H¨¢gase la luz
El aumento de la demanda de electricidad ha llevado al Gobierno a fijar horas punta para cambiar los h¨¢bitos de consumo y reducir la presi¨®n sobre la red
La electricidad es un bien de primera necesidad y siempre genera mucha pol¨¦mica. Pero desde la pasada semana en nuestro pa¨ªs hemos entrado en una especie de camarote de los hermanos Marx. En primer lugar est¨¢ la f¨®rmula para fijar el precio de la luz que ha provocado una volatilidad brutal desde el pasado mes de diciembre. En enero el precio estuvo pr¨®ximo a sus m¨¢ximos hist¨®ricos en el ¨ªndice de precios al consumo y en febrero se desplom¨® un 20% hasta niveles de 2010.
El algoritmo que usamos en Espa?a es el mismo que en la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos y lo aprob¨® por ley el Gobierno de Rajoy, por lo que cuesta entender las cr¨ªticas del PP al Gobierno actual por este problema. Lo que no tiene mucho sentido es trasladar esa volatilidad del mercado mayorista a los consumidores minoristas. El Reino Unido promedia precios futuros para suavizar la volatilidad y evitar el desasosiego al que los consumidores, especialmente mayores, son sometidos. El mercado ir¨¢ avanzando a la venta de bloques directos entre comprador y vendedor, igual que sucede por ejemplo en las Bolsas, gracias al avance de las energ¨ªas renovables que son mucho m¨¢s baratas y los precios de la luz bajar¨¢n en el futuro pr¨®ximo.
Otro problema es el cambio de las tarifas por horas que ha sacado lo mejor de los espa?oles, pero que se ha desenfocado del problema y en el que el Gobierno no consigue comunicar realmente las causas y los objetivos de la medida. Poner la lavadora por la noche o por el d¨ªa te puede suponer un coste o un ahorro de dos euros al mes. El problema es que el cambio clim¨¢tico ha forzado a electrificar las econom¨ªas y el aumento de la demanda de electricidad y la presi¨®n sobre la red ser¨¢ muy intensa. Por eso, el Gobierno ha decidido que en las horas punta el precio de mercado se repercuta a los consumidores para cambiar los h¨¢bitos y reducir la presi¨®n sobre la red. Es la misma raz¨®n que llev¨® a la mayor¨ªa de ayuntamientos a poner parqu¨ªmetros en el centro de las ciudades para penalizar el uso del coche.
La ¨²ltima es la sospecha de que las empresas el¨¦ctricas est¨¢n manipulando el mercado de derechos de CO2 que me ha recordado al miedo de los monjes de que fuera el diablo el que asesinaba en la abad¨ªa de El nombre de la rosa. Ese es un mercado europeo donde inversores financieros han tomado posici¨®n anticipando subidas de precios, igual que est¨¢ pasando en la mayor¨ªa de mercados de materias primas.
M¨¢s preocupante es el informe de Moody¡¯s, la agencia de rating, que advierte del riesgo regulatorio sobre el sector el¨¦ctrico por los cambios de regulaci¨®n de la pasada semana. La lucha contra el cambio clim¨¢tico y la electrificaci¨®n van a necesitar inversiones y sin la participaci¨®n privada fracasaremos en los objetivos. Cuidemos el planeta.
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