Draghi prepara la traca final
El presidente del BCE se despide con el anuncio de un amplio paquete de est¨ªmulos y con la idea de que su sucesora continuar¨¢ con la era de medidas extraordinarias
Hace un a?o, Mario Draghi pod¨ªa fantasear con una retirada tranquila del Banco Central Europeo. Vencida la crisis financiera, con s¨®lidos datos de crecimiento y empleo, 2019 ser¨ªa el momento de volver poco a poco a la ortodoxia. E incluso despedirse con la que habr¨ªa sido la ¨²nica subida de tipos de inter¨¦s en sus ochos a?os de presidencia. Pero ese escenario lleva tiempo enterrado. Por si hab¨ªa alguna duda, el jueves termin¨® de despejarlas al perfilar un plan de acci¨®n: el italiano se ir¨¢ del BCE por todo lo alto, con una traca de est¨ªmulos que marcar¨¢n el futuro de la instituci¨®n mucho m¨¢s all¨¢ del 1 de noviembre, d¨ªa del desembarco de Christine Lagarde como nueva m¨¢xima responsable de la pol¨ªtica monetaria europea.
¡°No nos gusta lo que vemos. No aceptamos la baja inflaci¨®n¡±, dijo Draghi el jueves
La frase que posiblemente m¨¢s ha marcado la historia de Europa en las ¨²ltimas d¨¦cadas ¡ªel compromiso de hacer ¡°todo lo que sea necesario¡± para mantener el euro¡ª cumpli¨® siete a?os el viernes. El d¨ªa anterior, su autor lanzaba otro mensaje cuya importancia rivaliza con la de aquel discurso pronunciado en Londres el 26 de julio de 2012. ¡°No nos gusta lo que vemos. No aceptamos bajas tasas de inflaci¨®n de forma permanente¡±, dijo Draghi en Fr¨¢ncfort. El BCE, a?adi¨®, actuar¨¢ contra el d¨¦bil crecimiento de los precios ¡°con la misma determinaci¨®n¡± con la que lo har¨ªa si la inflaci¨®n superara la barrera del 2%.
Puede parecer una declaraci¨®n banal, pero estas palabras tienen implicaciones poderos¨ªsimas para la econom¨ªa europea. Porque al decir que no acepta una situaci¨®n, el BCE est¨¢ anunciando que va a usar todas las herramientas a su alcance para revertirla. Y estas son muchas y con variad¨ªsimos efectos: nuevas rebajas de tipos de inter¨¦s, retomar el programa milmillonario de compras de activos, modificar su objetivo de inflaci¨®n o ensayar nuevas formas para comunicar d¨®nde van a estar los tipos de inter¨¦s en el futuro.
En definitiva, Draghi muestra su extrema preocupaci¨®n por la an¨¦mica actividad econ¨®mica ¡ªson especialmente malos los datos que llegan de Alemania e Italia¡ª y anticipa que va a actuar por tierra, mar y aire para cumplir sus objetivos. ¡°Hay mucha gente sorprendida con su discurso. Pero no veo por qu¨¦. Tan solo est¨¢ haciendo su trabajo. Y lo est¨¢ haciendo bien¡±, apunta el economista ?ngel Ubide.
Tres meses en el cargo
A Draghi solo le quedan tres meses en el cargo. Pero el plan de acci¨®n que plantea va mucho m¨¢s all¨¢ de esa fecha. Deber¨¢ contar con la aquiescencia de su sucesora. Y todo apunta a que Lagarde llegar¨¢ a Fr¨¢ncfort con una l¨ªnea continuista. En sus a?os al frente del Fondo Monetario Internacional, la francesa ha defendido los tipos de inter¨¦s negativos y las compras de activos impulsadas por los bancos centrales de Europa, EE UU y Jap¨®n. Hace solo tres meses insist¨ªa en la necesidad de continuar con los est¨ªmulos mientras la inflaci¨®n se mantuviera por debajo de los niveles deseables.
No extra?an por tanto las calurosas palabras con las que Draghi recibi¨® su nombramiento. ¡°Creo que ser¨¢ una presidenta espectacular¡±, dijo. Y compar¨® la toma de decisiones en el FMI ¡ªa trav¨¦s de ¨®rganos colegiados que escuchan a los economistas de la casa y que requieren de muchas discusiones internas¡ª para concluir que el proceso no difiere mucho del habitual en el BCE.Parece como si con estas palabras Draghi pretendiera diluir las dudas con las que fue recibido el nombramiento de Lagarde por su falta de experiencia en pol¨ªtica monetaria. A muchos observadores del BCE ¡ªy a no pocos economistas de la plantilla¡ª les preocupa el perfil menos t¨¦cnico y m¨¢s pol¨ªtico del Comit¨¦ Ejecutivo, el m¨¢ximo ¨®rgano del eurobanco. Cuando se incorpore la nueva presidenta, de sus seis miembros solo tres ser¨¢n economistas de formaci¨®n; y solo tres tendr¨¢n experiencia previa como gobernadores centrales.
En el otro lado de la balanza, Lagarde ofrece una innegable capacidad comunicadora, algo clave para la persona que durante los pr¨®ximos ochos a?os tendr¨¢ que explicar ante las c¨¢maras las decisiones del banco. Cada una de sus palabras mover¨¢ el mercado. Y un traspi¨¦ verbal podr¨ªa tener consecuencias desastrosas.
El curr¨ªculum de Lagarde ¡ªcuatro a?os ministra de Finanzas y ocho a?os directora gerente del FMI¡ª le proporciona tambi¨¦n una interlocuci¨®n privilegiada para el que puede ser uno de los grandes retos de su mandato: convencer a los ministros de Finanzas de la uni¨®n monetaria de que los banqueros centrales no pueden hacerlo todo, y que los Gobiernos deben arrimar el hombro con m¨¢s gasto p¨²blico para impulsar el crecimiento y la inflaci¨®n.
Es un mensaje que el jefe del BCE lanza desde hace tiempo, pero que ahora ha retomado con m¨¢s fuerza. ¡°Si hay un empeoramiento de la coyuntura, es incuestionable que una pol¨ªtica fiscal significativa ser¨¢ esencial¡±, dijo el jueves. El mismo d¨ªa, el ministro de Finanzas alem¨¢n, el socialdem¨®crata Olaf Scholz, negaba la necesidad de actuar. ¡°No estamos en una crisis y no ser¨ªa razonable actuar como si lo estuvi¨¦ramos¡±, asegur¨® a Bloomberg.
Es en este aspecto donde Lagarde podr¨ªa desempe?ar un papel destacado. ¡°Es una buena candidata para lograr que la pol¨ªtica monetaria y la fiscal vayan de la mano. Adem¨¢s, hay ahora una oportunidad pol¨ªtica, con el nombramiento de una nueva Comisi¨®n Europea. Poco a poco se est¨¢ logrando cambiar la narrativa¡±, asegura Ubide, que propone por ejemplo cambiar el Pacto de Estabilidad para que a la hora de sancionar a los pa¨ªses con d¨¦ficit no se tenga en cuenta el gasto en inversi¨®n p¨²blica.
Creciente malestar en Alemania
Lo que Ubide ve como una oportunidad es, seg¨²n analistas m¨¢s ortodoxos, un riesgo. Stefan Schneider, economista jefe para Alemania del Deutsche Bank, asegura desde su despacho en Fr¨¢ncfort que, en una nueva crisis, Lagarde tender¨ªa a usar la pol¨ªtica monetaria en apoyo de la fiscal, ¡°estirando a¨²n m¨¢s el mandato del BCE¡±. ¡°En este caso, un BCE con Weidmann [presidente del banco central alem¨¢n y l¨ªder de los halcones] seguir¨ªa m¨¢s la tradici¨®n del Bundesbank de fijar una separaci¨®n clara entre una y otra pol¨ªtica¡±, contin¨²a.
El campus de la Universidad Goethe parec¨ªa el viernes un vergel en medio del horno en el que se hab¨ªa convertido Fr¨¢ncfort ¡ª¡°?Miedo a los 50 grados!¡±, clamaba en portada el sensacionalista Bild¡ª. All¨ª, entre j¨®venes en bicicleta y un estanque que refrescaba el ambiente, se erige el Centro de Estudios Financieros, uno de los m¨¢s grandes de Europa. Su director, Jan Pieter Krahnen, no pertenece a ese sector de la ortodoxia alemana que lleva a?os criticando a Draghi. Muy al contrario, alaba su labor al frente del BCE ¡ª¡°extraordinariamente positiva¡±, afirma rotundo¡ª, pero admite un ¡°creciente malestar¡± con sus ¨²ltimas medidas. Krahnen insiste en que las nuevas rebajas de tipos tienen un efecto cada vez menor, incluso contraproducente. ¡°Su mensaje de mayor pesimismo empeora las expectativas, corriendo el riesgo de lanzar profec¨ªas autocumplidas¡±, explica.
Septiembre ser¨¢ un mes clave. En su pr¨®xima reuni¨®n, el Consejo de Gobierno definir¨¢ el calendario y el formato de las medidas que ahora estudian los expertos del BCE. Promete haber pelea. Parece cantada la rebaja en el tipo que pagan las entidades por depositar sus fondos inactivos: ahora est¨¢ en el -0,4% y podr¨ªa bajar una o dos d¨¦cimas. No hay acuerdo sobre c¨®mo suavizar el impacto en los bancos de estos tipos negativos. Y en Alemania despierta m¨¢s de un escozor la idea de retomar la compra de activos que se suspendi¨® a finales del a?o pasado.
Habr¨¢ que calibrar todos estos instrumentos t¨¦cnicos. Pero eso no es lo m¨¢s importante. La clave ser¨¢ definir hasta qu¨¦ punto el BCE se implica para impulsar la inflaci¨®n y el crecimiento. No hay duda ya de que las herramientas que el italiano improvis¨® en lo peor de la Gran Recesi¨®n han llegado para quedarse. Lagarde recurrir¨¢ a ellas cuando lo considere necesario.
El problema es qu¨¦ hacer si las cosas se ponen m¨¢s feas. Porque pese a la insistencia de Draghi y los suyos en que disponen de un arsenal ilimitado, la pol¨ªtica monetaria no es todopoderosa. Y su margen de maniobra, tras a?os de sacarse medidas de la chistera, est¨¢ muy desgastado. Es la patata caliente que deja a su sucesora el hombre que logr¨® evitar el estallido de la moneda ¨²nica.
El largo camino para lograr que suban los precios
El enemigo a batir son los precios. Pero al contrario que en otras ¨¦pocas ¡ªla crisis del petr¨®leo de los a?os setenta o la hiperinflaci¨®n alemana en los veinte¡ª o pa¨ªses ¡ªVenezuela, Zimbabue o, en menor medida, Argentina¡ª, el problema no es ahora su alza desaforada, sino su empecinamiento en no subir lo suficiente. El riesgo de deflaci¨®n se despej¨®, pero el Banco Central Europeo (BCE) observa con frustraci¨®n c¨®mo, pese a las inyecciones masivas de est¨ªmulos de los ¨²ltimos a?os, es incapaz de lograr la ansiada estabilidad de precios, que seg¨²n sus par¨¢metros consiste en una inflaci¨®n ¡°cercana pero por debajo del 2%¡±.
Los precios repuntaron una d¨¦cima en junio, hasta el 1,3% interanual. Pero seg¨²n una encuesta hecha p¨²blica esta semana por el BCE, los profesionales a¨²n pronostican para 2024 un 1,7%, por debajo del objetivo oficial. ¡°El BCE se ha dado cuenta de que la inflaci¨®n baja es un riesgo que no se puede permitir. Cada a?o que pasa sin cumplir su objetivo pierde credibilidad. Y a esto se unen los riesgos a la baja en el crecimiento. Es como coger una gripe cuando ya tienes una neumon¨ªa¡±, explica el economista ?ngel Ubide.
Estos riesgos son muchos, y en los ¨²ltimos meses se han incrementado. El nombramiento de Boris Johnson como primer ministro brit¨¢nico aumenta la posibilidad de que el Reino Unido abandone la UE sin acuerdo, algo que, seg¨²n el economista jefe de Deutsche Bank, Stefan Schneider, ¡°empujar¨ªa a la recesi¨®n a Alemania y probablemente a toda la eurozona¡±. ¡°La amenaza de japonizaci¨®n [econom¨ªa estancada con bajas tasas de crecimiento, inflaci¨®n y tipos de inter¨¦s] ha aumentado en los ¨²ltimos meses¡±, a?ade.
Para ahuyentar este peligro, el BCE baraja distintas medidas con las que lograr la ansiada subida de precios. Mario Draghi insiste en sus ¨²ltimos discursos en la idea de "simetr¨ªa", lo que significa que tan malo es sobrepasar la barrera del 2% como no llegar a ella; y que el organismo actuar¨¢ en ambos casos. En este contexto, los t¨¦cnicos del BCE estudian ahora si modifican la formulaci¨®n del objetivo de inflaci¨®n para reforzar esta idea de simetr¨ªa.
En Fr¨¢ncfort tambi¨¦n se baraja un cambio en la comunicaci¨®n sobre los tipos de inter¨¦s del futuro. "Hay muchas v¨ªas para lograr el objetivo. Mi favorita es ligar los tipos a la inflaci¨®n, y que el BCE anuncie que no los va a subir hasta cumplir su mandato. As¨ª, se comprometer¨ªa a mantener los tipos bajos durante much¨ªsimo tiempo, creando un incentivo para invertir a largo plazo, porque todo el mundo sabr¨ªa que no se va a encarecer el coste de la financiaci¨®n", a?ade Ubide.
Francisco Vidal, economista jefe de Intermoney, aplaude la actitud proactiva que ha tomado el BCE, adelant¨¢ndose a los acontecimientos en lugar de dej¨¢ndose arrastrar por ellos. ¡°El frenazo de la econom¨ªa europea es real. Y el BCE ha aprendido que no hay que esperar a los peores escenarios. Draghi no se puede permitir el lujo de no actuar. Tiene que dar la imagen de que va a hacer todo lo que est¨¦ en su mano¡±, concluye.
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