Los impagos de empresas estatales ponen a prueba la fortaleza china
La incapacidad de cinco grandes compa?¨ªas p¨²blicas de cumplir con sus compromisos financieros hace saltar las alarmas
Los impagos son un juego peligroso. La ca¨ªda de una ficha de domin¨®, por peque?a que resulte, puede iniciar una reacci¨®n en cadena de consecuencias impredecibles. La memoria todav¨ªa est¨¢ fresca. El estallido de las hipotecas basura en 2007 provoc¨® el mayor impago privado de la historia: 600.000 millones de d¨®lares (496.000 millones de euros) a nombre de Lehman Brothers, firma que en su derrumbe arrastr¨® al mundo entero a una crisis financiera global de la que muy pocos pa¨ªses escaparon. Uno de ellos fue China, cuya econom¨ªa qued¨® blindada gracias a su relativo aislamiento y a un robusto programa de est¨ªmulos. Ahora, las alarmas del gigante asi¨¢tico han saltado ante la amenaza de una hipot¨¦tica crisis de cr¨¦dito.
Hasta cinco grandes empresas estatales han entrado en sucesivos impagos a lo largo de las ¨²ltimas semanas. La m¨¢s reciente ha sido Jizhong Energy Group, propiedad de Minmetals International Trust y a su vez del Gobierno de la provincia de Hebei, que a finales de noviembre anunci¨® su incapacidad para cumplir con los plazos en la devoluci¨®n de un pr¨¦stamo por valor de 500 millones de yuanes (unos 62 millones de euros).
La lista cada vez es m¨¢s larga y preocupante. Diez grupos no han podido saldar deudas por un valor total de 54.000 millones de yuanes (6.800 millones de euros) en 2020; o lo que es lo mismo: un tercio de los impagos acumulados durante el ¨²ltimo lustro se concentran en este ejercicio. Esta tendencia incide en el riesgo que representan estos enormes organismos que desempe?an un papel central, a caballo entre lo econ¨®mico y lo pol¨ªtico, en el modelo productivo del pa¨ªs.
El caso de Huachen Automotive ilustra de manera apropiada la ra¨ªz del problema. Esta firma, controlada por el Gobierno provincial de Liaoning y que cuenta entre sus filiales con el socio operativo de BMW en China, fue una de las primeras en incumplir sus compromisos crediticios, en este caso 1.000 millones de yuanes (126 millones de euros) el pasado mes de octubre. Huachen acumula pagar¨¦s por valor de 33.500 millones de yuanes (4.200 millones de euros). Entre sus apoyos se cuentan dos de los cuatro grandes bancos estatales, el Banco de Construcci¨®n de China y el Banco Industrial y Comercial de China, que han prestado a la automotriz 2.000 millones (252 millones de euros) y 642 millones de yuanes (81 millones) respectivamente. ¡°Trabajamos con Huachen porque es la mayor empresa de propiedad estatal en Liaoning y el gobierno local no puede permitirse que caiga¡±, declaraba al Financial Times un representante an¨®nimo de una de sus entidades acreedoras.
Una de las principales distorsiones de la econom¨ªa china reside en los pr¨¦stamos que las empresas de propiedad estatal reciben a precios artificialmente bajos, lo que afecta a la distribuci¨®n de recursos en todo el sistema. Esto responde al compromiso expl¨ªcito ¨Creflejado en la cita anterior¨C de que el gobierno siempre acudir¨¢ en auxilio de aquellas entidades p¨²blicas en apuros, un c¨¢lculo que desequilibra el mercado. En a?os recientes, no obstante, las autoridades han iniciado una campa?a con el prop¨®sito de que los riesgos recaigan en mayor medida sobre los inversores, retirando la red estatal que les salvaguarda.
Esta reforma estructural, aunque beneficiosa a largo plazo, no puede llevarse a cabo sin cierta fricci¨®n a corto. El contexto econ¨®mico global invita al conservadurismo: China es la ¨²nica econom¨ªa avanzada que crecer¨¢ en 2020 a causa de la pandemia, de acuerdo a los pron¨®sticos del Fondo Monetario Internacional. Pero no todo es de color de rosa. Los beneficios industriales y las ventas al por menor siguen en territorio negativo con respecto a un a?o atr¨¢s y la evoluci¨®n del ¨ªndice de precios al consumo apunta a la deflaci¨®n. Y lo m¨¢s importante, el endeudamiento: en el tercer trimestre China creci¨® un 4,9% con el cr¨¦dito pendiente saltando un 13,5%, lo que elev¨® la deuda a niveles m¨¢ximos cercanos al 333% con respecto al PIB, un marcado aumento frente al 300% con el que cerr¨® 2019.
Por este motivo se esperaba con expectaci¨®n la respuesta del gobierno ante la oleada de impagos, para comprobar c¨®mo pondera la contradictoria relaci¨®n entre estabilidad y reforma, corto y largo plazo. El mensaje fue claro. Tras celebrar una reuni¨®n el pasado 23 de noviembre presidida por el viceprimer ministro Liu He, mano derecha de Xi Jinping en materia econ¨®mica, el Comit¨¦ de Estabilidad Financiera y Desarrollo, m¨¢ximo organismo regulador, se comprometi¨® a investigar a las firmas en cuesti¨®n y a mantener una pol¨ªtica de ¡°tolerancia cero¡± con malas pr¨¢cticas, despu¨¦s de que saliera a la luz que algunas de ellas podr¨ªan haber entrado en impago de manera intencionada para evitar pagar parte de sus deudas.
La llamativa falta de apoyo evidencia que la Administraci¨®n conf¨ªa en la capacidad del sistema de absorber sus fallos. ¡°Esta serie de impagos no afectar¨¢n a la econom¨ªa porque el ciclo todav¨ªa est¨¢ controlado por las autoridades¡±, apunta Alicia Garc¨ªa Herrero, economista jefe para Asia de Natixis. ¡°Los casos que hemos visto hasta ahora b¨¢sicamente son se?ales de aviso para reducir el riesgo sist¨¦mico. El objetivo es asustar a aquellos que han asumido demasiados riesgos, ya sean corporaciones o instituciones financieras¡±.
El aviso puede haber funcionado. La ¨²ltima de las empresas en entrar en impago, Jizhong Energy Group, se ha afanado para no seguir los pasos de sus predecesoras. El mismo d¨ªa en que anunci¨® no poder cumplir con su compromiso crediticio, logr¨® recaudar 3.000 millones de yuanes (378 millones de euros) para anticiparse al vencimiento de otros dos.
Seg¨²n filtraron fuentes cercanas a la operaci¨®n al medio especializado Caixin, estos fondos provendr¨ªan de aseguradoras. Otras, en cambio, apuntan que el origen real son entidades bancarias de la provincia, en una operaci¨®n coordinada en la sombra por el gobierno; lo que vendr¨ªa a demostrar que, en realidad, nada ha cambiado. Sea como fuere, la operaci¨®n permiti¨® detener la cadena de deudas sin pagar y enviar el mensaje, aunque fuera de cara a la galer¨ªa, de que el Estado no siempre va a estar ah¨ª. En ocasiones, hay errores para los que basta escarmentar en carne ajena.
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