Venezuela le quita seis ceros a su moneda, la tercera conversi¨®n del chavismo
Golpeada por la hiperinflaci¨®n, por cada mill¨®n de bol¨ªvares se emitir¨¢ un nuevo billete de un bol¨ªvar
Los venezolanos saben lo que ocurre con cada reconversi¨®n. Sus ingresos pasar¨¢n nuevamente por la rebanadora de la devaluaci¨®n y ser¨¢n m¨¢s pobres. Nada cambiar¨¢ en realidad cuando el bol¨ªvar deje el apellido soberano que en 2018 le puso Nicol¨¢s Maduro al sustituir el bol¨ªvar fuerte. Aunque habr¨¢ billetes, ahora le ha llamado bol¨ªvar digital, quiz¨¢ por la importancia que han cobrado las transacciones electr¨®nicas en una econom¨ªa de hiperinflaci¨®n y la alta penetraci¨®n del d¨®lar estadounidense.
Un par de d¨ªas antes de que el bol¨ªvar pierda otros seis ceros, las calles de Caracas son un hervidero. Teresa Hern¨¢ndez, de 42 a?os, hizo fila para pertrecharse de carne y tomar algo de ventaja al alza de los precios que viene con cada ajuste monetario. Todo ser¨¢ m¨¢s caro luego de este limbo de dos d¨ªas en que los bancos estar¨¢n cerrados para ajustar sus sistemas, abriendo paso al nuevo bol¨ªvar este viernes, con los 14 ceros que ha perdido en 13 a?os. ¡°Ya la reconversi¨®n lleg¨®, porque ahora compr¨¦ menos con el mismo dinero¡±, coment¨® con iron¨ªa la mujer.
Desde hace meses los montos de las compras son imposibles de calcular en Venezuela. Nuevamente los puntos de ventas se quedaron cortos y las transacciones deben picarse en partes para poder procesarlas por el n¨²mero de ceros. Entre los venezolanos, cada cierto tiempo, aplican su propia reconversi¨®n en el lenguaje y los cuatro millones que puede costar un d¨®lar, en el habla popular pasan a ser 4.000 y para algunos incluso cuatro. Pagar es una complicaci¨®n en la cotidianidad venezolana. Esta nueva devaluaci¨®n ocurre en medio de una mayor presencia del d¨®lar, que ha significado un respiro para la econom¨ªa, pero tambi¨¦n ha creado una nueva brecha entre los que pueden obtener ingresos en moneda extranjera y los que no.
¡°Estos son cambios cosm¨¦ticos. Aqu¨ª no hay nada fundamental¡±, sentencia Daniel Osorio, presidente de la firma consultora Andean Capital Advisors en Nueva York y quien cubre la regi¨®n latinoamericana. ¡°No hay una pol¨ªtica monetaria o una pol¨ªtica fiscal seria, organizada, ortodoxa. Esto es improvisar para parar esa hiperinflaci¨®n, la cual, no van a parar nunca con lo que est¨¢n haciendo¡±, agrega, en referencia a la decisi¨®n anunciada el 25 de julio por el presidente Maduro.
La inflaci¨®n de precios en el pa¨ªs sudamericano es tal que se ha vuelto imposible de medir y refleja una crisis de confianza en las autoridades, explica Osorio. ¡°Tratan de quitarle ceros a una moneda para que se vea mejor, para que no se note la hiperinflaci¨®n, pero a la hiperinflaci¨®n no le importa cu¨¢ntos ceros tiene la moneda de un pa¨ªs. No cambia que el pueblo tiene menos dinero y menos capacidad de gasto todos los d¨ªas¡±, dice Osorio.
La ¨²ltima reconversi¨®n, en la que eliminaron cinco ceros, fue apenas en 2018. En ese momento, los nuevos billetes quedaron, igual que antes, engalanados con la cara del pr¨®cer latinoamericano Sim¨®n Bol¨ªvar y solo se diferenciaban a los anteriores por los ceros y el color. Pero hace rato que esos billetes no se ven en la misma proporci¨®n que los d¨®lares, porque han perdido su valor r¨¢pidamente. Despu¨¦s de 15 a?os de control cambiario, en 2019 se liberaliz¨® la econom¨ªa sin ning¨²n anuncio y el billete que se imprime en Estados Unidos, con la cara de George Washington, circula libremente sin ser delito. En cambio, los bol¨ªvares se pueden ver desechados en las calles por su escaso valor.
La falta de billetes o monedas de peque?a denominaci¨®n para dar vuelto y la imposibilidad de cambiar billetes rotos o deteriorados es un quebradero de cabeza diario en medio de la dolarizaci¨®n informal. ¡°?Tienes cambio para un billete de 20 [d¨®lares]?¡±, preguntaba una mujer antes de pedir su almuerzo en un local de comida esta semana. Ante la negativa, se va sin comer.
Para quien percibe ingresos en d¨®lares, cualquier gesti¨®n implica una planificaci¨®n de escenarios: que el negocio tenga cambio y no haya que gastar la totalidad del billete en productos que no se necesitaban; que parte del monto se alcance a pagar con el billete y el remanente se pueda completar con transferencias electr¨®nicas de bol¨ªvares; que el negocio acepte tarjetas o transferencias internacionales. Algunos comercios han comenzado a dar vuelto con dinero electr¨®nico, a trav¨¦s de un nuevo servicio bancario. Una agotadora aritm¨¦tica diaria que hay que repetir en todas las diligencias y gastos que se pueden hacer en un d¨ªa. Los sectores m¨¢s pobres lo han resuelto con el trueque de productos.
A Roberto, que trabaja como mototaxista en Caracas, le preocupa que pocos son los clientes que le pagan en divisas. La mayor¨ªa de los pagos por sus carreras son en bol¨ªvares a trav¨¦s de medios electr¨®nicos, que no funcionar¨¢n estos dos d¨ªas mientras se implementa la medida. Al efecto de la reconversi¨®n en la econom¨ªa no le da mayor importancia. ¡°Esos son pa?os de agua tibia¡±, dice. Para Marcelo Moret, que trabaja en el transporte p¨²blico de pasajeros, casi el ¨²nico ¨¢mbito donde circulan billetes de bol¨ªvares, ¡°el nuevo cono monetario no ha nacido y ya est¨¢ muriendo¡± por la aceleraci¨®n de la inflaci¨®n vista las ¨²ltimas semanas. Un viaje en autob¨²s en Caracas cuesta 25 centavos de d¨®lar, o su equivalente en un mill¨®n de bol¨ªvares. Pero, hasta en esos montos, los bol¨ªvares son insuficientes y la gente que puede, paga en d¨®lares. Despu¨¦s de la reconversi¨®n, dice Moret, ser¨¢ necesario subir la tarifa.
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