Guy Ryder: ¡°Necesitamos mucha m¨¢s solidaridad internacional para superar la crisis¡±
Para el director general de la OIT la cuesti¨®n hoy es saber si seremos capaces de aprender de esta crisis, sacar conclusiones de los problemas de la gente y adaptar las pol¨ªticas de protecci¨®n
El golpe de la covid-19 en el mercado laboral no tiene precedentes. ¡°Es una situaci¨®n tr¨¢gica¡±, alerta el director general de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder (Liverpool, 1956), al tel¨¦fono desde Ginebra. Asegura que son cifras nunca vistas en el mundo, donde se van a perder 305 millones de puestos de trabajos equivalentes (¡°ya que hoy los sistemas de retenci¨®n de empleo complican mucho contabilizar el n¨²mero de parados¡±), y que la semana que viene, cuando la OIT lance su cuarto informe desde marzo, no cree que se vaya a ver una mejora, "m¨¢s bien los datos empeorar¨¢n¡±.
Por eso Ryder no duda en afirmar que la pr¨®xima pandemia ser¨¢ la del hambre, ya que el impacto de la covid-19 se ceba con los trabajadores m¨¢s vulnerables, 2.000 millones de personas con empleos informales, que pueden perder el 60% de sus ingresos y disparar sus niveles de pobreza en 35 puntos, incluso en los pa¨ªses m¨¢s ricos. Porque en una econom¨ªa globalizada, lo que pasa en una regi¨®n afecta al resto. ¡°La pandemia nos muestra la precariedad del trabajo en todos los continentes. Tenemos grandes niveles de inequidad y vulnerabilidad en todos los pa¨ªses del mundo y lagunas terribles en la protecci¨®n social hasta en los m¨¢s desarrollados¡±.
Pese a ello, Ryder no pierde el optimismo: ¡°No debemos ceder ante la fatalidad. La salida de la crisis, que va a ser m¨¢s complicada que el confinamiento, depende de nosotros y de las pol¨ªticas que se apliquen. Hemos de construir un marco mejor¡±. La cuesti¨®n ahora, aprecia, es si seremos capaces o no de aprender de esta pandemia, de sacar conclusiones sobre los problemas de la gente y adaptar las pol¨ªticas de protecci¨®n social. ¡°En la crisis de 2008 no aprendimos mucho. Ojal¨¢ esta vez sea diferente¡±.
El director de la OIT es muy cr¨ªtico con las instituciones internacionales: ¡°Mientras que los paquetes de ayudas nacionales han sido impresionantes ¡ªse calcula que el total de los recursos invertidos es de nueve billones de d¨®lares, algo in¨¦dito¡ª, las transferencias internacionales han sido muy insuficientes, a diferencia de en la crisis financiera. Necesitamos much¨ªsima m¨¢s solidaridad internacional y europea. Falta un liderazgo internacional¡±. Ryder reconoce, no obstante, que el plan de reconstrucci¨®n presentado esta semana por Alemania y Francia es alentador, ¡°un paso en la buena direcci¨®n¡±.
Espa?a
¡°Espa?a se ha mostrado a la altura de la crisis, con los ERTE o la propuesta del ingreso m¨ªnimo vital del Gobierno, y est¨¢ teniendo un papel importante en el debate europeo¡±, destaca, igual que los acuerdos conseguidos a trav¨¦s del di¨¢logo social. Eso s¨ª, el mercado de trabajo tiene debilidades estructurales y desaf¨ªos importantes por delante, aprecia.
Ante la diversificaci¨®n cada vez mayor de las formas de trabajo y contrataci¨®n, con el ejemplo m¨¢s evidente de las plataformas de Internet, que son sin¨®nimo de la degradaci¨®n de la protecci¨®n del trabajador, Ryder opina: ¡°Si aceptamos que esa diversificaci¨®n es inevitable e incluso positiva, habr¨¢ que crear las condiciones para que ofrezcan los mismos niveles de protecci¨®n a cualquier trabajador independientemente de su forma de contrataci¨®n. Los trabajadores m¨¢s golpeados por esta crisis muestran que es un tema pendiente. Hemos de abordar unas garant¨ªas m¨ªnimas¡±.
Respecto al teletrabajo, que solo lo pueden ejercer el 18% de los empleados mundiales y el 30% o 35% en los pa¨ªses desarrollados, el directivo no da por hecho que se vaya a extender tras la pandemia y favorecer la desigualdad. ¡°Hay una nueva normalidad en el mundo que ser¨¢ impuesta durante el tiempo que estemos obligados a vivir con el virus. Pero despu¨¦s podremos elegir el futuro del trabajo que queremos. Tendremos que tomar decisiones. Cuando salgamos de este t¨²nel no podemos caer en la trampa de la austeridad¡±.
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