Los carteros que trabajaron 30 a?os en banca, pero nunca dejaron de ser funcionarios
Casi medio millar de empleados del BBVA procedentes de la antigua Caja Postal, descubren con el ERE que siguen perteneciendo a la Administraci¨®n y no pueden cobrar el paro tras d¨¦cadas pagando la prestaci¨®n
Quedan casi 500. Son los ¨²ltimos funcionarios de Correos en excedencia que siguen trabajando para un banco. Llevan atendiendo a los clientes en las sucursales bancarias m¨¢s de 30 a?os. La mayor¨ªa desconoc¨ªa que a¨²n eran empleados p¨²blicos. Estos trabajadores creyeron que hab¨ªan perdido la condici¨®n de funcionarios de Correos cuando se incorporaron a Argentaria, la entidad nacida de la antigua Caja Postal. En octubre de 1999, Argentaria se fusion¨® con el Banco Bilbao Vizcaya y naci¨® el BBVA. Para entonces estos trabajadores, integrados perfectamente en la estructura del banco, hab¨ªan olvidado que empezaron como funcionarios. Durante todo este tiempo han trabajado y cotizado como empleados por cuenta ajena en la banca, como los miles que trajinan en las oficinas de la segunda entidad espa?ola, pero su origen les hac¨ªa diferentes al resto. Y ellos no lo sab¨ªan.
Hasta ahora nunca se hab¨ªan preocupado de su situaci¨®n laboral porque estaban convencidos, como tantos otros, que el BBVA nunca har¨ªa un ERE. Pero este a?o ha llegado el primer gran despido colectivo de la historia del banco. ¡°Mientras cada uno se fuera acogiendo a las prejubilaciones, no hab¨ªa problemas con la situaci¨®n laboral del pasado porque el banco cubr¨ªa un porcentaje del sueldo durante los a?os pactados cuando sal¨ªas y despu¨¦s te acog¨ªas a la jubilaci¨®n oficial. Pero ahora ya no hay prejubilaciones sino despidos y eso supone que nos vamos dos a?os al paro porque es parte del acuerdo de rescisi¨®n del contrato¡±, explica Juan Manuel Ca?as, de Ja¨¦n, uno de los afectados, que empez¨® como empleado de Caja Postal.
Cuando el BBVA lanz¨® un ERE en junio pasado y decidieron acogerse al proceso de forma voluntaria, como otros casi 5.000 empleados de la entidad azul, descubrieron que su caso era diferente al del resto. Consultaron su situaci¨®n y el Servicio P¨²blico de Empleo Estatal (SEPE) les record¨® que segu¨ªan siendo funcionarios en excedencia voluntaria. El organismo laboral p¨²blico les advirti¨® de que les deb¨ªa aplicar el art¨ªculo 29.3a del Reglamento de Situaciones Administrativas de los Funcionarios Civiles de la Administraci¨®n General del Estado. La consecuencia: no ten¨ªan derecho al paro porque pod¨ªan reincorporarse a la Administraci¨®n cuando quisieran.
Perder dos a?os de paro
Si renunciasen a la funci¨®n p¨²blica, se quedar¨ªan sin cobrar los dos a?os de prestaci¨®n por desempleo que percibir¨¢n el resto de compa?eros. Incluidos los provenientes del Banco Exterior, el Banco Hipotecario o el Banco de Cr¨¦dito Local, con los que compartieron destino en Argentaria, porque estos siempre fueron considerados como personal laboral.
Los empleados procedentes de Caja Postal protestaron por esta situaci¨®n y, tras una nueva negociaci¨®n sindical, el BBVA ha acordado que les abonar¨¢ los 24 meses de paro a los que cre¨ªan tener derecho. La indemnizaci¨®n del banco incluye una cantidad, (dependiendo del tramo de edad) de hasta el 75%, descontando lo que corresponda por despido. Pero lo que a¨²n no est¨¢ claro es si el banco lo incluir¨¢ en el ERE o no porque casi uno de cada dos que se han apuntado (la fecha l¨ªmite era el 12 de julio) se quedar¨¢ fuera del acuerdo de despido.
Uno de los veteranos de Caja Postal, J. F., que pide el anonimato porque quiere evitar conflictos con el banco, explica la situaci¨®n. ¡°Imag¨ªnate c¨®mo nos quedamos cuando hicimos la consulta al SEPE y nos deneg¨® el derecho al desempleo. No pod¨ªamos creerlo, despu¨¦s de haber cotizado tres d¨¦cadas a la Seguridad Social y haber abonado el derecho a paro como el resto de la plantilla. La respuesta del SEPE fue que volvi¨¦ramos a la Administraci¨®n porque est¨¢bamos en excedencia de la funci¨®n p¨²blica¡±, explica.
?D¨®nde ha ido el dinero cotizado?
¡°Al principio nos sentimos desamparados por el banco al que hemos dedicado toda nuestra carrera profesional y que est¨¢bamos en una especie de limbo en el que ni la entidad ni la Administraci¨®n quer¨ªan saber nada de nosotros¡±. Y J. F. no oculta su indignaci¨®n. ¡°?Ad¨®nde ha ido todo el dinero cotizado para el paro durante tantos a?os por los miles de trabajadores de Caja Postal que se incorporaron a Argentaria y despu¨¦s al BBVA?¡±.
Entre los compa?eros de Caja Postal no se conocen casos de trabajadores que quieran volver a la Administraci¨®n. La situaci¨®n es incierta porque no saben exactamente a qu¨¦ ¨¢rea volver¨ªan. El SEPE no les garantiza que fuera a Correos. ¡°Tengo 60 a?os¡±, apunta J. F., ¡°no es edad para entrar en una organizaci¨®n nueva, que tendr¨¢ sus propios sistemas inform¨¢ticos y su rutina de trabajo. Ya me han costado adaptarme a la digitalizaci¨®n del banco...¡±.
Este veterano mira atr¨¢s con nostalgia. J. F. recuerda c¨®mo, estando en la mili, con 22 a?os, decidi¨® estudiar las oposiciones para cartero; las aprob¨® en 1983 y estuvo seis a?os destinado en Miranda de Ebro (Burgos), ¡°en donde todav¨ªa tengo amigos¡±, apunta con orgullo. ¡°Me gust¨® el trabajo, lo disfrut¨¦, pero vi c¨®mo envejec¨ªan los compa?eros y decid¨ª dar un cambio de rumbo. Aprob¨¦ otras oposiciones y entr¨¦ de empleado en la Caja Postal, esta vez en Torrevieja¡±.
All¨ª estuvo desde 1989 hasta 1993, cuando consigui¨® plaza en Medina del Campo, gracias a que la entidad estaba con un plan de expansi¨®n. Por aquella ¨¦poca, en 1991, recuerda, el Gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez cre¨® la Corporaci¨®n Bancaria de Espa?a y en 1993 empez¨® su privatizaci¨®n en Bolsa. Bajo la batuta de Francisco Luz¨®n se aglutinaron a las entidades financieras del Estado que estaban dispersas, creando un jugador bancario de peso, aunque de baja rentabilidad.
Nadie quiso volver a la Administraci¨®n
Caja Postal se convirti¨® en sociedad an¨®nima y, desde 1991, sus empleados tuvieron que elegir si se quedaban como funcionarios de la Administraci¨®n o tomaban una excedencia voluntaria y se incorporaban a la entidad privada, aunque el 100% de las acciones fueran del Estado.
Otro compa?ero de J. F., Juan Manuel Ca?as, de Ja¨¦n, vivi¨® una carrera profesional similar y recuerda aquel momento: ¡°Pr¨¢cticamente todos decidimos pasar a Caja Postal. Nos gustaba el trabajo y era un proyecto laboral atractivo¡±. Desde ese momento, se consideraron empleados de una entidad financiera, que en octubre de 1999, se fusion¨® con el BBV, y entr¨® en otra dimensi¨®n, con un criterio absolutamente privado.
Ca?as tiene 58 a?os, ¡°y cumplo 59 en diciembre¡±, apunta. Sus historias son similares, aunque no empez¨® como cartero, sino como oficial postal de la Caja Postal, en 1984. Un a?o despu¨¦s oposit¨® y se convirti¨® en auxiliar administrativo. Pas¨® por varias plazas, incluida Madrid y despu¨¦s Linares. Recuerda que, ¡°la Caja Postal, no s¨¦ por qu¨¦, depend¨ªa del Ministerio de Hacienda¡±.
Los dos exempleados de Caja Postal ven con nostalgia el cierre de las oficinas de la banca, sobre todo en los pueblos, en donde siempre estuvo su entidad. Su reflexi¨®n es que, 30 a?os despu¨¦s, se ha comprobado que la funci¨®n de Caja Postal y de Correos sigue siendo necesaria. ¡°Han tenido que reinventar lo que ya funcionaba hace d¨¦cadas. Los bancos abandonan los pueblos que ocuparon en el pasado, cuando era interesante captar pasivo, y solo queda Correos como centro financiero para la Espa?a vaciada¡±, apunta Juan Manuel Ca?as.
Correos ha firmado un acuerdo con el Banco Santander para ofrecer el ingreso y la retirada de dinero en efectivo en 4.652 puntos de atenci¨®n, incluyendo 2.370 oficinas. Incluso se han instalado 109 cajeros, ¡°algunos de ellos en localidades sin sucursal bancaria¡±, informa Correos. ¡°Se vuelve a la funci¨®n que tuvimos en 1990¡å, dice Ca?as.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.