Las familias gastaron un 28% menos durante los tres meses de confinamiento duro

Meses de encierro en las casas. Calles fantasmag¨®ricas con comercios clausurados y limitaciones a las actividades no esenciales. Nunca antes se hab¨ªa impuesto una paralizaci¨®n as¨ª para luchar contra un virus. En una guerra se intentaba redoblar la actividad para soportar el esfuerzo b¨¦lico. Y antiguamente en las pandemias se cerraban ciudades y la producci¨®n ca¨ªa por las muertes. Pero esta vez la Gran Reclusi¨®n y las posteriores restricciones generalizadas a la movilidad han provocado un hundimiento autoimpuesto del consumo de las familias sin precedentes hist¨®ricos. Y ahora se ha sabido cu¨¢nto: el gasto medio de los hogares cay¨® en 2020 en 3.247 euros, un 10,7% menos que el a?o anterior seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). En promedio, las familias desembolsaron 26.996 euros, la menor cifra registrada en la serie de la Encuesta de Presupuestos Familiares, que arranca en 2006.

Durante el confinamiento domiciliario decretado entre marzo y junio, el consumo de los hogares cay¨® l¨®gicamente todav¨ªa m¨¢s: un 28,2% respecto al mismo periodo del a?o anterior si se toman solo los gastos estrictamente monetarios, y no los c¨¢lculos normales que hace el INE en los que adem¨¢s contabiliza como un alquiler gastado el valor de la casa en propiedad para homogeneizar las capacidades de compra de los hogares.

En los meses de la clausura, las familias cambiaron forzosamente su patr¨®n de compra. La alimentaci¨®n pas¨® de representar un quinto de los gastos monetarios a un tercio. En cambio, restaurantes y hoteles solo supusieron un 2% del total, frente al 12% de los a?os previos a la pandemia. El transporte retrocedi¨® al 11%, muy por debajo del 16% habitual antes de la covid. Y vestido y calzado redujo su peso al 1,6% cuando habitualmente abarca un 6%.

Sin poder salir y sin necesidad de ir a trabajar, los hogares redujeron un 80% sus gastos en conceptos como vestido y calzado y restaurantes y hoteles. Al terminar e inaugurarse la nueva normalidad, el consumo de estas partidas experiment¨® un fuerte rebote que, sin embargo, no fue suficiente para recobrar los niveles perdidos con la pandemia.

En el conjunto del a?o, los desembolsos en restaurantes y hoteles se hundieron un 40%: las familias gastaron 1.752 euros frente a los 2.944 de 2019. En ocio y cultura se registr¨® una ca¨ªda del 31,9% hasta los 1.126 euros. En transporte, el descenso fue del 29,5%, hasta los 2.741 euros. Y en vestido y calzado, del 28,8%, hasta los 1.009 euros.

Por el contrario, los hogares solo elevaron su gasto en el a?o en los grupos de alimentaci¨®n y vivienda, que subieron un 6,8% y un 1,9%, respectivamente. De hecho, a pesar de la ca¨ªda de actividad que supuso la pandemia, el alquiler medio que abonan las familias continu¨® con su senda ascendente: 5.683 euros frente a los 5.507 de 2019 y los 4.775 de 2016.

Vuelve a alejarse el nivel de gasto anterior a la crisis de 2008

Una vez restada la inflaci¨®n, en 2019 las familias todav¨ªa no hab¨ªan recobrado las cotas de gasto real de antes de la Gran Recesi¨®n. Quedaba todav¨ªa por recuperar un tercio de lo que se perdi¨® entre 2008 y 2014. Y ahora la pandemia ha provocado que se d¨¦ un paso atr¨¢s y se retrase el momento en el que esos niveles puedan volver. Doce a?os despu¨¦s de la crisis financiera los espa?oles en promedio siguen lejos de restablecer su nivel de gasto. El descontento y los populismos tienen un fundamento econ¨®mico.

Pero estos gastos podr¨ªan haber ca¨ªdo m¨¢s de no haber sido por la intervenci¨®n p¨²blica. Tampoco antes en la historia se hab¨ªa dado un Estado del Bienestar dispuesto a endeudarse en masa con el respaldo de los bancos centrales para proteger las rentas de los hogares, que pese a la brutal ca¨ªda de la actividad en 2020 solo retrocedieron un 3,27%, seg¨²n datos de PIB del INE. La protecci¨®n social que brindaron los ERTE y las prestaciones explican que el desplome del gasto de los hogares no fuese mayor. Y si se combina esta ca¨ªda forzada por las restricciones al consumo con la protecci¨®n de las rentas, el resultado es que los dep¨®sitos ahorrados de las familias se dispararon en unos 60.000 millones de euros respecto al acumulado del a?o anterior, de los que 40.000 se deben a las limitaciones de la pandemia y por tanto ser¨ªan un ahorro forzoso, seg¨²n c¨¢lculos del Banco de Espa?a. El gasto tambi¨¦n habr¨ªa sido m¨¢s reducido de no haber sido por el aumento de las compras por internet. Pero con las dificultades para recabar esta informaci¨®n en la pandemia el INE no ha podido medir cu¨¢nto ha subido el comercio electr¨®nico.

Qu¨¦ pasar¨¢ con ese ahorro embalsado es una de las inc¨®gnitas que marcar¨¢n el devenir de la econom¨ªa en los pr¨®ximos meses. La Encuesta de Presupuestos Familiares ofrece alguna pista. Las familias reaccionaron ante la crisis sanitaria de manera muy distinta seg¨²n su nivel de gasto: los hogares que m¨¢s dejaron de consumir fueron aquellos que gastan m¨¢s. El 40% con mayores desembolsos recort¨® su consumo en cifras superiores al 10%. Por el contrario, el 20% de los hogares con un menor gasto solo disminuy¨® su presupuesto un 5,8%. Es decir, el ahorro se concentr¨® en las familias de mayor renta y por lo tanto con una menor propensi¨®n a tirar de su ahorro.

Se trata de un fen¨®meno l¨®gico en tanto que las rentas bajas tienen una mayor proporci¨®n de su consumo cautivo en ¨¢reas b¨¢sicas: el 20% que menos gasta dedic¨® dos tercios de su presupuesto a vivienda y alimentaci¨®n. En cambio, el 20% de mayor gasto destin¨® a esa partida menos de la mitad. La desigualdad en este ¨¢mbito es patente. Mientras que el quintil con m¨¢s gasto puso casi el 28% de su presupuesto para transporte, ocio y cultura y restaurantes y hoteles, el de menos gasto solo utiliz¨® un 10% de sus pagos para esas r¨²bricas.