El gran apag¨®n el¨¦ctrico: los expertos creen que el riesgo de una ruptura del suministro es ¡°m¨ªnimo¡±
Espa?a cuenta con reservas de gas natural equivalentes a 40 d¨ªas de consumo y con alternativas s¨®lidas de suministro, sobre todo por barco
¡°La cuesti¨®n no es si habr¨¢ un gran apag¨®n, sino cu¨¢ndo¡±. Estas palabras, la semana pasada, de la ministra austriaca de Defensa han retumbado con especial fuerza en los ¨²ltimos d¨ªas en Espa?a, despu¨¦s de que Argelia cerrase uno de los gasoductos que traen gas natural a la pen¨ªnsula Ib¨¦rica desde el pa¨ªs norteafricano. Los especialistas, sin embargo, abogan por la m¨¢xima cautela: la situaci¨®n austriaca, un pa¨ªs sin mar y que depende para su aprovisionamiento, no es extrapolable a Espa?a, que cuenta con seis puertos con capacidad de recibir y gasificar el gas natural licuado (GNL) tra¨ªdo por mar, m¨¢s que muchos vecinos europeos. Aqu¨ª, remarcan, el riesgo es ¡°m¨ªnimo¡±.
El gas natural genera algo m¨¢s de la quinta parte de la electricidad que se consume en Espa?a, y el reciente corte de uno de los tubos que le conectaba con su principal proveedor es motivo de preocupaci¨®n. M¨¢s a¨²n a las puertas del invierno, cuando el consumo se dispara. Pero la realidad dista mucho de ser el apocalipsis que algunos creen ver. Argelia se ha comprometido a enviar gas por otras v¨ªas ¡ªaumentando la capacidad del otro tubo, el Medgaz, o poni¨¦ndolo a disposici¨®n de buques metaneros que contraten las empresas suministradoras¡ª y Espa?a cuenta con alternativas fiables de abastecimiento en terceros pa¨ªses. Puede que sea m¨¢s caro, pero no faltar¨¢ gas.
El domingo pasado, el gestor del sistema gasista ib¨¦rico, Enag¨¢s, record¨® que los dep¨®sitos espa?oles de gas natural est¨¢n al 82% de su capacidad. Unas reservas estrat¨¦gicas suficientes, seg¨²n sus c¨¢lculos, para cubrir la demanda equivalente a 40 d¨ªas. En otras palabras: incluso si Espa?a dejase hoy de recibir gas por el segundo tubo, el Magreb-Europa, o por barco ¡ªuna situaci¨®n que se antoja casi imposible¡ª, podr¨ªa aguantar hasta mediados de diciembre. Espa?a, afirma la empresa participada en un 5% por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), se encuentra ¡°en una situaci¨®n mejor que otros de pa¨ªses del entorno¡±, con unos vol¨²menes almacenados ¡°superiores¡± a los de ejercicios anteriores.
¡°Lo del apag¨®n es un bulo de los finmundistas¡±, sentencia Francisco Valverde, de la consultora Menta Energ¨ªa. ¡°Nuestro sistema el¨¦ctrico tiene m¨¢s margen de reserva que pr¨¢cticamente ning¨²n otro pa¨ªs europeo¡±, remarca Pedro Mielgo, expresidente de Red El¨¦ctrica de Espa?a, que se muestra ¡°nada preocupado¡± por la probabilidad de un apag¨®n en la Pen¨ªnsula.
¡°El riesgo es extremadamente bajo: la posibilidad siempre existe, pero tendr¨ªa que ser una concatenaci¨®n de acontecimientos brutal. No hay que exagerar ni hacer tremendismos: tenemos mucha capacidad de abastecernos, tanto en Argelia como fuera¡±, apunta Gonzalo Escribano, del Real Instituto Elcano. ¡°Los austriacos est¨¢n preocupados porque dependen de Rusia y no tienen posibilidad de llevar GNL. Pero nosotros no: incluso si las cosas se pusieran mal, Espa?a tiene todas las papeletas para ser uno de los pa¨ªses menos afectados de la UE¡±.
Sin razones para el alarmismo
¡°No veo por ning¨²n lado el riesgo de crisis de suministro de gas en Espa?a¡±, contin¨²a Jos¨¦ Mar¨ªa Yusta, especialista en mercados energ¨¦ticos e infraestructuras cr¨ªticas de la Universidad de Zaragoza. ¡°Es cierto que el hecho de disponer de un solo tubo en vez de dos reduce la flexibilidad para contar con m¨¢s en momentos de m¨¢xima demanda, pero no hay razones para caer en el alarmismo: se han tomado todas las precauciones para que no pase nada y es dif¨ªcil que haya un problema grave¡±.
El GNL emerge como la alternativa m¨¢s l¨®gica para compensar el gas que llegaba a trav¨¦s del gasoducto Magreb-Europa. Con seis puertos equipados con plantas de regasificaci¨®n ¡ªnecesarias para que el gas pase de estado l¨ªquido a gaseoso¡ª, Espa?a uno de los pa¨ªses de Europa con m¨¢s infraestructuras de este tipo dado el aislamiento geogr¨¢fico previo a la construcci¨®n de los dos tubos con Argelia. Pero Miguel Lasheras, economista y experto en temas energ¨¦ticos, recuerda que el segundo tubo que conecta Argelia con Espa?a ¡ªel Medgaz, el m¨¢s moderno de los dos, puesto en marcha en 2011¡ª tambi¨¦n tiene capacidad para paliar parcialmente el gas que no se puede traer por el Magreb-Europa. ¡°Ese gasoducto se hizo no solo para complementar el otro, sino para sustituirlo [en caso de ser necesario]¡±.
En los ¨²ltimos 14 a?os, recuerda Lasheras, tambi¨¦n se ha incrementado la capacidad de importaci¨®n de Francia y se han ampliado las plantas de GNL situadas en los puertos de Barcelona, Sagunto, Cartagena, Huelva y Bilbao. ¡°La conclusi¨®n es que no parece que haya problema alguno de abastecimiento o de restricciones en el uso de infraestructuras por la decisi¨®n Argelina de dejar de transitar gas por el gasoducto de Marruecos¡±, remarca. ¡°Tenemos regasificadoras de sobra para GNL. Esta situaci¨®n seguramente suponga una subida del precio del gas, pero no deber¨ªa haber problemas de seguridad f¨ªsica¡±, zanja Pedro Linares, de la Universidad Pontificia Comillas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.