Los despedidos mexicanos por la crisis: ¡°Yo no le tengo miedo al coronavirus, yo le tengo miedo al hambre¡±
Pese a la petici¨®n del Gobierno mexicano a la iniciativa privada de sostener el empleo durante la emergencia sanitaria, las compa?¨ªas han echado sin previo aviso a miles de trabajadores
Daniel Mart¨ªnez no esperaba ser despedido. Llev¨® su libreta a la oficina del director, a donde fue llamado el 31 de marzo. Pens¨® que le asignar¨ªan m¨¢s trabajo, quiz¨¢ un nuevo desarrollo como los que supervisaba los cuatro a?os que labor¨® en la inmobiliaria mexicana Be Grand. Todo cambi¨® cuando vio el cheque de su finiquito sobre el escritorio. Su jefe le notific¨® que la empresa no pod¨ªa cubrir su salario debido a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. ¡°Su justificaci¨®n fue que las ventas estaban bajas, que no ten¨ªan buenos ingresos y con lo del virus menos ventas iban a tener¡±, relata.
La empresa trat¨® este despido como una renuncia, lo que la exim¨ªa de cubrir una liquidaci¨®n acorde a un sueldo mensual de unos 25.000 pesos (1.050 d¨®lares). El arquitecto, de 33 a?os, prefiri¨® aceptar el finiquito a comenzar una pelea interminable ante los tribunales laborales. Como ¨¦l, unos 60 trabajadores de Be Grand ¡ªgerentes, coordinadores y personal administrativo¡ª fueron despedidos bajo el eufemismo de una ¡°renuncia voluntaria¡±.
Unas horas antes del despido de Mart¨ªnez, el Gobierno de M¨¦xico hab¨ªa declarado la emergencia sanitaria y la suspensi¨®n de actividades no esenciales hasta el 30 de abril. Ante el riesgo de que las medidas provocaran una catarata de despidos, el Ejecutivo apel¨® a la ¡°solidaridad¡± de los empresarios. ¡°Es un mes de permiso con goce de sueldo, un mes, se puede ayudar de esa manera. Estoy seguro de que la mayor¨ªa de los empresarios nos van a ayudar¡±, dijo el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador a finales de marzo.
La realidad ha comenzado a mostrarle al Gobierno que una invitaci¨®n no es suficiente. No hay red de seguridad que permita a las compa?¨ªas proteger los empleos. Los contagios van en aumento ¡ª el pa¨ªs suma 233 muertes y 3.844 casos positivos¡ª y tambi¨¦n lo hacen las cifras de desempleados. Desde grandes corporativos que cotizan en Bolsa hasta medianas y peque?as empresas han decidido reducir sus n¨®minas para enfrentar el mazazo econ¨®mico provocado por la Covid-19. La Administraci¨®n de L¨®pez Obrador reconoci¨® esta semana que se han perdido m¨¢s de 346.800 empleos en los ¨²ltimos 15 d¨ªas. La cifra supone la destrucci¨®n del trabajo creado en todo 2019. Las estad¨ªsticas que advierten sobre una tasa de desempleo del 5% y una ca¨ªda de cuatro puntos porcentuales del PIB por la crisis comienzan a tener nombres y apellidos.
La petici¨®n de L¨®pez Obrador a los empresarios no tuvo efecto ni siquiera entre sus m¨¢s allegados. Es el caso de Daniel Ch¨¢vez Mor¨¢n, miembro del Consejo Asesor Empresarial del presidente mexicano y due?o de 16 hoteles repartidos en los puntos m¨¢s tur¨ªsticos. Dos de las empresas de su grupo, Vidanta, aparecieron esta semana en la lista de despidos presentada por el Gobierno, con un recorte de m¨¢s de 5.000 puestos entre sus hoteles en Quintana Roo y Nayarit.
¡°Al presidente le falta enterarse un poco m¨¢s de lo que pasa dentro de estas empresas, no est¨¢ viendo lo que la gente est¨¢ padeciendo¡±, dice Gloria Ram¨ªrez, una de las trabajadoras despedidas del grupo de Ch¨¢vez Mor¨¢n. Ram¨ªrez migr¨® de Chiapas por falta de empleo. Pas¨® los ¨²ltimos seis a?os trabajando como camarista del hotel Grand Luxxe, en Nuevo Vallarta (Nayarit). El 27 de febrero lleg¨® al hotel, donde la esperaba una cola de cientos de despedidos que aguardaban sus finiquitos. ¡°Nos obligaron a firmar un papel, no nos dieron ni una copia y si no firm¨¢bamos, no nos pagaban lo que nos adeudaban¡±, cuenta.
Ram¨ªrez no recuerda haber visto despidos tan masivos. ¡°Echaron a casi todos, la mayor parte son trabajadores de la construcci¨®n, solo quedaron unos pocos ejecutivos¡±, explica. La precariedad de los contratos, que suelen ser mensuales o trimestrales, le impidi¨® generar antig¨¹edad, por lo que se vio privada de una indemnizaci¨®n. A las horas de firmar el finiquito, la empresa le deposit¨® lo que le deb¨ªa por esa quincena, unos 2.000 pesos, 85 d¨®lares, que solo le alcanz¨® para las cuentas y la comida de un mes. ¡°Es desesperante. Yo no le tengo miedo al coronavirus, yo le tengo miedo al hambre¡±.
El turismo ha sido una de las actividades m¨¢s golpeada. El Estado de Quintana Roo, con su Riviera Maya, es de los que m¨¢s despidos registr¨®: 63.800 personas perdieron su empleo. El alba?il Francisco Alcudia fue uno de ellos. Trabajaba en la construcci¨®n de un hotel en Tulum hace un mes, cuando la empresa paraliz¨® la obra. ¡°Cientos de mis compa?eros se quedaron en la calle¡±, cuenta. La compa?¨ªa, cuyo nombre no quiere dar, se comport¨® ¡°muy mal¡± con los trabajadores y en algunos casos ni siquiera les pag¨® lo que les deb¨ªa. Tras el cierre de la obra, Alcudia volvi¨® a Canc¨²n, la ciudad donde naci¨®, a unos 130 kil¨®metros. ¡°Ahora trabajo de manera independiente, de pintor, alba?il... Aunque est¨¢ dif¨ªcil¡±, admite.
Ciudad de M¨¦xico, la entidad que m¨¢s casos de coronavirus registra en el pa¨ªs, es otro punto afectado. La compa?¨ªa de manualidades Fantas¨ªas Miguel recort¨® al menos a 100 personas en la capital en las ¨²ltimas semanas de marzo. La orden de mandar a casa a ¡°descansar¡± a sus trabajadores por el coronavirus fue el pre¨¢mbulo a los despidos. ¡°Te ense?an una carta, a la que no te dejan tomarle foto ni te dan una copia, pero te explica que es por la situaci¨®n de la pandemia. Nos hicieron firmar la renuncia. No todos firmaron, solo un 20% de los afectados¡±, cuenta una de las profesoras despedidas, quien prefiere no dar a conocer su nombre por temor a sufrir represalias. Su salario era de 10.000 pesos (421 d¨®lares) mensuales.
Ella accedi¨® a firmar su renuncia pensando que era lo mejor para su familia. ¡°Mi marido no tiene un trabajo seguro y no s¨¦ c¨®mo venga lo de la mentada fase tres (de la pandemia). Tengo dos ni?as y necesitaba el dinero de inmediato porque yo vivo en la incertidumbre, lo que m¨¢s me preocupa es qu¨¦ vamos a comer¡±, se?ala. Al firmar, dej¨® ir la liquidaci¨®n por casi seis a?os trabajados. Su desesperaci¨®n y rabia a¨²n se asoman a su voz al recordar el 25 de marzo, cuando fue despedida. ¡°Me siento bastante decepcionada, siento que la empresa me qued¨® a deber mucho¡±, lamenta.
Aar¨®n Quiroz, de 28 a?os, solo recibi¨® una llamada de su empresa de publicidad el primer d¨ªa de abril. Por tel¨¦fono, los directivos de la compa?¨ªa Once Once Pide un Deseo le comentaron que no podr¨ªan pagarle la ¨²ltima quincena de marzo y ni hablar de un finiquito. Quiroz fue uno de los 150.000 despedidos en los primeros d¨ªas de este mes. El productor audiovisual lamenta que los trabajadores queden atrapados entre el pulso que tienen el Gobierno y los empresarios ante la contingencia. ¡°Se escucha muy bonito que el Gobierno pida que no despidan, pero la verdad es que no lo van a hacer. Es m¨¢s f¨¢cil despedir gente para ahorrar dinero¡±, concluye.
Los afectados comparten el sentimiento de impotencia frente a las numerosas irregularidades en las que perdieron su empleo. Saben que fueron obligados a renunciar en plena contingencia sanitaria, pero prefieren no librar una batalla en los juzgados que para ellos resultar¨¢ costosa, demandante y muy dif¨ªcil de ganar. De acuerdo con los m¨¢s recientes informes de justicia laboral en M¨¦xico, las juntas de conciliaci¨®n est¨¢n rebasadas y un caso de este tipo tardar¨ªa, al menos, cuatro a?os en resolverse.
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