Luz verde del Congreso a la suspensi¨®n de las reglas fiscales sin el apoyo del PP y el no de Vox
Mar¨ªa Jes¨²s Montero calcula que el objetivo de d¨¦ficit no se recuperar¨¢ hasta 2024 o 2025
Congelado por una temporada el dogma de la austeridad en Europa, el Gobierno no tuvo dificultades este lunes para recibir el aval del Congreso de los Diputados en lo que supone el primer paso hacia la elaboraci¨®n de los Presupuestos del pr¨®ximo a?o. La suspensi¨®n de las reglas fiscales, el cors¨¦ impuesto por la Uni¨®n Europea e incorporado a la Constituci¨®n espa?ola en el frenes¨ª de ajustes que sigui¨® a la Gran Recesi¨®n, recibi¨® un m¨¢s que holgado respaldo de la C¨¢mara. A los habituales aliados del Gobierno, la izquierda y los nacionalistas, se sum¨® en esta ocasi¨®n Ciudadanos para despejar el camino a unas cuentas p¨²blicas expansivas en l¨ªnea con el nuevo discurso impuesto en Europa. Lo rubricaron 198 de los 350 diputados del Congreso.
Nadie, ni siquiera la derecha, discuti¨® que, tras el brutal choque de la pandemia, la receta del ahorro compulsivo se ha quedado obsoleta y que ahora toca gastar. Pero el n¨²cleo m¨¢s duro y ruidoso de los opositores al Gobierno, que se pasa el d¨ªa dando al Gabinete por muerto y reclamando elecciones, no est¨¢ dispuesto a brindarle la m¨¢s m¨ªnima concesi¨®n. As¨ª que, despu¨¦s de reconocer que, efectivamente, ahora es tiempo de olvidarse de los rigores de la austeridad, PP y Vox negaron su apoyo al Ejecutivo. Los populares se quedaron en el refugio de la abstenci¨®n. La extrema derecha se dej¨® de medias tintas, volvi¨® a corear el lema preferido de su portavoz, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros ¡ª¡±ya solo queda Vox¡±¡ª y vot¨® en contra.
Era el primer pleno tras la pausa estival y la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, inaugur¨® el nuevo periodo de sesiones con un breve discurso en el que reiter¨® su en¨¦sima apelaci¨®n a la necesidad del di¨¢logo pol¨ªtico. Llegar a acuerdos es ¡°muy dif¨ªcil¡±, admiti¨® Batet, pero negarse a ellos, a?adi¨® de inmediato, supone ¡°un claro incumplimiento de nuestros deberes como diputados¡±. Al ritual de buenos deseos que suele seguir a las vacaciones se sum¨® luego la ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero: ¡°Que se deje a un lado la estrategia de la confrontaci¨®n¡±. M¨¢s realista, un compa?ero suyo, el diputado del PSOE Guillermo Meij¨®n, ya hab¨ªa expresado antes que su grupo hace tiempo que ha renunciado a cualquier esperanza de alcanzar acuerdos con el PP. Y la votaci¨®n sobre la supresi¨®n de las reglas fiscales lo confirm¨® plenamente.
Montero defendi¨® la propuesta invocando la necesidad de atender las emergencias sociales creadas por la pandemia y de reforzar la recuperaci¨®n econ¨®mica en ciernes con una fuerte inversi¨®n p¨²blica. Un esfuerzo, alimentado con la torrentera de millones de los fondos de recuperaci¨®n que llegan de Bruselas, para moldear en Espa?a ¡°una econom¨ªa m¨¢s propia del siglo XXI¡±. No hay una renuncia a la responsabilidad fiscal, asegur¨® la ministra, ni tampoco al prop¨®sito de que ¡°el d¨¦ficit p¨²blico se vaya reduciendo de forma progresiva¡±. Pero el objetivo de d¨¦ficit del 3%, meta sacrosanta antes de la pandemia, queda aplazado hasta 2024 o incluso 2025, se?al¨® la titular de Hacienda.
La suspensi¨®n de las reglas fiscales era imprescindible para poner en marcha la maquinaria de los Presupuestos del pr¨®ximo a?o. Montero as¨ª lo hizo ver a la C¨¢mara, a la que prometi¨® un esfuerzo especial de di¨¢logo con todos los grupos para intentar que las cuentas reciban el mayor apoyo pol¨ªtico posible, dadas las urgencias del momento. ¡°No apoyar las cuentas p¨²blicas ser¨ªa como negarle el pan y la sal a la sociedad que quiere dejar atr¨¢s la pandemia¡±, manifest¨®.
La derecha no tard¨® en reiterar que no va a estar en ning¨²n caso por la labor. El PP sac¨® a una de sus portavoces de estilo menos fragoroso, Elvira Rodr¨ªguez, exministra de Mariano Rajoy. Rodr¨ªguez defendi¨® que la suspensi¨®n de las normas fiscales exigir¨ªa ser compensada con un plan de equilibrio de las cuentas p¨²blicas, lo que el Gobierno no ha hecho hasta ahora. Denunci¨® la ¡°verg¨¹enza¡± de que el Ejecutivo incumpla la obligaci¨®n de acudir a la C¨¢mara cada tres meses para informar de la ejecuci¨®n presupuestaria. Y anunci¨® su abstenci¨®n tras deplorar la ¡°irresponsabilidad¡± de la coalici¨®n de izquierdas, que dirige el pa¨ªs ¡°sin reglas ni compromisos¡±.
Espinosa de los Monteros record¨® que, hace un a?o, ante una votaci¨®n similar, su grupo se abstuvo por entender que en una situaci¨®n extraordinaria eran necesarias medidas extraordinarias. Esa necesidad persiste, admiti¨® el portavoz de Vox, pero no tanto como para dar a Pedro S¨¢nchez ¡°un cheque en blanco¡± que le permita ¡°gastar sin control¡±. De modo que esta vez Vox pas¨® al voto negativo ante lo que entiende como una medida ¡°directamente suicida¡±. Aparte de la derecha, en el otro extremo del arco pol¨ªtico se cosecharon algunas abstenciones m¨¢s, las de Junts, CUP y BNG.
Ciudadanos apoy¨® la suspensi¨®n de las normas, aunque tambi¨¦n reclam¨® que vaya acompa?ada de un plan de equilibrio de las cuentas p¨²blicas. Entre los m¨¢s habituales socios del Gobierno se escuch¨® repetidamente el deseo de que el fin de la austeridad no se quede en un mero par¨¦ntesis y la UE se decida a flexibilizar sus reglas fiscales. Lo pidieron formaciones de izquierda como Unidas Podemos, ERC o EH Bildu, pero tambi¨¦n, con mucha claridad, el PNV por boca de su diputada Idoia Sagastizabal.
Arremetidas por la luz
El Gobierno consigui¨® adem¨¢s superar el primer tr¨¢mite de uno de los proyectos con los que intenta rebajar el precio de la luz: la creaci¨®n del Fondo Nacional de Sostenibilidad Energ¨¦tica. Con ¨¦l se pretende sacar de la factura el¨¦ctrica las primas a las renovables, que pasar¨ªan a repartirse entre los operadores de todas las fuentes de energ¨ªa. El Gobierno calcula que en cinco a?os se reducir¨ªa un 13% el recibo de la luz.
Entre las voces que discordaron del proyecto se produjo una curiosa coincidencia de los dos extremos del arco parlamentario: las enmiendas a la totalidad fueron presentadas por Vox y el BNG. Ambos, as¨ª como la CUP, blandieron algunos argumentos parecidos, como el temor a que los costes que se retiren de la factura de la luz sean endosados luego por las compa?¨ªas a otras fuentes de energ¨ªa. El nacionalista gallego N¨¦stor Rego y la diputada de Vox Mireia Borr¨¢s hasta recurrieron al mismo ejemplo: el coche el¨¦ctrico, sostuvieron, es ahora mismo un lujo ¡°solo para ricos¡±. Hay una distancia sideral entre las posiciones sobre el cambio clim¨¢tico de los grupos m¨¢s a la izquierda y el negacionismo que cultiva la extrema derecha. Pero ambos est¨¢n de acuerdo en advertir de que los costes de la transici¨®n energ¨¦tica no pueden recaer sobre ¡°las clases populares¡±, como dijo Albert Botran, de la CUP. El PP, a su vez, dej¨® claro que tampoco en esto el Gobierno puede esperar su apoyo.
El debate depar¨® otro chaparr¨®n por el precio de la luz sobre la ministra de Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera, que acudi¨® a la C¨¢mara a defender la creaci¨®n del Fondo. Las cr¨ªticas fueron copiosas desde los grupos de izquierda, que instaron a los socialistas a actuar de una vez ¡°contra el oligopolio¡±. ¡°Se nos ha acabado la paciencia¡±, advirti¨® Oskar Matute, de EH Bildu, mientras Gabriel Rufi¨¢n, de ERC, atribu¨ªa la posici¨®n del PSOE a la presencia de antiguos dirigentes del partido en los consejos de las compa?¨ªas energ¨¦ticas. Algo parecido tuvo que escuchar antes el ministro de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, que defendi¨® el decreto por el que se prorroga hasta el 31 de octubre el llamado escudo social, con la limitaci¨®n de los desahucios y la prohibici¨®n de los cortes de energ¨ªa. En esta caso, al menos, el Gobierno s¨ª logr¨® el apoyo del PP.
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