El consumo de los hogares todav¨ªa necesitar¨¢ dos a?os para recuperarse
Pese que el PIB ha superado el nivel precrisis, el consumo de las familias contin¨²a 4,6 puntos por debajo de los niveles de 2008, seg¨²n los datos del INE
Pese a haberse recuperado el PIB previo a la crisis, el consumo de los hogares sigue 4,6 puntos por debajo de los niveles de 2008, seg¨²n los datos del INE. Eso implica que quedan unos dos a?os para que se recupere, siempre que se cumplan las previsiones de los analistas. Los motivos: se produce lo mismo con 1,7 millones de ocupados menos, lo que significa que las familias todav¨ªa disponen de menos renta en t¨¦rminos reales que antes de La Gran Recesi¨®n. Adem¨¢s, hay una distribuci¨®n m¨¢s desigual de los ingresos. Y se recurre menos a la deuda. Por otra parte, en la recuperaci¨®n del PIB han pesado m¨¢s las exportaciones, que no se consumen en Espa?a.
Por m¨¢s que se hayan recuperado los niveles de Producto Interior Bruto (PIB), todav¨ªa faltan unos dos a?os para restablecer las mismas cotas de consumo que se alcanzaron justo antes de la crisis. Seg¨²n los datos del INE publicados el pasado jueves, a¨²n restan 4,6 puntos en t¨¦rminos reales, esto es, una vez descontada la inflaci¨®n. El Banco de Espa?a prev¨¦ que el consumo privado crezca un 1,9% este a?o y un 1,4% el que viene. De cumplirse, el consumo de los hogares podr¨ªa recobrarse en torno a 2020. BBVA apunta a una fecha parecida. Y Funcas, la fundaci¨®n de las cajas, lo cifra entre dos y tres a?os. Si se toma el consumo per c¨¢pita, la recuperaci¨®n costar¨¢ incluso un poco m¨¢s.
En gran medida, este dato es consecuencia de que se est¨¢ produciendo lo mismo con menos trabajadores: todav¨ªa hace falta crear 1,7 millones de empleos para volver a los niveles anteriores a la crisis. Eso tambi¨¦n significa que la renta de los hogares a¨²n necesitar¨ªa unos dos a?os m¨¢s para restablecerse en t¨¦rminos reales. Incluso para cuando se consiga, entonces la tasa de paro probablemente seguir¨¢ por encima de la que hab¨ªa en 2008, seg¨²n explica Miguel Cardoso, economista de BBVA.
Aunque en menor medida, tambi¨¦n influye la mayor polarizaci¨®n entre los que, por una parte, tienen formaci¨®n, patrimonio, rentas de empresas o han mantenido el empleo y, por otra parte, los que tienen baja cualificaci¨®n, se han reenganchado al trabajo, son j¨®venes o trabajan en servicios expuestos a la uberizaci¨®n. Esa distribuci¨®n m¨¢s desigual tambi¨¦n perjudica al consumo.
Otra explicaci¨®n de que se haya recuperado el PIB y no el consumo reside en la composici¨®n del PIB: antes, una mayor parte de este se correspond¨ªa con el consumo interno. Lo que elevaba la sensaci¨®n de bienestar aunque fuese a costa de deuda. Ahora, por el contrario, se dedica una mayor proporci¨®n de la producci¨®n a exportar. O lo que es lo mismo: se vende fuera lo que antes se consum¨ªa aqu¨ª. Mientras que durante la ¨²ltima d¨¦cada las importaciones han aumentado en el PIB unos 10 puntos, las exportaciones han engordado unos 30.
Si se diese un crecimiento del consumo de los hogares del 2,5% como se registr¨® en 2017, entonces la recuperaci¨®n se producir¨ªa algo antes. No obstante, ahora ning¨²n analista lo prev¨¦. En primer lugar, porque, como ha avisado el Banco de Espa?a, se espera una ralentizaci¨®n del consumo despu¨¦s de que este haya estado creciendo incluso por encima de las rentas, impulsado por la mejora de las expectativas, favorecido por un repunte r¨¦cord del cr¨¦dito al consumo y a costa de dejar de la tasa de ahorro cerca de m¨ªnimos hist¨®ricos. Por un lado, una parte de la demanda que se pospuso con la crisis puede haber sido ya atendida. Por otro, ¡°una tasa de ahorro tan baja va a limitar el crecimiento del consumo, que ya no aumentar¨¢ en los pr¨®ximos a?os con la misma intensidad que en los tres anteriores¡±, explica Mar¨ªa Jes¨²s Fern¨¢ndez, de Funcas.
Adem¨¢s, conforme se recupere el mercado inmobiliario, las familias destinar¨¢n m¨¢s a inversi¨®n en compra de vivienda y menos a consumo; si bien BBVA apunta que una recuperaci¨®n del mercado de la vivienda podr¨ªa propiciar un impulso a?adido a las ventas de sectores relacionados: el gasto de un hogar al comprar casa sube en torno a un 20%, sostiene un informe de la entidad.
Por ¨²ltimo, existe otro factor determinante: ¡°La demograf¨ªa lastrar¨¢ el consumo. Una poblaci¨®n envejecida consume menos. El n¨²mero de personas entre 16 y 34 a?os ha ca¨ªdo un 15% en los ¨²ltimos siete a?os¡±, dice Josep Oliver, catedr¨¢tico de la UAB.
En definitiva, el consumo seguir¨¢ creciendo en la medida en que mejoren el empleo y los salarios. Ahora bien, lo har¨¢ a unos ritmos menores. Y depender¨¢ de c¨®mo evolucione el mercado de trabajo: si la recuperaci¨®n del empleo sigue siendo intensa, entonces el consumo se ver¨¢ beneficiado. Pero, como se?ala Cardoso, existe el riesgo de que las empresas empiecen a tener problemas para encontrar a determinados trabajadores, y en ese caso subir¨ªan m¨¢s los salarios y menos el empleo y, por tanto, el consumo. La propensi¨®n a consumir es mayor para los nuevos ocupados que para las subidas de sueldo.
M¨¢s sostenible
En todo caso, los expertos advierten de que resulta muy enga?oso compararse con los a?os 2007 y 2008, en los que el crecimiento iba propulsado por el aumento de la deuda privada. Hasta el punto de tomar prestados unos 100.000 millones al a?o del exterior. Ahora en cambio se tiene un saldo positivo, lo que significa que se rebaja la alt¨ªsima deuda que todav¨ªa se mantiene con el extranjero. Es decir, se trata de un crecimiento m¨¢s sostenible y con un car¨¢cter m¨¢s permanente.
Durante la crisis, como indica un informe de BBVA, el consumo lleg¨® a hundirse menos que las rentas, entre otros factores por la reunificaci¨®n familiar, que permiti¨® compartir gastos y ahorrar en vivienda. Adem¨¢s, el consumo de las rentas bajas es mucho m¨¢s dif¨ªcil de ajustar. No se puede recortar tanto en bienes de primera necesidad o vivienda, que copan el gasto de estas rentas. En cambio, s¨ª que se reduce con m¨¢s facilidad en bienes duraderos o no esenciales, de los que compran m¨¢s las rentas altas. De ah¨ª que con la crisis se haya dado incluso una menor dispersi¨®n del gasto y, por tanto, una menor desigualdad.
Aun as¨ª, un informe del Banco de Espa?a ha observado la evoluci¨®n del consumo en la crisis y en la recuperaci¨®n. Y detecta que el consumo se ha estrechado en todos los niveles de renta, pero que el proceso ha sido m¨¢s significativo por la parte baja. Concluye que se ha comportado peor entre desempleados, temporales y las rentas por debajo de la mediana.?Al tener menos, cualquier recorte se sufre m¨¢s.
La fase del ¡°crecimiento triste¡±
En la actualidad, se da lo que algunos llaman un "crecimiento triste", una fase en la que la recuperaci¨®n todav¨ªa no ha llegado a todos pero que, sin embargo, ya se percibe con nitidez. Pol¨ªticamente, se trata un momento complicado, porque ya no se puede hacer un llamamiento al sangre, sudor y l¨¢grimas. Y los datos de consumo, que suponen una clara medida de bienestar, confirman esta realidad. M¨¢xime cuando antes de la crisis el consumo y la inversi¨®n de los hogares lleg¨® incluso a subir por encima de las rentas. Una d¨¦cada m¨¢s tarde, a la media todav¨ªa le quedan unos dos a?os para recobrar los niveles de consumo perdidos con la crisis. De ah¨ª el malestar social. No obstante, seg¨²n un estudio del Banco de Espa?a, en el caso de los pensionistas sus niveles de consumo se han mantenido bastante estables al haber tenido garantizadas las prestaciones. Los mayores de 65 a?os han sido el ¨²nico grupo cuyo consumo no se ha resentido.
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