Mejores fundamentos, peor entorno
Hay que estimular la inversi¨®n, que el exceso de ahorro se canalice hacia la transici¨®n digital y la energ¨¦tica
Este a?o la econom¨ªa espa?ola crecer¨¢ por debajo de lo que lo ha hecho desde el inicio de la recuperaci¨®n de la pasada crisis, pero seguir¨¢ haci¨¦ndolo a un ritmo superior al promedio de la eurozona. Esta mantendr¨¢ un a?o m¨¢s los peores registros de crecimiento de todas las econom¨ªas avanzadas: dif¨ªcilmente superar¨¢ el 1%, con muy bajas tasas de inflaci¨®n que seguir¨¢n justificando el mantenimiento de una pol¨ªtica monetaria excepcionalmente laxa durante, al menos, todo el a?o.
Es precisamente la pertenencia al ¨¢rea monetaria la que explica en gran medida las luces y las sombras del comportamiento macroecon¨®mico de nuestro pa¨ªs. Sin el descenso hist¨®rico de los tipos de inter¨¦s y las masivas compras de bonos p¨²blicos y privados decididos por el BCE, la recuperaci¨®n espa?ola no habr¨ªa sido tan expl¨ªcita porque no habr¨ªa sido tan intenso el saneamiento financiero de las empresas y de las familias, altamente endeudadas en las v¨ªsperas de la crisis. Tampoco habr¨ªa sido tan llevadero el aumento en el endeudamiento de las Administraciones p¨²blicas durante la crisis. Recordemos que frente a aquellos tipos de inter¨¦s en el entorno del 7% que los inversores exig¨ªan al Tesoro espa?ol hasta julio de 2012 por prestarle a 10 a?os, hoy compiten por hacerlo al 0,5%. La diferencia con la tasa correspondiente al bono alem¨¢n, la dichosa prima de riesgo, tambi¨¦n se encuentra en niveles hist¨®ricamente bajos. Los inversores internacionales no contemplan riesgos diferenciales en nuestro pa¨ªs, a pesar de que el stock de deuda p¨²blica es muy superior al que manten¨ªamos entonces. Tampoco los han percibido las empresas multinacionales, que canalizan esos flujos de inversi¨®n extranjera directa, que no han dejado de crecer en los ¨²ltimos a?os. Todo ello, por cierto, en un periodo de prolongada interinidad pol¨ªtica.
Las razones fundamentales de ese buen comportamiento relativo de la econom¨ªa espa?ola son, en mi opini¨®n, dos. La primera y m¨¢s vinculante el paraguas protector del BCE, la instituci¨®n comunitaria que m¨¢s ha hecho por evitar males peores en la uni¨®n monetaria y, desde luego, por romper aquel bucle diab¨®lico que conformaban la recesi¨®n econ¨®mica, la crisis bancaria y la de la deuda soberana. Sin las decisiones del BCE, Espa?a no habr¨ªa escapado f¨¢cilmente de ese c¨ªrculo vicioso o lo habr¨ªa hecho con costes muy superiores a los que sufri¨®.
La segunda raz¨®n es la mejora de la calidad de la funci¨®n empresarial en la ¨²ltima d¨¦cada. La verificaci¨®n de esta no dispone de un registro estad¨ªstico simple, pero se pone de manifiesto en diversos aspectos importantes. El m¨¢s inmediato es el aumento de la propensi¨®n exportadora, no solo el del n¨²mero de empresas que exportan de forma regular, sino la diversificaci¨®n de lo que venden al exterior y la de sus destinos. Como consecuencia de ello, aunque no solo, el desequilibrio en la balanza de pagos por cuenta corriente ha dejado de ser una fuente de inquietud. La segunda manifestaci¨®n tambi¨¦n vincu?lada a esa reducci¨®n de las necesidades de financiaci¨®n exterior y a las decisiones del BCE es la mejora de la estructura financiera de nuestras empresas, especialmente de las medianas y peque?as, m¨¢s dependientes de la financiaci¨®n bancaria. Los costes financieros absorben hoy una menor proporci¨®n del excedente de las empresas no solo por ese descenso en el endeudamiento, sino por la ca¨ªda de los tipos de inter¨¦s. Ambos ayudan a explicar tambi¨¦n el menor peso de los cr¨¦ditos dudosos en los activos bancarios.
Fundamentos mejores son tambi¨¦n los que se deducen de la estructura productiva de nuestra econom¨ªa, con un menor protagonismo del sector de la construcci¨®n residencial y de la promoci¨®n inmobiliaria que en las v¨ªsperas de las dos ¨²ltimas crisis. Por ¨²ltimo, aunque no menos importante, pero tambi¨¦n m¨¢s dif¨ªcil de captar estad¨ªsticamente, es el relevo gradual que est¨¢ teniendo lugar en la direcci¨®n de las medianas y peque?as empresas por profesionales mejor preparados, con una mayor vocaci¨®n internacional y una mayor visi¨®n a medio plazo. De algunas de esas circunstancias ha quedado constancia indirecta en esas clasificaciones internacionales como el Doing Business, del Banco Mundial, o el World Competitiveness Report, del Foro Econ¨®mico Mundial, donde las posiciones de la econom¨ªa espa?ola han mejorado en el ¨²ltimo a?o.
La combinaci¨®n de esos aspectos ¡ªcomplicidad del BCE, mejora de la especie empresarial y freno al deterioro de la calidad de las instituciones favorables al nacimiento y desarrollo de las empresas¡ª ha favorecido la disposici¨®n de mejores fundamentos ante la desaceleraci¨®n global actual. Que sean mejores esos en modo alguno significa que sean los necesarios. Los pasivos exteriores acumulados por nuestra econom¨ªa son todav¨ªa elevados y por s¨ª solos representan esa vulnerabilidad frente a episodios de inestabilidad financiera internacional.
Esa exposici¨®n tambi¨¦n existe en la econom¨ªa ?real. Y esta es la sombra fundamental generada por la misma comunidad de vecinos a la que pertenecemos, la eurozona, de donde proviene la mayor¨ªa de nuestros ingresos por exportaciones. El conjunto del ¨¢rea monetaria ha sufrido los avatares de la guerra comercial como si fuera uno de los contendientes directos. Lo ha hecho porque el conjunto de la eurozona es un bloque muy abierto al exterior, y algunas de sus producciones m¨¢s exportables, el autom¨®vil sin ir m¨¢s lejos, han sufrido esas intimidaciones continuas desde que cambi¨® la presidencia estado?unidense. De la desaceleraci¨®n que la mayor¨ªa de las instituciones anticipan para el grupo de econom¨ªas avanzadas, la de la eurozona es la m¨¢s destacada. Las ¨²ltimas previsiones difundidas, las semestrales del Banco Mundial, asignan un crecimiento a la eurozona en este a?o del 1,0%, frente al 1,1% del pasado, siendo las manufacturas las principales causantes de la contracci¨®n. La mayor econom¨ªa de la regi¨®n es tambi¨¦n la que menos crece. El desplome de las exportaciones y de su producci¨®n industrial ha estado a punto de situar a la econom¨ªa alemana estad¨ªsticamente en recesi¨®n durante la segunda mitad del pasado a?o. El menor crecimiento de China, principal cliente de Alemania, y las consecuencias de la salida del Reino Unido de la UE completan la tibieza de esa recuperaci¨®n.
Todo ello no favorece un crecimiento econ¨®mico y del empleo suficiente en nuestro pa¨ªs para compatibilizar los compromisos con la UE de saneamiento presupuestario y fortalecer las inversiones p¨²blicas en conocimiento, necesarias para que la productividad mejore y con ella la calidad y sostenibilidad del crecimiento futuro. No nos queda sino confiar en la adopci¨®n de decisiones de inversi¨®n paneuropeas por las instituciones comunitarias.
El relevo por la pol¨ªtica fiscal de la exhausta pol¨ªtica monetaria es una de las condiciones necesarias para que la eurozona deje de coquetear con el ¡°estancamiento secular¡± y con las consiguientes amenazas a la propia viabilidad de la uni¨®n. Estimular la inversi¨®n, contribuir a la movilizaci¨®n del exceso de ahorro acumulado por familias, empresas y algunos Gobiernos, que ya dispone de dos destinos preferentes en las dos transiciones definidas por la nueva CE, la energ¨¦tica y la digital. Falta extender esa voluntad pol¨ªtica para poner a trabajar a las instituciones, como el Banco Europeo de Inversiones, sin ir m¨¢s lejos. Si Europa reacciona y el nuevo Gobierno espa?ol ordena bien sus prioridades de pol¨ªtica econ¨®mica, la percepci¨®n de los ciudadanos puede seguir siendo que la pertenencia a la eurozona es rentable.
@ontiverosemilio. Su ¨²ltimo libro: ¡®Excesos. Amenazas a la prosperidad global¡¯ (Planeta).
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