecuencias negativas de la pol¨ªtica monetaria no est¨¢n en el BCE, sino en la pol¨ªtica¡±, concluye el presidente del think-tank DIW.
Un golpe y una caricia para los bancos
Hace tiempo que los bancos europeos lloran amargamente por el roto que les causan en sus cuentas los baj¨ªsimos tipos de inter¨¦s decididos en Fr¨¢ncfort. Draghi se esforz¨® el jueves por vender dos medidas destinadas a reducir el impacto negativo de sus decisiones.
Por una parte, se establece un sistema de escalonamiento seg¨²n el cual no se aplicar¨¢n los tipos negativos a una parte de las reservas que los bancos tienen inactivas y que depositan en las cuentas del eurobanco. Por otra, se mejoran las condiciones de las inyecciones trimestrales de liquidez que el BCE ofrece a las entidades financieras.
Son dos medidas que contribuir¨¢n a limitar el descontento de la banca, pero que no prometen tener un efecto decisivo. ¡°La necesidad de ajustar el modelo de negocio de los bancos a los cambios tecnol¨®gicos es a veces m¨¢s convincente que estar enfadado por los tipos negativos¡±, dijo Draghi un tanto desafiante. Sin embargo, s¨ª admiti¨® ser ¡°consciente¡± de los efectos secundarios de su pol¨ªtica monetaria, y de que el BCE los estudia con detenimiento.
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