?Qu¨¦ tipo de capitalismo queremos?
La desigualdad, la emergencia clim¨¢tica, la pobreza y las crisis bancarias han dado paso a una nueva corriente que clama por reformas profundas en el sistema
?Qu¨¦ tipo de capitalismo queremos? Esta sea tal vez la pregunta que defina nuestra era. Una pregunta a la que hemos de responder correctamente si queremos que nuestro sistema econ¨®mico sea sostenible para las generaciones futuras.
Existen tres modelos: el primero es el ¡°capitalismo de accionistas¡±, que considera que el principal objetivo de las empresas es la obtenci¨®n de beneficios y ha sido el modelo predominante en innumerables sociedades occidentales. El segundo es el ¡°capitalismo de Estado¡±, un modelo que conf¨ªa en el Estado para que marque la direcci¨®n de la econom¨ªa y ha adquirido gran importancia en los mercados emergentes.
Sin embargo, yo me inclinar¨ªa por el stakeholder capitalism, el capitalismo de las partes interesadas, un modelo al que me refer¨ª por primera vez hace medio siglo. En este modelo las empresas son administradoras de la sociedad, y representa la respuesta m¨¢s acertada a los desaf¨ªos sociales y ambientales de nuestros d¨ªas.
El capitalismo de accionistas ha sido el modelo predominante durante una buena parte de nuestra historia econ¨®mica m¨¢s reciente. Se impuso por primera vez en los Estados Unidos en la d¨¦cada de 1970 y fue ampliando su influencia en otros lugares en las d¨¦cadas posteriores. Su impulso tambi¨¦n fue beneficioso. En su momento de m¨¢ximo esplendor, centenares de millones de personas de todo el mundo prosperaban a medida que las empresas orientadas a la obtenci¨®n de beneficios abr¨ªan nuevos mercados y creaban nuevos empleos.
Pero esta situaci¨®n se presta a una segunda lectura. El capitalismo de accionistas descuid¨® el hecho de que una empresa es un organismo social, adem¨¢s de un ente con fines de lucro. Esto, sumado a las presiones ejercidas por el sector financiero con respecto a la obtenci¨®n de resultados a corto plazo, provoc¨® que el capitalismo de accionistas estuviera cada vez m¨¢s desconectado de la econom¨ªa real. Somos muchos los que hemos visto que esta forma de capitalismo ya no es sostenible. ?Por qu¨¦ motivo?
La empresa es un organismo social adem¨¢s de un ente con fin de lucro
Primero vino el efecto ¡°Greta Thunberg¡±. La joven activista sueca nos record¨® que el sistema econ¨®mico actual constituye una traici¨®n a las generaciones futuras por el da?o ambiental que provoca. En segundo lugar, y en l¨ªnea con lo anterior, los millennials y la generaci¨®n Z ya no quieren trabajar para invertir en o comprar en empresas que no se rijan por unos valores m¨¢s amplios. Y por ¨²ltimo, cada vez son m¨¢s los ejecutivos y los inversores que empiezan a comprender que su ¨¦xito a largo plazo depende tambi¨¦n del ¨¦xito de sus clientes, empleados y proveedores.?
Como resultado de ello, el stakeholder capitalism empieza a imponerse a un ritmo acelerado. Es la culminaci¨®n de un proceso largo. Yo describ¨ª este concepto por primera vez en 1971 y cre¨¦ el Foro Econ¨®mico Mundial con el fin de ayudar a las empresas y a los dirigentes pol¨ªticos a aplicarlo. Eso llev¨® a la firma, dos a?os m¨¢s tarde, del Manifiesto de Davos, un documento que describ¨ªa las principales responsabilidades que tiene una empresa para con sus partes interesadas.
Ahora (por fin) est¨¢ empezando a sumarse m¨¢s gente a esta corriente ¡°de las partes interesadas¡±. La Business Roundtable de Estados Unidos, el grupo de presi¨®n m¨¢s influyente de Am¨¦rica, se ha mostrado particularmente a favor del ¡°capitalismo de las partes interesadas¡±. Por otra parte, la denominada ¡°inversi¨®n de impacto¡± tambi¨¦n est¨¢ adquiriendo importancia. Permite a los inversores buscar beneficios ambientales y sociales, adem¨¢s de financieros.
Deber¨ªamos aprovechar el momento para consolidar la posici¨®n dominante del stakeholder capitalism. Para ello, podr¨ªamos presentar un nuevo Manifiesto de Davos que establezca que es necesario que las empresas paguen un porcentaje equitativo de impuestos. Deben mostrar tolerancia cero frente a la corrupci¨®n y respetar los derechos humanos en sus cadenas de suministro mundiales. Y deben respetar la competencia en igualdad de condiciones, tambi¨¦n cuando operen en la econom¨ªa de plataformas.
Pero las empresas van a necesitar adem¨¢s nuevos par¨¢metros y un nuevo prop¨®sito. ?Por ejemplo, cu¨¢les?
Los salarios de los ejecutivos se han disparado desde la d¨¦cada de 1970
Primero, deber¨ªa establecerse un par¨¢metro que mida la creaci¨®n de valor compartido que complementase a los par¨¢metros m¨¦tricos y permitiese mejorar los objetivos ambientales, sociales y de gobernanza. Ya hay en marcha una iniciativa encaminada a ello que goza del respaldo de las cuatro grandes consultoras [PwC, Deloitte, EY y KPMG] y del presidente del Consejo Empresarial Internacional y consejero delegado del Bank of America, Brian Moynihan.
La segunda medida que hay que ajustar es la remuneraci¨®n en los niveles ejecutivos. Desde la d¨¦cada de 1970, el salario de los ejecutivos se ha disparado, fundamentalmente para alinear a los directivos con los accionistas. En el nuevo modelo de las partes interesadas, el salario deber¨ªa estar alineado con la creaci¨®n de valor compartido a largo plazo. Y que no haya ninguna duda: el hecho de ser un buen l¨ªder ya resulta muy gratificante de por s¨ª.
Por ¨²ltimo, las empresas deben comprender que han alcanzado un tama?o tal que se han convertido en una parte interesada de nuestro futuro com¨²n. Obviamente, la empresa debe aprovechar sus competencias b¨¢sicas, su esp¨ªritu empresarial y sus habilidades, pero tambi¨¦n debe trabajar con otras partes interesadas para mejorar el estado del mundo. Ese deber¨ªa ser su fin ¨²ltimo.
?Existe alguna otra v¨ªa? Claro que s¨ª, el capitalismo de Estado tambi¨¦n tiene una visi¨®n a largo plazo, y ha cosechado ¨¦xitos ¨²ltimamente, sobre todo en Asia. Pero, si bien encaja en una fase del desarrollo, deber¨ªa evolucionar a lo largo del tiempo hacia el capitalismo de las partes interesadas con el fin de garantizar que no se corrompa.
Los l¨ªderes empresariales tienen ante ellos una magn¨ªfica oportunidad. Si dan un significado concreto al stakeholder capitalism podr¨¢n ir m¨¢s all¨¢ de sus obligaciones legales y responder a la llamada de la sociedad. Pueden ayudar al cumplimiento de objetivos sociales m¨¢s amplios, como el Acuerdo de Par¨ªs y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Si quieren dejar huella, deber¨ªan aprovecharla.?
Klaus Schwab es fundador y presidente ejecutivo del Foro Econ¨®mico Mundial.
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