La Inspecci¨®n ha sancionado a las empresas con 16 millones por irregularidades con el registro horario obligatorio
Durante sus dos a?os de vigencia, y con la llegada del teletrabajo de por medio, el ministerio ha detectado cerca de 9.000 infracciones
Desde el 12 de mayo de 2019, hace dos a?os, todas las empresas espa?olas deben contar con un registro diario del horario laboral de sus trabajadores. As¨ª lo se?alaba el cap¨ªtulo tres del real decreto-ley 8/2019, en su art¨ªculo 10 ¨Ddentro del bloque Medidas de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo¨D, con el que se modificaba el Estatuto de los Trabajadores para incorporar esta nueva norma. A pesar de su obligatoriedad, desde que la Inspecci¨®n de Trabajo comenz¨® a revisar su implementaci¨®n ¨Dlas primeras investigaciones no se produjeron hasta pasados tres meses, lo que se defini¨® como ¡°periodo de flexibilidad¡±¨D ha detectado cerca de 9.000 infracciones y ha impuesto sanciones que superan los 16 millones de euros.
A pesar de que la implantaci¨®n de este registro es obligatoria para todas las empresas, tengan el tama?o que tengan, la Inspecci¨®n ha ido localizando distintas infracciones relacionadas tanto con el incumplimiento de su instauraci¨®n, como por irregularidades en su desarrollo y seguimiento. Seg¨²n los datos a los que ha tenido acceso EL PA?S, entre los a?os 2019 (desde agosto hasta diciembre), 2020 (al completo) y 2021 (de enero a abril), se descubrieron 8.616 infracciones; de las que se obtuvieron 16.303.493 euros en concepto de sanci¨®n. Disgregados por a?os, en 2019 fueron registradas 2.940 infracciones (por valor de 6.327.769 euros); en 2020, 4.120 (7.226.615); y en 2021, 1.556 (2.749.106).
Seg¨²n los sindicatos, el registro horario est¨¢ mayoritariamente implantado en las empresas espa?olas. Especialmente entre las grandes y medianas. Esto, justifican, se debe a otro matiz de la norma aprobada en 2019: la necesidad de un acuerdo entre empresario y trabajador para su dise?o y aplicaci¨®n. ¡°Mediante negociaci¨®n colectiva o acuerdo de empresa o, en su defecto, decisi¨®n del empresario previa consulta con los representantes legales de los trabajadores en la empresa, se organizar¨¢ y documentar¨¢ este registro de jornada¡±, se?ala el texto publicado en el Bolet¨ªn Oficial del Estado. Y es en las compa?¨ªas de mayor tama?o en las que existe una mayor representaci¨®n de los trabajadores. ¡°En el 96% de las peque?as y microempresas seguimos en la misma situaci¨®n¡±, apunta Gonzalo Pino, secretario de Pol¨ªtica Sindical de UGT. ¡°Hay una oposici¨®n importante, casi absoluta, por parte de la patronal para sentarse a negociar tal y como marca la legislaci¨®n¡±, a?ade.
La falta de concreci¨®n en el detalle de c¨®mo debe llevarse a cabo ese registro ¨Den una gu¨ªa informativa publicada en agosto tan solo se especifica que ¡°ser¨¢ v¨¢lido cualquier sistema o medio, en soporte papel o telem¨¢tico, apto para cumplir el objetivo legal, esto es, proporcionar informaci¨®n fiable, inmodificable y no manipulable a posteriori, ya sea por el empresario o por el propio trabajador¡±¨D se ha visto agravada por la irrupci¨®n del teletrabajo. No solo porque con el confinamiento obligatorio gran parte de las empresas no tuvieron tiempo para dise?ar un sistema de control telem¨¢tico, sino porque, en muchos casos todav¨ªa hoy, son los trabajadores quienes tienen que poner el material de trabajo en el que no tienen instaladas estas herramientas. ¡°Ahora se est¨¢ produciendo un teletrabajo como durante el confinamiento. No se est¨¢ dando ninguna situaci¨®n de desconexi¨®n. Hoy el teletrabajo no es empezar a una hora y acabar a otra, te tiene atado al puesto todas las horas que el empresario quiera¡±, denuncia Pino.
Con la declaraci¨®n del estado de alarma y la consiguiente suspensi¨®n de los plazos administrativos y la congelaci¨®n de la actividad econ¨®mica por la pandemia, ¡°la Inspecci¨®n de trabajo concentr¨® su actividad, principalmente, en los meses de enero, febrero y los primeros d¨ªas de marzo¡±, aseguran desde este organismo.
Acabar con el abuso
En el real decreto-ley 28/2020, del 22 de septiembre, donde se regula el trabajo a distancia, se establece que, ¡°de conformidad con lo establecido en la negociaci¨®n colectiva¡±, se deber¨¢ ¡°reflejar fielmente¡± el tiempo que la persona que teletrabaja ¡°dedica a la actividad laboral, sin perjuicio de la flexibilidad horaria¡±, y en el que se deber¨¢ incluir ¡°el momento de inicio y finalizaci¨®n de la jornada¡±. Nuevamente deja en manos de las empresas y los representantes de los trabajadores la responsabilidad de fijar un sistema con el que llevar a cabo ese registro.
Y es que una de las motivaciones de la implantaci¨®n de este control horario era la de terminar con el abuso de las horas extraordinarias y su falta de remuneraci¨®n. ¡°Es cierto que el sistema del registro se ha aplicado, pero no ha servido para evitar estos abusos que se dan en las empresas. El resultado es que se produce un alargamiento de la jornada laboral que no est¨¢ teniendo ninguna compensaci¨®n para el trabajador, ni en tiempo libre o percepci¨®n econ¨®mica¡±, opina Mari Cruz Vicente, secretaria confederal de Acci¨®n Sindical de CC OO.
Seg¨²n los ¨²ltimos datos presentados por la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA), en el primer trimestre de 2021 se realizaron 5.644.000 horas extras, de las cuales tan solo el 54,6% (3.081.800) fueron remuneradas. Una cifra inferior a la registrada en el primer trimestre de 2019 (antes de la implantaci¨®n del registro), cuando se computaron 5.679.400 (un 53% de ellas abonadas). Sin embargo, el pico m¨¢s alto se produjo en la primera mitad de a?o de 2020 (6.673.100 y 6.509.900 horas, respectivamente en los dos primeros trimestres).
¡°Hace falta que exista un mayor control de la Inspecci¨®n. Sabemos que est¨¢ desarrollando un trabajo importante en materia de control de la contrataci¨®n temporal y que ha tenido unos resultados positivos, pero la escasez de medios con los que cuenta todav¨ªa hoy hace que muchas empresas, aun teniendo la obligatoriedad de tener un registro horario, no hayan abordado del todo esta situaci¨®n¡±, remarca Vicente.
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