Los halcones ense?an las garras
Austria y los conservadores alemanes proponen reducir la deuda p¨²blica cuanto antes, pero el debate sobre la reforma de las reglas fiscales sigue muy abierto
Europa es un ama?o entre las reglas alemanas y la discrecionalidad francesa. Las reglas germanas se dise?aron para un mundo que ha desaparecido y la excepcionalidad gala ha perdido brillo, pero en el fondo la divisi¨®n Norte-Sur sigue viva y coleando. El ministro austriaco de Finanzas, Gernot Bl¨¹mel, se mostraba esta semana ¡°preocupado por quienes cuestionan las reglas fiscales¡± y aseguraba, en una carta a sus hom¨®logos a la que ha tenido acceso este diario, que ¡°el objetivo com¨²n debe ser reducir la deuda¡±. En el lado opuesto, el primer ministro italiano, Mario Draghi, reclamaba el viernes en un acto del C¨ªrculo de Econom¨ªa en Barcelona ¡°est¨ªmulos adicionales¡±, para regresar a la prudencia fiscal ¨²nicamente cuando se vuelva a los niveles de actividad precrisis: ¡°Cuando la recuperaci¨®n sea autosostenida¡±. Esas dos visiones, casi antit¨¦ticas, protagonizar¨¢n el debate de pol¨ªtica econ¨®mica europea de la larga resaca coronav¨ªrica.
Las grandes crisis son como aquello de Hamlet: ¡°Cuando llegan las penas, nunca vienen como un solitario explorador: vienen en batallones¡±. La covid ha provocado la recesi¨®n m¨¢s aguda desde las guerras mundiales. Ha dejado heridas econ¨®micas profundas, ha exacerbado las desigualdades, tiene a los populismos al acecho. En Bruselas, todo eso se traduce en una batalla de ideas sobre las reglas fiscales y, de momento, son los halcones ¡ªse llama as¨ª a los que mantienen las posiciones m¨¢s duras, m¨¢s ortodoxas¡ª quienes ense?an las garras. La ofensiva austriaca est¨¢ sobre la mesa. Los conservadores alemanes han deslizado mensajes similares: el exministro Wolfgang Sch?uble sentenciaba hace unos d¨ªas: ¡°La paz social en Europa requiere una vuelta a la disciplina fiscal¡±. Berl¨ªn presionaba en marzo a Espa?a en la OCDE para que el ajuste empiece m¨¢s pronto que tarde. Los m¨¢s halcones, en fin, empiezan a volar en c¨ªrculos. Pero fuentes diplom¨¢ticas explican que el resto de los mal llamados frugales ¡ªlos partidarios de un gasto p¨²blico bajo: Pa¨ªses Bajos, Alemania o Finlandia, reforzados a menudo con los b¨¢lticos y alg¨²n socio del Este¡ª no est¨¢n por la labor. Ese grupo de pa¨ªses comparte el objetivo de poner el foco en la reducci¨®n de la deuda. Pero como la santidad y San Agust¨ªn: todav¨ªa no. Austria, seg¨²n las fuentes consultadas, yerra con el tempo: no era el momento de presentar esa propuesta, cuando la Comisi¨®n ni siquiera ha hecho p¨²blica la suya. El vicepresidente comunitario Valdis Dombrovskis afirm¨® el viernes tras el Ecofin, la reuni¨®n de ministros de Finanzas de la UE, que Bruselas buscar¨¢ el consenso para ejecutar una revisi¨®n de las reglas que concilie el crecimiento con la sostenibilidad fiscal y financiera. Pero casi todo en la UE est¨¢ paralizado, a la espera de las elecciones alemanas de septiembre. Los Verdes van en cabeza, aunque la alianza CDU-CSU (derecha) y liberales (FDP) apunta a un 40% de los votos, con los Verdes y los socialdem¨®cratas un par de puntos por detr¨¢s.
Fuentes diplom¨¢ticas apuntan a EL PA?S, para explicar el fiasco de la propuesta de Viena, que ¡°Alemania ha de ser prudente por las elecciones de septiembre, y Mark Rutte est¨¢ mirando a su izquierda para poder formar coalici¨®n en Holanda¡±. Todas las opciones est¨¢n abiertas: los ortodoxos abogan por volver cuanto antes a las reglas precovid, pero hay quien quiere mantenerlas suspendidas sine die y quien aboga por una reforma de los listones del 3% de d¨¦ficit y del 60% de deuda sobre PIB, para suavizar esa especie de camisa de fuerza que muchas veces ha sacrificado el crecimiento en el altar de la supuesta credibilidad. Par¨ªs, Roma y Madrid se decantan por esa ¨²ltima opci¨®n, con perfil bajo. Y tambi¨¦n la Comisi¨®n Europea opta por la prudencia. Bruselas es consciente de que los Veintisiete solo coinciden en una cosa: ¡°A nadie le gustan las normas actuales¡±, dicen fuentes comunitarias. Pero por distintos motivos: los halcones quieren menor flexibilidad, y el Sur desea romper el cors¨¦ de los umbrales de deuda y d¨¦ficit, que obligar¨ªan a volver a las recetas de austeridad tan criticadas hace 10 a?os.
El rifirrafe pol¨ªtico est¨¢ servido. En la academia hay m¨¢s consenso y se acumulan varias propuestas basadas en limar el sesgo proausteridad de la eurozona. Los expertos creen que el l¨ªmite del 60% de deuda sobre PIB es una quimera con las cifras actuales de endeudamiento. Y que cuando el BCE normalice su pol¨ªtica monetaria habr¨¢ que poner en marcha una estrategia de reducci¨®n gradual de la deuda, con objetivos diferentes para cada pa¨ªs, y aplicar una regla de gasto (una limitaci¨®n del aumento del gasto p¨²blico teniendo en cuenta la trayectoria del crecimiento).
¡°El riesgo es que algunos pa¨ªses quieran volver a la austeridad demasiado pronto¡±, resume por tel¨¦fono Olivier Blanchard, execonomista jefe del FMI. Andr¨¦ Sapir, de Bruegel, aventura ¡°una postura fuerte de los frugales en los pr¨®ximos meses, a los que puede sumarse Alemania en funci¨®n de los resultados electorales, pero tambi¨¦n una fuerte presi¨®n por el lado de Francia, que asume la presidencia de la UE el a?o pr¨®ximo, con el apoyo de la Italia de Draghi y la Espa?a de Pedro S¨¢nchez¡±. ¡°Lo m¨¢s probable es seguir con las reglas fiscales suspendidas o con una discrecionalidad tan grande que ser¨¢ como si estuvieran suspendidas, o una reforma no demasiado radical, cuya ambici¨®n depender¨¢ de Alemania¡±, a?ade. Daniel Gros, del CEPS, vaticina que ¡°nada va a cambiar¡± porque ni el Norte ni el Sur pueden armar mayor¨ªas suficientes. Y Wolfgang M¨¹nchau, de Eurointelligence, insiste en que ¡°el punto de vista de los acad¨¦micos ser¨¢, como siempre, ol¨ªmpicamente ignorado. Habr¨¢ una mejora en el tratamiento fiscal de la inversi¨®n, y poco m¨¢s¡±.
Berl¨ªn tiene la palabra. ¡°No habr¨¢ cambios sustanciales hasta que Alemania est¨¦ preparada para aguar su freno de deuda constitucional¡±, avisa el exministro griego Yanis Varoufakis por correo electr¨®nico. La CDU ha subrayado que no va a permitir nada parecido; los liberales (FDP), tampoco. El ministro de Hacienda y candidato del SPD, Olaf Scholz, se presenta como un par de manos seguras al volante con un ligero tinte socialdem¨®crata, pero trata de eludir el debate del freno de deuda, que en la pr¨¢ctica es un formidable artefacto de austeridad. Los Verdes son otra cosa: en su programa figura una reforma del freno de la deuda y de las reglas europeas. Marcel Fratzscher, del think tank (centro de estudios) berlin¨¦s DIW, cierra: ¡°Los conservadores van por delante. Pero creo que ser¨ªa de lo m¨¢s preocupante que Berl¨ªn se niegue a emprender la reforma de las reglas fiscales y eso da?e las posibilidades de la UE de competir contra EE UU y China¡±.
La gesti¨®n de la crisis del euro y la fase posterior fue una guerra de baja intensidad Norte-Sur, acreedores-deudores; el magistral farol de Draghi y su whatever it takes permiti¨® postergar ese conflicto. Pero el debate sobre las reglas, espoleado por la r¨¢pida recuperaci¨®n econ¨®mica, volver¨¢ a sacar todo ese l¨ªo a flote. Y pronto.
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