Yellen pide a la UE que reconsidere sus planes sobre el impuesto digital

El principio de acuerdo alcanzado por el G-20 para fijar un impuesto m¨ªnimo a las multinacionales que tributan fuera de los pa¨ªses donde facturan ¨Despecialmente los gigantes tecnol¨®gicos¨D tiene algunos efectos colaterales. La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, pidi¨® el domingo desde Venecia a la Uni¨®n Europea que reconsidere su proyecto de tasa digital, al recordar que este tipo de gravamen instaurado por varios pa¨ªses del bloque comunitario, entre ellos Espa?a o Francia, es ¡°discriminatorio para las empresas estadounidenses¡±. EE UU considera que el impuesto m¨ªnimo ya resuelve la base del problema y no procede seguir adelante con la denominada tasa Google.

Yellen fue clara al respecto durante la rueda de prensa que ofreci¨® este domingo desde la ciudad v¨¦neta, donde se celebr¨® la reuni¨®n entre los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del bloque. El acuerdo del s¨¢bado ¡°invita a los pa¨ªses a desmantelar las tasas digitales existentes que EE UU considera discriminatorias, y a abstenerse de instaurar medidas similares en el futuro¡±. Uno de los problemas es que ocho pa¨ªses no han firmado el acuerdo del G-20, que valida el consenso entre m¨¢s de 130 pa¨ªses alcanzado en el seno de la OCDE el 1 de julio. Entre ellos, hay tres naciones de la UE: Irlanda, Hungr¨ªa y Estonia. Y eso puede complicar la homogeneidad de la medida.

Los ministros de Finanzas del G-20 aprobaron el acuerdo, que definieron como ¡°hist¨®rico¡±, para la imposici¨®n de un impuesto m¨ªnimo a las multinacionales, con el objetivo de frenar la elusi¨®n fiscal y la carrera a la baja en el impuesto de sociedades. La OCDE llevaba m¨¢s de siete a?os trabajando en un proyecto conocido como Marco Inclusivo sobre BEPS (erosi¨®n de la base imponible y el traslado de beneficios), en el que participan m¨¢s de 130 pa¨ªses, para que las multinacionales tributen donde tienen el negocio y no donde les resulte m¨¢s barato. El impulso del pasado G-7, celebrado a inicios de junio en Londres, fue decisivo para lograr un acuerdo de m¨ªnimos, as¨ª como el liderazgo de la nueva Administraci¨®n de EE UU del presidente Joe Biden y de su secretaria del Tesoro, Janet Yellen.

La reforma global ¨Dque no se implementar¨ªa hasta 2023¨D convertir¨ªa as¨ª en redundantes la tasa digital de la UE y las medidas unilaterales de sus socios, opina Yellen. ¡°Le corresponde pues a la Comisi¨®n Europea y a los miembros de la UE decidir el camino a seguir¡±, agreg¨® la secretaria del Tesoro, que viajar¨¢ el lunes a Bruselas para asistir a la reuni¨®n de los ministros de Finanzas de la zona euro. Estados Unidos no ve con buenos ojos este proyecto por el impacto que tendr¨ªa en sus tecnol¨®gicas, como Amazon, Google o Facebook, y estima que puede hacer fracasar las negociaciones internacionales en curso sobre la fiscalidad internacional.

El principal problema ahora para renunciar al gravamen, tal y como plantea Yellen, es que la UE previ¨® recurrir a ello ¨Duna suerte de tasa Google reformulada, que no afectar¨ªa solo a las tecnol¨®gicas¨D para financiar parte del fondo europeo de 750.000 millones de euros que ha dise?ado para salir de la crisis causada por la covid-19. Adem¨¢s, pa¨ªses como Francia y Espa?a ya han instaurado medidas unilaterales, que se han comprometido a suprimir una vez que se ponga en marcha el acuerdo global.

En parte por eso, EE UU quiso ser m¨¢s ambicioso con la tasa global que deb¨ªa discutirse en Venecia. Yellen lleg¨® a la cumbre con el objetivo de presionar al resto para aumentar algunos puntos el tipo fijado en un m¨ªnimo del 15%. Antes de las reuniones del G-7 y del G-20 de las pasadas semanas, ya hab¨ªa lanzado la propuesta de establecer un tipo del 21%. Tambi¨¦n el ministro de Econom¨ªa franc¨¦s, Bruno Le Maire, aterriz¨® en Venecia con el mismo prop¨®sito. El trabajo ahora consistir¨¢ en convencer a los d¨ªscolos antes del G-20 de jefes de Estado y de gobierno a principios de octubre en Roma.