El IMV: un primer paso hacia la igualdad de oportunidades
Para que el ingreso m¨ªnimo tenga ¨¦xito ha de alentar a sus perceptores a encontrar trabajo y el acompa?amiento de los Servicios P¨²blicos de Empleo
Espa?a est¨¢ entre los pa¨ªses de Europa con mayores niveles de pobreza, desigualdad de ingresos y con menor capacidad redistributiva. Si bien a partir de 2014 se vislumbra una reactivaci¨®n econ¨®mica fuerte y s¨®lida que crea alrededor de medio mill¨®n de empleos por a?o, queda un colectivo de m¨¢s de un mill¨®n de personas cronificadas en el desempleo con enormes dificultades para volver al mercado laboral. De estas, siete de cada diez son personas mayores de 45 a?os, con niveles educativos bajos y que perdieron el empleo en la crisis.
La alta cronificaci¨®n del desempleo es un mal singular de nuestra econom¨ªa. Ning¨²n pa¨ªs europeo de nuestro entorno tiene casi a la mitad del colectivo de personas desempleadas en situaci¨®n de desempleo de larga duraci¨®n. Y es precisamente este uno de los principales determinantes de esa mayor desigualdad de ingresos en comparaci¨®n con nuestros socios europeos.
Otro de los problemas al que Espa?a se enfrenta es una escasa movilidad social. Esto quiere decir que para los hogares que viven en situaci¨®n de pobreza, salir de ella tiene una enorme dificultad. Este hecho es, si cabe, m¨¢s preocupante si se tiene en cuenta la evidencia que muestra c¨®mo los niveles de pobreza se transmiten de unas generaciones a otras. En consecuencia, las oportunidades de los menores que viven hoy en hogares pobres son menores a las del resto, lo que confronta directamente contra la igualdad de oportunidades.
Es en este contexto de creciente desigualdad de ingresos y de oportunidades en el que nace el ingreso m¨ªnimo vital (IMV), como una medida necesaria para paliar la pobreza de los hogares m¨¢s vulnerables. Y decimos paliar porque la medida aprobada en ning¨²n caso consigue que los hogares perceptores salgan de los umbrales de riesgo de pobreza. Seg¨²n la terminolog¨ªa est¨¢ndar internacional de pobreza, un hogar se encuentra en riesgo de pobreza si recibe menos del 60% del ingreso mediano de su sociedad. El IMV permite a los hogares perceptores alcanzar entre el 30% y el 40% del ingreso mediano de nuestro pa¨ªs, dependiendo de la tipolog¨ªa y tama?o del hogar. El papel del IMV es actuar como suelo protector de la pobreza extrema sobre el que luego cada comunidad aut¨®noma debiera actuar, complement¨¢ndolo seg¨²n sus necesidades y posibilidades.
El dise?o b¨¢sico de esta herramienta act¨²a como complemento subsidiario de los ingresos totales del hogar hasta alcanzar el umbral fijado. Es, por tanto, compatible con un empleo, siempre que los ingresos laborales no sean suficientes para salir de los umbrales de pobreza definidos por el IMV. Adem¨¢s, las personas perceptoras deben estar vincu?ladas a los Servicios P¨²blicos de Empleo regionales con el objetivo de facilitar su inserci¨®n laboral. Por ¨²ltimo, esta prestaci¨®n se recibe mientras dure la situaci¨®n de pobreza. Hasta aqu¨ª el dise?o b¨¢sico del IMV.
Dos elementos complementarios
Sin embargo, para que el fin de esta ayuda vaya m¨¢s all¨¢ de paliar la pobreza y sea tambi¨¦n una herramienta ¨²til como palanca para la inserci¨®n laboral, es imprescindible que el dise?o b¨¢sico venga acompa?ado de dos elementos complementarios. Ambos existen en los pa¨ªses europeos y son determinantes para evitar que los perceptores caigan en la llamada ¡°trampa de la pobreza¡±, que podr¨ªa producirse si la percepci¨®n de la ayuda se des?vincula de la inserci¨®n laboral.
El primero de ellos son los denominados est¨ªmu?los al empleo. Estos premian a quienes encuentran un empleo haciendo que los ingresos totales sean mayores si se escoge la opci¨®n de trabajar que ¨²nicamente recibiendo la prestaci¨®n. La evidencia confirma que el tipo de empleos a los que estos colectivos perceptores de IMV acceden son normalmente muy inestables. El miedo de quienes perciben la ayuda a perder la prestaci¨®n y quedarse en el futuro sin empleo y sin prestaci¨®n puede provocar reticencia a aceptar ofertas laborales precarias. Por esta raz¨®n, es aconsejable premiar el empleo con un aumento temporal y gradual de los ingresos, as¨ª como aportar seguridad en la cobertura de la prestaci¨®n hasta que puedan emanciparse totalmente de la ayuda, por haber conseguido un empleo estable. Por lo tanto, un dise?o adecuado de los est¨ªmulos al empleo facilita la inserci¨®n laboral y, adem¨¢s, permite aflorar econom¨ªa sumergida, lo cual es sin duda beneficioso para toda la sociedad. El IMV tiene previsto incorporar este elemento, pero por ahora no se ha implementado, ni se conocen los detalles de su futuro dise?o.
El segundo elemento que debe acompa?ar a un buen dise?o de rentas m¨ªnimas, como es el IMV, es una adecuada activaci¨®n para el empleo. En un primer momento, los Servicios Sociales debieran establecer qu¨¦ personas deben acceder a esta activaci¨®n, pues en muchos casos, el acceso a un empleo podr¨ªa no ser un objetivo plausible en casos de extrema vulnerabilidad. Una vez exceptuados estos colectivos, las personas perceptoras de estas ayudas debieran recibir un acompa?amiento continuo de las instituciones laborales para que la inserci¨®n laboral y la no dependencia de estas ayudas fuera una realidad m¨¢s pronto que tarde. Este acompa?amiento exige una orientaci¨®n personalizada y un itinerario de capacitaci¨®n, siempre con la mirada puesta en las posibles salidas laborales. La activaci¨®n para el empleo en nuestro pa¨ªs est¨¢ transferida a las comunidades aut¨®nomas y, en consecuencia, son los Servicios P¨²blicos de Empleo (SEPE) regionales los responsables del desarrollo de estas herramientas. En pa¨ªses de nuestro entorno, como Alemania, Francia y, por supuesto, los pa¨ªses n¨®rdicos, esta forma de activaci¨®n de las personas desempleadas es el elemento principal para acelerar la vuelta al empleo. Lamentablemente, debemos reconocer la falta de una estructura moderna y eficaz para la activaci¨®n de las personas sin empleo en nuestro pa¨ªs y, en particular, de los grupos m¨¢s vulnerables, como son las perceptoras de este tipo de ayudas. Esta es sin duda una tarea pendiente. Algunas propuestas en esta l¨ªnea apuestan por un ¨²nico portal de empleo, haciendo uso del big data, que sirva de apoyo al personal de los SEPE para orientar adecuadamente a las personas en desempleo y, en especial, a perceptores de IMV. Esta labor de los SEPE ser¨¢ tambi¨¦n crucial para luchar contra los altos niveles de cronificaci¨®n y, por tanto, de desigualdad mencionados al inicio.
En resumen, el IMV es un primer paso hist¨®rico y necesario para suavizar los niveles de pobreza en nuestro pa¨ªs, pero, para que adem¨¢s sirva como palanca para la inserci¨®n laboral, debe venir acompa?ado de medidas complementarias modernas y eficaces.
Sara de la Rica y Luc¨ªa Gorj¨®n, directora e investigadora de la Fundaci¨®n ISEAK.
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