La econom¨ªa en 2020: una mejora fr¨¢gil
El crecimiento econ¨®mico mundial se estima que fue del 3,1% en 2019, el peor dato en 10 a?os
![Bolsa de Nueva York el pasado 23 de diciembre.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TBXADVTSFBTVFVL7U5GBJKDXPU.jpg?auth=3701d9bf93186878d1065f5b0616c0ea3f5a98547e73b2297d1262934ee9c2a5&width=414)
A lo largo de las ¨²ltimas semanas hemos tenido buenas noticias en aquellos eventos que han sido la principal fuente de incertidumbre para la econom¨ªa europea y global en los ¨²ltimos trimestres, la guerra comercial y el Brexit. ?Quiere decir esto que deber¨ªamos observar una mejora sustancial e inmediata en la econom¨ªa global? ?Est¨¢ la econom¨ªa global d¨¢ndose la vuelta?
Para responder estas preguntas es importante tener en cuenta que cualquier aceleraci¨®n sustancial de la econom¨ªa global requiere una reactivaci¨®n de la inversi¨®n y, para ello, es necesario que las empresas tengan claridad sobre las reglas del juego a medio plazo. Y ni el acuerdo comercial entre China y EEUU ni el Brexit dotan a la econom¨ªa global de esa claridad. Por tanto, las noticias recientes son tan solo un viento de cola modesto para el escenario econ¨®mico global. As¨ª, es de esperar que el crecimiento econ¨®mico global toque fondo en la primavera, y no ya. La raz¨®n de ese retraso tiene que ver con el efecto de la persistente incertidumbre en la econom¨ªa y de los est¨ªmulos monetarios efectuados a lo largo de 2019. La pol¨ªtica monetaria solo puede ser un remedio parcial al da?o realizado por un periodo de incertidumbre tan duradero que sigue sin ser resuelto plenamente.
Estimamos que el mundo crecer¨¢ un 3,2% en 2020. La expansi¨®n se limitar¨¢ al 1,7% en EE UU y en la eurozona ser¨¢ a¨²n m¨¢s baja, situ¨¢ndose en el 1%. Para el caso espec¨ªfico de Espa?a, el pron¨®stico es de un crecimiento del 1,6%, prosiguiendo en la tendencia de desaceleraci¨®n suave, que continuar¨¢ en 2021, a?o para el que anticipamos un aumento del PIB del 1,5%.
El punto de partida, como se entrev¨¦ en la discusi¨®n anterior, es una debilidad econ¨®mica extensiva a todo el planeta. El crecimiento esperado del 3,1% para 2019 ser¨¢, de cumplirse nuestro pron¨®stico, el peor en 10 a?os. No ha habido una sola gran econom¨ªa que lo haya hecho mejor que en 2018. La fragilidad ha proliferado tambi¨¦n en un importante n¨²mero de pa¨ªses emergentes, incluyendo Turqu¨ªa, Arabia Saud¨ª, India, Brasil, Argentina y M¨¦xico.
Cabe resaltar la respuesta dada por los bancos centrales: de las 39 entidades monetarias que analizamos, 24 relajaron su pol¨ªtica monetaria en 2019. Es el dram¨¢tico cambio de guion por parte de la Reserva Federal el que ha facilitado las cosas al resto de bancos centrales.
Sin embargo, pensamos que las opciones de llegar a un acuerdo integral entre Pek¨ªn y Washington son bajas, porque una verdadera paz entre los dos bloques deber¨ªa incluir, en primer lugar, una retirada sustancial de al menos la mitad de las subidas de tarifas impuestas durante los dos ¨²ltimos a?os y, en segundo t¨¦rmino, nuevas medidas de calado para proteger tanto la propiedad intelectual como el acceso a los mercados. Nuestra visi¨®n es la de m¨¢s un alto el fuego que un cese definitivo de las hostilidades, se har¨¢n pocas concesiones.
Y es que estamos ante un conflicto mucho m¨¢s profundo que un tema comercial, esta es una lucha entre los dos grandes l¨ªderes mundiales. Y el asunto m¨¢s importante y dif¨ªcil de resolver es el tecnol¨®gico, que combina cuestiones como el respeto de las reglas comerciales, el crecimiento econ¨®mico de largo plazo y la seguridad nacional. Al mismo tiempo, no se puede olvidar que China y EE UU est¨¢n profundamente interconectados, las exportaciones chinas a EE UU representaron un 3,6% del PIB del gigante asi¨¢tico en 2017. Y en la cadena de valor hay muchos otros pa¨ªses que sufrir¨ªan en una eventual desconexi¨®n: Espa?a, Alemania, Francia, Italia, Jap¨®n, Reino Unido, Canad¨¢, Brasil o Rusia son algunos de los pa¨ªses que tienen una elevada exposici¨®n al flujo de demanda EE UU-China. Por complicar un poco m¨¢s las cosas, si bien los dem¨®cratas y los republicanos no parecen coincidir en casi nada, los dos est¨¢n de acuerdo en ser ¡°duros¡± con Pek¨ªn. Por aportar un enfoque positivo, probablemente no hay apetito pol¨ªtico alguno por provocar una disrupci¨®n econ¨®mica a escala global en a?o electoral.
Otra buena noticia es que, a pesar de estos desaf¨ªos externos, Europa no se va a alejar demasiado de su crecimiento potencial. En la medida en que no observemos una escalada significativa en la guerra comercial, las negociaciones entre Reino Unido y la UE no vuelvan a complicar las cosas y China se estabilice en el primer semestre del a?o, la eurozona deber¨ªa empezar a acelerarse modestamente a partir del segundo trimestre. S¨ª que vemos una aportaci¨®n de la pol¨ªtica fiscal positiva, pero lejos de lo que realmente seria necesario. Parad¨®jicamente la relativa resistencia de la econom¨ªa har¨¢ que el escenario macro no sea lo suficientemente d¨¦bil como para desencadenar una respuesta fiscal poderosa.
En estas circunstancias, el riesgo m¨¢s elevado que vemos es el de un error en pol¨ªtica monetaria, dados los tres legados peligrosos que deja la era Draghi: los propios l¨ªmites del programa de Expansi¨®n Cuantitativa, cuyo car¨¢cter indefinido se ve seriamente cuestionado por la imposibilidad de ir m¨¢s all¨¢ del 33% de cada Estado emisor y la mejora en la inflaci¨®n subyacente; los efectos colaterales de las tasas negativas y la falta de anclaje de las expectativas de inflaci¨®n.
Una eventual mejora de la inflaci¨®n puede llevar a algunas voces del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) a proponer terminar prematuramente el ¨²ltimo paquete de est¨ªmulo. Por otro lado, va a ser muy dif¨ªcil escapar del escenario actual de tipos muy bajos, pero 2020 es seguramente el a?o en que el BCE va a tener que debatir si los tipos negativos tienen sentido como est¨ªmulo monetario. Todo esto en un contexto donde el BCE va a estar revisando su estrategia puede hacer de 2020 un a?o muy vol¨¢til.
Rub¨¦n Segura-Cayuela es economista jefe para Europa de Bank of America Global Research
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