Draghi ve sostenible la avalancha de nueva deuda p¨²blica europea ¡°solo si se dedica a fines productivos¡±
El expresidente del BCE llama a "hacer m¨¢s" para apoyar a los j¨®venes: "Las ayudas se acabar¨¢n y ellos quedar¨¢n atr¨¢s, comprometiendo sus ingresos futuros"
El gran art¨ªfice de la muleta monetaria en la que la eurozona se apoy¨® para superar los momentos m¨¢s delicados en la ¨²ltima crisis de deuda vuelve a la palestra tras meses de silencio. El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi ha alertado este martes, durante su intervenci¨®n en un foro celebrado en Rimini (Italia), de que el ¡°acertado¡± esfuerzo fiscal europeo para hacer frente a la pandemia, sin precedentes en tiempos de paz, es sostenible ¡°solo si [el dinero levantado en los mercados] se dedica a fines productivos: capital humano, infraestructuras cruciales para la producci¨®n e investigaci¨®n¡±. En ese caso, ha dicho el banquero central italiano, ser¨¢ ¡°deuda buena¡±. Si, por el contrario, las nuevas obligaciones asumidas con los acreedores tienen como destino ¡°prop¨®sitos improductivos¡±, ser¨¢ ¡°deuda mala y su sostenibilidad se erosionar¨¢¡±. Los tipos de inter¨¦s ultrabajos, ha remarcado, no son por s¨ª solos una garant¨ªa de sostenibilidad: ¡°la percepci¨®n sobre la calidad de la deuda incurrida es igual de importante. Y cuanto m¨¢s se deteriora esa percepci¨®n, m¨¢s incierto ser¨¢ el marco de referencia, poniendo en peligro el empleo, la inversi¨®n y el consumo¡±.
Desde que dej¨® el sill¨®n de mando del Eurobanco, en octubre del a?o pasado, las inmersiones del tambi¨¦n ex gobernador del Banco de Italia en el debate p¨²blico se miden con cuentagotas ¡ªun art¨ªculo de fondo en el Financial Times en el momento m¨¢s crudo de la pandemia y, ahora, su primera participaci¨®n en un foro p¨²blico¡ª y sus palabras cobran especial sentido cada vez que se lanza al ruedo. La hemeroteca le avala: sin su acci¨®n decidida y su ¡°har¨¦ todo lo necesario para sostener el euro y, cr¨¦anme, eso ser¨¢ suficiente¡± aquel julio de 2012 en el que la moneda ¨²nica temblaba ante el ataque de los mercados y la inacci¨®n fiscal de los pa¨ªses m¨¢s rigoristas del club comunitario, la historia de la moneda ¨²nica habr¨ªa sido otra. Y es su legado el que gu¨ªa los pasos de su sucesora, la francesa Christine Lagarde, en su respuesta al enorme desaf¨ªo del coronavirus.
¡°La movilizaci¨®n de todos los recursos disponibles para proteger a los trabajadores y las empresas ha evitado que una recesi¨®n inevitable se convirtiese en una depresi¨®n prolongada¡±, ha esbozado Draghi en un tono con m¨¢s apelaciones a la ¨¦tica que tecnicismos econ¨®micos, ante un auditorio plagado de figuras econ¨®micas y pol¨ªticas italianas. ¡°Pero el estado de emergencia y las medidas que este justifica no durar¨¢ para siempre: ahora es el momento de demostrar sabidur¨ªa y elegir el futuro que queremos construir¡±.
Tras semanas de tribulaciones, a finales de julio la Uni¨®n Europea (comandada, hoy s¨ª, por el Ejecutivo comunitario) alumbr¨® un acuerdo para poner en marcha un ambicioso y multimillonario fondo de reconstrucci¨®n que ser¨¢ un aut¨¦ntico salvavidas para los eslabones m¨¢s d¨¦biles del club: de nuevo, el sur, con Espa?a e Italia a la cabeza. Draghi, firme defensor de una uni¨®n fiscal de verdad y de la mutualizaci¨®n de deuda a escala continental, aplaude sin fisuras el giro de guion. ¡°Tras d¨¦cadas en las que la voluntad de Gobiernos individuales ha prevalecido en la toma de decisiones, la Comisi¨®n est¨¢ de nuevo en el coraz¨®n de la acci¨®n. Europa puede salir reforzada de esta crisis: la acci¨®n de los Estados descansa sobre los cimientos creados por la pol¨ªtica monetaria y el fondo EU Next Generation [el nombre oficial del nuevo instrumento europeo de inversi¨®n] enriquece el arsenal de pol¨ªticas¡±. Adem¨¢s, ha deslizado, ¡°el reconocimiento del papel que un Presupuesto europeo puede desempe?ar en la estabilizaci¨®n de nuestras econom¨ªas y el precedente de una emisi¨®n conjunta de deuda es importante y puede sentar las bases para el nombramiento de un ministro del Tesoro com¨²n¡±.
Durante a?os, ha criticado este martes el exjefe del instituto emisor europeo ¡ªsiempre fiel a su tono calmo, ese que nunca dej¨® a un lado ni en los momentos m¨¢s tensos de su mandado¡ª , ¡°el ego¨ªsmo colectivo ha llevado a los Gobiernos a desviar la atenci¨®n y los recursos hacia iniciativas que garantizaban r¨¦ditos pol¨ªticos inmediatos. Pero eso ya no es aceptable hoy¡±. La pandemia, afirma, ¡°ha profundizado las desigualdades¡± y, aunque no ha supuesto una destrucci¨®n f¨ªsica equiparable a la originada por un conflicto armado, ¡°muchos temen que la destrucci¨®n de capital humano sea la mayor desde la Segunda Guerra Mundial¡±. ¡°Debemos adaptar, y no abandonar, los principios que nos han guiado en el pasado, reafirmando nuestra adhesi¨®n a Europa y a sus reglas de responsabilidad, pero tambi¨¦n reconociendo nuestra interdependencia y solidaridad. El futuro no debe carecer de puntos de referencia, algo que llev¨® en d¨¦cadas pasadas, como en la de los setenta, a pol¨ªticas err¨¢ticas y poco efectivas y a un mayor desempleo¡±.
Un mazazo para los j¨®venes
En un intento por a?adirle un punto adicional de relevancia, Draghi ha comenzado y terminado su discurso con una referencia directa al colectivo m¨¢s damnificado por la Gran Crisis y con el que se est¨¢ ensa?ando especialmente la recesi¨®n originada por la pandemia: los j¨®venes. ¡°Tras esta sucesi¨®n de crisis, las ayudas provistas por muchos pa¨ªses son una primera forma de apoyo para aquellos que han sufrido el mayor golpe, permiti¨¦ndoles sobrevivir y empezar de nuevo. Pero debemos hacer mucho m¨¢s para apoyar a los j¨®venes. Las subvenciones se acabar¨¢n y se mantendr¨¢ la falta de cualificaci¨®n profesional, sacrificando su libertad de elecci¨®n y sus ingresos futuros¡±.
Sobre los hombros de quienes hoy est¨¢n estudiando o acaban de incorporarse al mercado laboral recaer¨¢, adem¨¢s, el ingente volumen de nueva deuda p¨²blica del que saldr¨¢n todos los pa¨ªses occidentales, sin excepci¨®n. ¡°Ser¨¢ devuelto, principalmente, por los j¨®venes de hoy. Es nuestra responsabilidad equiparles con los medios para que puedan afrontar ese endeudamiento y que vivan en sociedades mejores¡±. Un aviso a navegantes para Bruselas y el resto de capitales europeas: el futuro est¨¢ hoy, m¨¢s que nunca, en juego.
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