Trabajos invisibles convertidos en servicio p¨²blico

La vida diaria est¨¢ llena de trabajos indispensables que pasan desapercibidos. Oficios an¨®nimos que empiezan a tener nombre cuando dejan de hacerse o cuando se convierten en esenciales. Desde que el 14 de marzo el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, anunciara la declaraci¨®n del estado de alarma, muchos trabajos han cobrado visibilidad por su importancia en esta pandemia. Estos son algunos de ellos.

Operadores de fibra

Detr¨¢s del teletrabajo, de las compras por internet o de las videollamadas a nuestra familia hay un trabajo invisible que la epidemia ha convertido en actividad esencial: los operadores de fibra. ¡°Somos transportistas de la informaci¨®n, hacemos posible que podamos comunicarnos en esta situaci¨®n extaordinaria que estamos viviendo y eso nos da un plus de responsabilidad muy grande¡±, asegura Angel Rivera, director financiero (CFO) de Lyntia, un operador neutral de fibra ¨®ptica. Un trabajo llevado a cabo por hombres y mujeres j¨®venes, en su mayor¨ªa ingenieros de telecomunicaciones y operarios de campo, que va desde el dise?o de conexiones y circuitos en una oficina hasta el despliegue de la fibra por calles y fachadas. En una situaci¨®n de emergencia como esta, donde la demanda de internet ha crecido entre un 50% y un 70% seg¨²n los datos proporcionados por Vodafone, las peticiones de incremento de ancho de banda no han cesado. Para Rivera, el secreto del buen funcionamiento de la red ha estado en la previsi¨®n y la organizaci¨®n: ¡°Nosotros aislamos a las personas claves e implementamos el teletrabajo de forma masiva antes del estado de alarma. Esto ha hecho que estuvi¨¦ramos preparados y que trabajemos casi con la misma normalidad que antes". Y ?c¨®mo han percibido los trabajadores que el servicio que prestan es actividad esencial? : ¡°Lo est¨¢n percibiendo como un privilegio, somos unos afortunados y esto nos sit¨²an en la retaguardia de la lucha contra la pandemia¡± afirma el ejecutivo del operador.

Pickers o preparadores de pedidos

Pablo Garc¨ªa, de 32 a?os, es preparador de pedidos en un supermercado del centro de Madrid. Cree que con esta crisis mucha gente ha empezado a valorar su trabajo al igual que otros m¨¢s visibles: ¡°Antes los clientes ten¨ªan su comida en casa y no se preocupaban de nada m¨¢s. Ahora nos agradecen much¨ªsimo que les llevemos la compra¡±. El trabajo de Pablo ha cambiado de la noche a la ma?ana. No solo porque los pedidos se hayan triplicado o porque la empresa le haya facilitado de un dispositivo m¨®vil que sustituye al bloc de notas para escribir los pedidos. Ha cambiado su forma de hacerlo: ¡°Antes preparaba el pedido de forma mec¨¢nica y ahora pienso en qui¨¦n lo va a recibir, en los clientes que necesitan que yo est¨¦ aqu¨ª y me exponga todos los d¨ªas. La verdad es que me siento importante ¡±, resume Pablo.

Los pedidos de compra a domicilio a trav¨¦s de Internet se han disparado en los ¨²ltimos d¨ªas y diferentes cadenas de supermercados han reforzado el servicio para responder a este sensible incremento de la demanda. La cadena de supermercados DIA han reforzado su plantilla en 1.000 personas, especialmente de perfiles de pickers o preparadores de pedido y repartidores. Estos ¨²ltimos se han convertido en el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena. Jonh Jairo, colombiano de 35 a?os, trabaja con su furgoneta como repartidor desde hace dos a?os para una cadena de supermercados: ¡°Tenemos la presi¨®n adicional del miedo al contagio. Mantenemos la m¨¢xima seguridad con el cliente pero en muchas ocasiones es gente muy mayor que no se puede mover y hay que meter la compra hasta la cocina¡±. Pero a¨²n as¨ª, ¡°es ahora cuando me siento m¨¢s valorado y satisfecho de mi trabajo¡±, confiesa Jonh que cuando oye los aplausos de las ocho de la tarde se siente recompensado.

Quiosqueros

¡°Muchos clientes que antes no hablaban hoy me dan las gracias, gracias por estar aqu¨ª¡±. Jose, madrile?o de 62 a?os, regenta un kiosco de prensa en el centro de Madrid desde hace cinco. Sufri¨® un ERE en su empresa anterior y decidi¨® ser su propio jefe. A pesar de que las ganancias ¡°son una pena¡± en este tiempo, ha decidido seguir abierto: ¡°Somos muy pocos los que permanecemos pero ni con eso se compensan las p¨¦rdidas. Pero hay que estar aqu¨ª para y por los clientes de siempre¡±. El estado de alarma incluye la informaci¨®n entre los bienes b¨¢sicos garantizados y esto ¡°ha calado en el p¨²blico, me lo dicen los vecinos cuando les subo el peri¨®dico, que se lo dejo en el ascensor, que valoran mucho la informaci¨®n estos d¨ªas porque est¨¢n saturados de la televisi¨®n¡±. Una encuesta de la empresa 40dB. para este diario confirma que la demanda ciudadana de informaci¨®n ante la crisis es mayor que nunca.

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