Del control de la pandemia al impulso del empleo
La sociedad comienza a angustiarse ante la falta de una estrategia para la recuperaci¨®n econ¨®mica y empresarial
La lucha sanitaria contra la pandemia est¨¢ funcionando razonablemente bien durante estas primeras semanas en la mayor¨ªa de pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. Los riesgos siguen siendo elevados, pero el confinamiento ha sido eficaz. El problema es que esta estrategia ha supuesto, particularmente en Espa?a, Francia e Italia, una interrupci¨®n sustancial de la actividad econ¨®mica. En el caso de Espa?a, esto se ha traducido en un aumento de los ERTE, una destrucci¨®n de puestos de trabajo y una angustia creciente ante un futuro incierto. Estamos ante un crisis de consecuencias desconocidas que, al prolongarse y no divisarse su final, comienza a generar una gran incertidumbre. Las reacciones iniciales de solidaridad, preocupaci¨®n dominante por el bien com¨²n y empat¨ªa podr¨ªan desembocar en otras m¨¢s peligrosas como el miedo o la explosi¨®n social si el Gobierno, Gobiernos auton¨®micos y municipales, partidos pol¨ªticos y agentes sociales, no miran m¨¢s all¨¢ del corto pazo y no ofrecen unas salidas razonables.
Ning¨²n Gobierno tiene la soluci¨®n m¨¢gica. En el marco de la UE se est¨¢n experimentando pol¨ªticas diferentes para el d¨ªa despu¨¦s del confinamiento. La salud debe ser la primera prioridad. Al mismo tiempo, no podemos olvidar el enorme coste psicol¨®gico y econ¨®mico para los millones de personas que se han quedado sin trabajo durante las ¨²ltimas semanas, los aut¨®nomos que han perdido sus clientes e ingresos, o las pymes que observan con p¨¢nico una larga traves¨ªa del desierto, a pesar de las medidas aprobadas por el Gobierno. Hemos de conseguir que las empresas puedan volver a trabajar. Esto no es una mera obligaci¨®n hacia sus accionistas: es una obligaci¨®n hacia los millones de trabajadores que dependen de ellas para sacar adelante sus familias.
As¨ª como las acciones del Gobierno han sido razonablemente eficaces en el control de la pandemia, la sociedad comienza a angustiarse ante la falta de una estrategia para la recuperaci¨®n econ¨®mica y empresarial. Todas las ayudas financieras y fiscales que las empresas pueden recibir ser¨¢n inefectivas, y solo supondr¨¢n m¨¢s d¨¦ficit y deuda p¨²blica, si la actividad de las empresas no se recupera.
No hay recetas infalibles. Algunos pa¨ªses de la UE como Alemania, Austria o Dinamarca est¨¢n siguiendo caminos diferentes. Sin embargo, hay dos ¨¢reas en las que el Gobierno espa?ol debe tener un impacto diferencial si queremos que este pa¨ªs no se quede atr¨¢s. La primera es convertir el mantenimiento y creaci¨®n de empleo en un objetivo expl¨ªcito y prioritario, y reconocer que las empresas son una parte central de la soluci¨®n. Este objetivo tiene una parte emocional. Debemos agradecer a las empresas y los trabajadores que han mantenido servicios activos en estas primeras semanas de confinamiento su importante contribuci¨®n a la sociedad, por detr¨¢s solo del extraordinario servicio de m¨¦dicos y de personal sanitario. No habr¨¢ recuperaci¨®n si las empresas y sus trabajadores no pueden volver a trabajar en condiciones m¨¢s o menos ordinarias, atendiendo a las medidas sanitarias prudenciales. Esto supone un gran esfuerzo para poder realizar las pruebas de diagn¨®stico y el seguimiento y atenci¨®n de las personas con s¨ªntomas del virus. Hemos de reconocer que en este campo no estamos avanzando a la velocidad necesaria.
La segunda ¨¢rea es que Espa?a necesita una estrategia econ¨®mica para la creaci¨®n y mantenimiento de puestos de trabajo. La analog¨ªa de los Pactos de la Moncloa es ¨²til, pero hemos de reconocer que los contenidos han de ser diferentes, pues los momentos hist¨®ricos han cambiado. Poner el ¨¦nfasis en unos pactos de Estado que quieran abarcar muchos aspectos institucionales tienen hoy el riesgo enorme de no poner atenci¨®n en lo que debe ser la prioridad central: c¨®mo podemos mantener y crear empleo, impulsar nuestras empresas, en una estrategia compatible con la seguridad sanitaria imprescindible. La gran cuesti¨®n es c¨®mo protegemos los puestos de trabajo y las empresas que los sostienen. De ellos dependen los ingresos tributarios para financiar el gasto sanitario, las pensiones o la educaci¨®n. Y esta estrategia es necesaria para poder aprovechar las ayudas estructurales que se est¨¢n preparando en la UE para la revitalizaci¨®n de los diversos sectores de la econom¨ªa.
El problema es que esta pregunta tiene una respuesta tan compleja como la de la contenci¨®n de la pandemia. En este caso, adem¨¢s, las curvas de contagio no sirven como referencia. Tampoco sirven mucho los cuadros macroecon¨®micos o los planes de ayuda generales como los aprobados durante las ¨²ltimas semanas. Un ejemplo. Los ERTE son instrumentos imprecisos, mucho menos eficaces que el esquema del kurzarbeit (trabajo a tiempo limitado) utilizado con gran ¨¦xito por Alemania y Austria en la gran crisis financiera, y que ahora sus Gobiernos han vuelto a reactivar. Deber¨ªamos aprender del kurzarbeit: los ERTE deber¨ªan poder incluir elementos adicionales de flexibilidad seg¨²n las empresas y un compromiso para dedicar tiempo a la formaci¨®n.
Vivimos unos momentos que requieren una gran sabidur¨ªa pol¨ªtica, esp¨ªritu de cooperaci¨®n y generosidad para colocar el bien com¨²n por encima de los bienes individuales, tanto en el ¨¢mbito pol¨ªtico como en el empresarial. Si el Gobierno espa?ol desea realmente impulsar la recuperaci¨®n econ¨®mica, debe escuchar y trabajar con los interlocutores que tienen la responsabilidad ¨²ltima de las empresas, y que conocen el detalle de la realidad, a nivel sectorial y territorial.
El Gobierno podr¨ªa tener un diagn¨®stico m¨¢s completo y un elenco de posibles medidas m¨¢s contundentes si consultara de manera sistem¨¢tica a empresarios y a expertos econ¨®micos y sociales ¡ªincluyendo sindicatos y patronales¡ª que re¨²nan la experiencia de los diversos sectores econ¨®micos, la diversidad de comunidades aut¨®nomas y la variedad del tejido empresarial. El tejido empresarial es diverso y una acci¨®n econ¨®mica eficaz para asegurar la recuperaci¨®n cuando en el horizonte solamente hay niebla exige informaci¨®n concreta muy pegada a la realidad y medidas que las empresas y sus directivos confirmen que pueden tener un impacto positivo para el mantenimiento del empleo.
La salida de la crisis 2008-2010 fue muy compleja y tuvo unos costes enormes. Deber¨ªamos aprender de lo que hicimos bien y de lo que no hicimos tan bien como sociedad. Dos atributos positivos de aquella salida de la crisis fueron la mayor internacionalizaci¨®n de nuestras empresas y la emergencia de un nuevo dinamismo emprendedor y con perfil internacional ¡ªcon emprendedores, cient¨ªficos e inversores de muchos pa¨ªses que vinieron a Espa?a¡ª, aunque no puede decirse que fueran objetivos que se persiguieran decididamente. Fue la reacci¨®n de muchas empresas que hicieron lo que pudieron para sobrevivir en un marco legislativo m¨¢s favorable. Bajo la ¨®ptica de la creaci¨®n de empleo, deber¨ªamos aprovechar esta crisis para impulsar de verdad la educaci¨®n, la formaci¨®n para el trabajo profesional, la mejora de la productividad y la transformaci¨®n digital de las empresas y del propio Gobierno. Estas son acciones necesarias y una voluntad decidida del Ejecutivo para avanzar marcar¨ªa la diferencia.
Muchos ciudadanos damos apoyo a las acciones del Gobierno en el ¨¢mbito sanitario. Pero la sociedad pide tambi¨¦n una atenci¨®n a la salida econ¨®mica de la crisis. No est¨¢n en juego solo unas empresas m¨¢s o menos competitivas: nos jugamos que la empresa pueda mantener y crear puestos de trabajo, ayudar a formar a personas, fomentar la innovaci¨®n y la internacionalizaci¨®n, contribuir a financiar gasto sanitario y pensiones y ofrecer oportunidades de futuro para todos. Alguien tiene que pensar de manera sistem¨¢tica en estos retos. El Gobierno tiene una enorme obligaci¨®n, pero todos hemos de realizar nuestra contribuci¨®n. Si el Ejecutivo asume y trabaja para lograr consensos amplios y efectivos, dentro de unos a?os sus acciones quedar¨¢n como referencia de unas pol¨ªticas de recuperaci¨®n econ¨®mica que, en momentos oscuros, salvaron muchas empresas, protegieron el empleo y la creaci¨®n de riqueza para todos y ayudaron a proyectar el pa¨ªs hacia el futuro.
Jordi Canals es profesor del IESE Business School.
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