Espa?a, otra vez en el alambre
La econom¨ªa espa?ola tendr¨¢ que resolver la tormenta perfecta de sus finanzas p¨²blicas en los pr¨®ximos a?os
1803, 1808, 1864, 1882, 1929, 1936, 1941-1960, 1975, 1981, 1992, 2008¡ Y ahora 2020. Otra vez en el alambre. Cual historia de ciencia ficci¨®n, una pandemia inimaginable ha provocado el cierre de una econom¨ªa desarrollada, abierta y de servicios, basada en las relaciones personales y con un sistema del bienestar cuyas costuras ya estaban tensadas por la crisis precedente. Por m¨¢s que se bucee en otras crisis, no aparece un patr¨®n claro por el que cortarla. Todo es incertidumbre en torno a ella: por su duraci¨®n, por su riesgo de rebrotes, por c¨®mo ser¨¢ la nueva normalidad, por el peligro de mutar en otras crisis, porque se desconoce qu¨¦ puede impulsar la recuperaci¨®n. ¡°Rara vez dibujan una V sim¨¦trica que restablezca el mismo nivel¡±, recuerda Lorenzo Bernaldo de Quir¨®s, presidente de Freemarket.
La econom¨ªa espa?ola ya parte de una peor posici¨®n porque ha sufrido m¨¢s contagios y un confinamiento m¨¢s duro. Y como se?ala el economista Jos¨¦ Carlos D¨ªez, es dif¨ªcil que el rebote pueda ser muy vigoroso cuando los sectores que sacaron a Espa?a de la anterior recesi¨®n est¨¢n entre los m¨¢s perjudicados: el turismo y la hosteler¨ªa vislumbran un horizonte incierto; las exportaciones se resienten; la industria del autom¨®vil disminuir¨¢ su peso al no estar aqu¨ª los centros de decisi¨®n, y la inversi¨®n empresarial, afectada adem¨¢s por la destrucci¨®n de sociedades, no encontrar¨¢ la demanda necesaria. En tanto que no se disipen las dudas sobre el virus, la econom¨ªa espa?ola es un avi¨®n que intenta remontar el vuelo con varios motores fallando. Ni siquiera la econom¨ªa sumergida servir¨¢ de refugio mientras persista el distanciamiento social. Solo el gasto p¨²blico va a aumentar, dice la Autoridad Fiscal. Eso s¨ª, esta vez lo financiar¨¢ en parte el BCE, siempre que no lo impida el Constitucional alem¨¢n o cualquier otra resistencia del norte.
Y existe el riesgo de que haya da?os persistentes, como sugieren el Banco de Espa?a y la Autoridad Fiscal. Con un 30% de los ocupados en ERTE o con prestaci¨®n de aut¨®nomo, ?cu¨¢ntos ser¨¢n capaces de volver al trabajo? Un tercio no lo har¨¢, pronostica la Autoridad Fiscal. Y numerosos temporales han perdido su empleo o ya no lo conseguir¨¢n. Adem¨¢s, el Banco de Espa?a apunta el riesgo de que en una demograf¨ªa empresarial dominada por pymes la falta de liquidez pueda acabar en problemas de solvencia y, por tanto, en quiebras.
Incluso con el colch¨®n del Estado, las familias perder¨¢n rentas. El ahorro se disparar¨¢ por la incertidumbre. Y, en consecuencia, el consumo no tendr¨¢ el mismo fuelle. Aunque el gasto se dirija a otros productos, el total se reducir¨¢, se?ala un reciente estudio encabezado por Guerrieri. Los nuevos h¨¢bitos har¨¢n que se gaste menos en comida, transporte, ropa... Con la actividad a medio rendimiento, parte de las empresas tendr¨¢ dificultades para abrir de nuevo soportando unos costes fijos altos, alertan los empresarios. Los negocios low cost no podr¨¢n aguantar con la mitad del aforo. Algunos incluso pueden verse obligados a subir precios. Tambi¨¦n habr¨¢ subidas por shocks en la oferta, por ejemplo por la falta de trabajadores en el campo. Resistir¨¢n mejor los que tengan una estructura con menores costes fijos. Las grandes tecnol¨®gicas y la gig economy saldr¨¢n reforzadas, como se ha visto en las Bolsas, explica Francisco Vidal, economista jefe de Intermoney.
?Devaluaci¨®n salarial?
A pesar del BCE y las pol¨ªticas fiscales, los economistas se?alan que la cosa tomar¨¢ un cariz deflacionista si se prolonga: para sobrevivir las empresas ajustar¨¢n empleos y salarios, suprimir¨¢n la inversi¨®n y primar¨¢n el pago de deudas, retroalimentando la espiral. Sumidos en una reconversi¨®n sectorial sin saber cu¨¢l ser¨¢ el futuro, se corre el riesgo de otra devaluaci¨®n salarial pese a que esta vez el foco no est¨¦ en recobrar la competitividad. Romper este bucle requerir¨¢ dos cosas: confianza en que se puede retomar la actividad y medidas que bajen los costes fijos de las empresas. Solo que el escaso margen fiscal ha hecho que el Gobierno ponga menos ayudas que otros pa¨ªses y fije condiciones exigentes para el acceso, se quejan fuentes empresariales.
En tanto que no se solvente la pandemia, los problemas que dejamos sin resolver regresan como zombis mal enterrados. La tecnolog¨ªa, la globalizaci¨®n y la Gran Recesi¨®n hab¨ªan acentuado una polarizaci¨®n entre los trabajadores formados y los que no. Ahora puede recrudecerse y convertirse en una brecha entre ocupados y parados, entre los que teletrabajan y los que no, entre indefinidos y temporales. Una encuesta a economistas europeos de IGM concluye que la desigualdad aumentar¨¢ tras la covid-19.
Las dificultades se acumulan. La recuperaci¨®n coincidir¨¢ con el comienzo en 2023 de la jubilaci¨®n del baby boom, que elevar¨¢ a¨²n m¨¢s el coste de las pensiones. La Autoridad Fiscal alerta de la necesidad de ajustes como los de la pasada d¨¦cada. Los expertos coinciden en que habr¨¢ que contener gastos y recortar otros, subir impuestos y aumentar algunos desembolsos, al tiempo que se atrae la inversi¨®n, necesaria por la elevada dependencia de financiaci¨®n externa. No existir¨¢ el dilema entre recortes e impuestos: ser¨¢ la tormenta perfecta de las finanzas p¨²blicas y habr¨¢ que hacer de todo. Sin ayuda, ser¨¢ casi imposible salir de esta pagando la deuda solo con crecimientos de la econom¨ªa. Y Europa puede ayudar mal y tarde. Lo ideal ser¨ªa un plan a medio y largo plazo que espacie el golpe con el acuerdo de, al menos, los dos principales partidos. Pero esta crisis pinta que acabar¨¢ con m¨¢s fragmentaci¨®n pol¨ªtica y Bruselas imponiendo las condiciones.
Despegarse de Italia
El mayor peligro es quedarse rezagado. Si los dem¨¢s Estados empiezan a reducir el desfase de las cuentas p¨²blicas y Espa?a no consigue hacerlo, entonces los pa¨ªses del norte reclamar¨¢n al BCE que compre menos deuda y exigir¨¢n la condicionalidad a cambio de las ayudas europeas. Es decir: reformas y ajustes. ¡°No pasar¨¢ este a?o, pero s¨ª el que viene o el siguiente¡±, se?ala Vidal. La Comisi¨®n Europea ya ha retratado el perfil incumplidor de Espa?a calculando que el d¨¦ficit estructural de 2019 se dispar¨® al 4% del PIB.
Aun as¨ª, con su endeudamiento camino de alcanzar el 160% del PIB, Italia es el elefante en la habitaci¨®n. Su incapacidad para crecer en los ¨²ltimos a?os es manifiesta. Y su escenario pol¨ªtico es complicado. En esta crisis, los transalpinos ser¨¢n la bomba que ponga a prueba el euro. Y cuanto m¨¢s pueda hacer Espa?a para despegarse de ellos, mejor: ¡°Ser¨¢ importante que en alg¨²n momento aceptemos una condicionalidad razonable con tal de evitar una crisis de deuda¡±, confiesa un alto cargo de la Administraci¨®n. El mercado ya eleva la prima de riesgo espa?ola cada vez que sube la italiana, apunta Emilio Ontiveros, presidente de Afi. Los inversores han puesto de nuevo a Espa?a en el alambre.
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