Un invento para tener al mosquito tigre bajo control

Mide apenas nueve mil¨ªmetros pero su capacidad de hacer da?o es incre¨ªble. Su picadura se mantiene durante varias semanas, necrosa las c¨¦lulas y es capaz de contagiar hasta 22 enfermedades, entre ellas, el dengue o la fiebre amarilla. El mosquito tigre, originario del sudeste asi¨¢tico, lleg¨® a Barcelona en 2004 y desde entonces se ha ¡°hecho fuerte¡±, sobre todo, en la zona mediterr¨¢nea desde Catalu?a hasta Andaluc¨ªa, donde el calor y la humedad son su caldo de cultivo, pero tambi¨¦n en la cornisa cant¨¢brica. En su avance desplaza al mosquito tradicional y ahora empieza a repoblar otras zonas de interior como Albacete, Ja¨¦n o Zaragoza. En la Comunidad Valenciana se ha convertido en un gran problema. De hecho, el Gobierno aut¨®nomo ha invertido, por primera vez, m¨¢s de 300.000 euros para acabar con este molesto d¨ªptero.

Un problema y una oportunidad para empresas como Planeta Zero Mossie. Su historia empieza cuando la mujer del fundador, el ingeniero qu¨ªmico Pascual Mart¨ªnez, le coment¨® que deber¨ªa inventar algo para acabar con las hordas de mosquitos que invad¨ªan su jard¨ªn. En 2019, ¨¦l y su equipo, en el que hay bi¨®logos, qu¨ªmicos y m¨¦dicos, empezaron a pensar en prototipos. ¡°Los prob¨¦ en mi jard¨ªn y funcionaron, pero no era suficiente. Necesitaba hacer pruebas a mayor escala¡±, explica Mart¨ªnez. Para esto cont¨® con la zaragozana Quimera SB, una empresa especializada en control de plagas, que mont¨® un criadero de mosquito tigre, esencial para comprobar su eficacia. ¡°Solo hay cinco en el mundo y dos en Espa?a. Es dif¨ªcil criarlos en cautividad y tambi¨¦n costoso. A ellos les supuso unos ocho meses de trabajo y una inversi¨®n superior a los 100.000 euros¡±, comenta el fundador.

Tras estos dos a?os, el resultado ha sido la creaci¨®n de unas etiquetas adhesivas, fabricadas en Alicante, que incorporan una sustancia no t¨®xica que acaba con este insecto, que se pegan en elementos donde se acumula agua como platos de macetas, piscinas, jarrones¡­, con una efectividad de hasta cuatro semanas. Su fabricaci¨®n se basa en la sostenibilidad, porque se hacen a partir de residuos de mermas de la industria del calzado, y en el cuidado al medio ambiente, ya que no contienen ni biocidas ni repelentes ¡°que no solo matan a los mosquitos, sino a todos los insectos que encuentran a su paso¡±, asegura Mart¨ªnez.

Para lanzarlas al mercado han necesitado una inversi¨®n de m¨¢s de 250.000 euros, una cifra que incluye 70.000 euros llegados desde ELIIT, un programa de la Uni¨®n Europea para el desarrollo de soluciones innovadoras sostenibles. ¡°De los 700 proyectos que se presentaron, solo 15 alcanzaron este reconocimiento, el nuestro entre ellos¡±, confirma Mart¨ªnez. Una cantidad que destinaron a reforzar la estrategia comercial de la empresa, ¡°para hacer marca¡±.

Con una capacidad de producci¨®n de unas 40.000 etiquetas a la semana, han empezado a comercializarlas recientemente en su propia web con un precio de 25 euros el paquete de cinco. Entre sus siguientes pasos est¨¢ traducir su web al ingl¨¦s y estar en Amazon, ¡°que es un trampol¨ªn a otros pa¨ªses¡±, asegura.