La revoluci¨®n clim¨¢tica de Christine Lagarde en el BCE
La presidenta de la instituci¨®n logra incorporar la lucha contra el calentamiento global en las operaciones de pol¨ªtica monetaria
Cuando en diciembre de 2019 Christine Lagarde desembarc¨® en el Banco Central Europeo (BCE) puso sobre la mesa dos metas estrat¨¦gicas, como dos grandes misiones: anclar el objetivo de inflaci¨®n en el 2% e incorporar la lucha contra el cambio clim¨¢tico a los mandamientos de la instituci¨®n. Las dos se cumplieron en la hist¨®rica decisi¨®n de este jueves que supone una revoluci¨®n tras 18 a?os de continuidad en los que ha tenido que pasar dos crisis de diferente origen (financiero y sanitario), pero de profundo calado.
En la primera, el BCE decidi¨® fijar en el 2% el objetivo de inflaci¨®n; pero con espacio para superarlo de manera excepcional, abandonando la ambig¨¹edad de ¡°por debajo, pero cerca del 2%¡±, adem¨¢s de incorporar criterios relacionados con la vivienda para la medici¨®n del IPC. Un avance.
El segundo prop¨®sito qued¨® igualmente clavado en el frontal de la instituci¨®n. Para la exministra francesa incluir la lucha contra el calentamiento global era uno de los principios rectores para su mandato y ha logrado instaurarlo, no sin lucha. ¡°Es necesario que los modelos econ¨®micos de evaluaci¨®n de riesgos incorporen el del cambio clim¨¢tico¡±, manifest¨® en su primera intervenci¨®n como presidenta del BCE en la comisi¨®n de Econom¨ªa del Parlamento Europeo. Fue una declaraci¨®n evidente en unos tiempos en que todo el mundo reconoce esa emergencia; pero no pareci¨® tanto por las resistencias, quiz¨¢ no tan inesperadas, provenientes de algunos halcones del norte, como personaliz¨® Jen Weidmann, presidente del Bundesbank, al advertir del peligro de sobrecargar la pol¨ªtica monetaria. Otros bancos centrales tambi¨¦n cre¨ªan que era una carga cuando estaban fallando en lo principal, la estabilidad de los precios.
Algunos analistas lo interpretaron, adem¨¢s, como un intento de dar lustre al cargo dada la dificultad de mezclar pol¨ªtica monetaria y bonos verdes. Es verdad que las pol¨ªticas para lograr una econom¨ªa de emisiones de carbono neutra pueden afectar a la volatilidad de la inflaci¨®n y a la capacidad de los bancos centrales de lograr la estabilidad de precios por su impacto en la tasa de inter¨¦s natural, que es una importante referencia para los bancos centrales cuando establecen sus tipos de inter¨¦s. Pero la intentona de Lagarde iba en serio. Y se ha visto esta semana, m¨¢s de a?o y medio despu¨¦s de su toma de posesi¨®n. Se compromete, casi pomposamente, a ¡°incluir consideraciones sobre el cambio clim¨¢tico en las operaciones de pol¨ªtica monetaria¡±, lo que pone dif¨ªcil el acceso a la financiaci¨®n a las empresas m¨¢s contaminantes.
El mensaje de Lagarde ha ido calando en los miembros del consejo del BCE, y uno de los principales aliados ha sido el espa?ol Pablo Hern¨¢ndez de Cos, que lo incorpor¨® como una cruzada en sus discursos. Para el gobernador del Banco de Espa?a, ¡°los bancos centrales, los reguladores financieros y los supervisores, en el marco de nuestros mandatos de garantizar la estabilidad de precios y la estabilidad financiera, podemos ¡ªy debemos¡ª contribuir activamente a las acciones internacionales para luchar contra el cambio clim¨¢tico¡±. Por eso, a su juicio, deben coordinarse con los Gobiernos nacionales de forma global para ¡°asegurar est¨¢ndares adecuados y que se puedan comparar regiones¡± al cuantificar los riesgos por el clima.
As¨ª lo sostuvo el 17 de marzo en una intervenci¨®n en el IESE, en la que habl¨® m¨¢s como presidente del Comit¨¦ de Supervisi¨®n Bancaria de Basilea y miembro del consejo del BCE, y lo repiti¨®, m¨¢s recientemente, en la conferencia virtual Green Swan (Cisne Verde) sobre los riesgos del cambio clim¨¢tico, donde subray¨® que tanto el BCE como el BE realizan una prueba de solvencia a los bancos para ver su resistencia a riesgos relacionados con el clima, cuyos resultados se publicar¨¢n en oto?o.
Para Cos, esa coordinaci¨®n debe centrarse en los sistemas de impuestos a las emisiones de carbono. De la misma forma, opina que en la pol¨ªtica presupuestaria deben incluirse compensaciones en el periodo de transici¨®n hacia una econom¨ªa de emisiones neutra para evitar que aparezcan tensiones que frenar¨ªan el proceso. ¡°El cambio clim¨¢tico genera riesgos para el sector financiero (f¨ªsicos y de transici¨®n) que pueden ser significativos e impactar a la estabilidad financiera a nivel global¡±, dijo.
En definitiva, lo que los banqueros centrales piden es que el sistema bancario debe garantizar que est¨¢ preparado para identificar, medir y mitigar los riesgos financieros relacionados con el clima. Si el sector incorpora esos riesgos, se traducir¨¢ en un cambio en los precios que ayudar¨¢ a asimilar las consecuencias de esos riesgos, sobre los que todav¨ªa existen pocas bases de datos armonizadas.
Casi como en respuesta a la decisi¨®n del BCE, el BBVA anunci¨® que canalizar¨¢ 200.000 millones de euros en financiaci¨®n sostenible hasta 2025. Esto supone doblar los 100.000 millones del objetivo inicial anunciado en febrero de 2018 y de los que ya lleva 57.000. ¡°Queremos contribuir al esfuerzo colectivo global frente al cambio clim¨¢tico e impulsar un crecimiento inclusivo que no deje a nadie atr¨¢s y ponga al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era¡±, seg¨²n el presidente del banco, Carlos Torres Vila, para quien la sostenibilidad y la lucha contra el cambio clim¨¢tico es una prioridad estrat¨¦gica.
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