La nueva normativa sobre inversiones sostenibles de la UE amenaza la financiaci¨®n de la industria militar
Los asesores de la Comisi¨®n recomiendan colgar al sector de defensa la etiqueta de ¡°socialmente insostenible¡±, equipar¨¢ndola al juego o al tabaco, en plena crisis de seguridad con Rusia
La introducci¨®n de criterios sociales en la taxonom¨ªa de la Uni¨®n Europea amenaza la inversi¨®n en la industria europea de defensa. El grupo que asesora a la Comisi¨®n para la elaboraci¨®n de la taxonom¨ªa ¡ªla lista de actividades econ¨®micas y criterios de inversi¨®n para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de la UE¡ª ha recomendado, seg¨²n un informe confidencial al que ha tenido acceso EL PA?S, excluir las actividades que se oponen de forma flagrante a los objetivos de la Uni¨®n o causan un da?o de manera intr¨ªnseca e inevitable, una definici¨®n que dejar¨ªa fuera al sector de defensa y lo estigmatizar¨ªa junto a industrias como la del juego o el tabaco.
La introducci¨®n de criterios sociales en la lista de actividades econ¨®micas (taxonom¨ªa) y criterios de inversi¨®n para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de la UE amenaza la inversi¨®n en la industria europea de defensa. El grupo que asesora a la Comisi¨®n Europea para la elaboraci¨®n de la taxonom¨ªa ha recomendado, seg¨²n un informe confidencial al que ha tenido acceso EL PA?S, excluir a las actividades que se oponen de manera flagrante a los objetivos sociales de la UE o causan un da?o de manera intr¨ªnseca e inevitable, una definici¨®n que dejar¨ªa fuera al sector de defensa y lo estigmatizar¨ªa junto a industrias como la del juego o el tabaco. Las empresas de defensa temen que la etiqueta de insostenibles las prive de unos flujos de inversi¨®n imprescindibles para mantener su competitividad, sobre todo, en un momento en que las grandes potencias mundiales est¨¢n embarcadas en una carrera de armamento mucho m¨¢s sofisticada y tecnol¨®gica que en el siglo XX.
Los expertos recomiendan a la Comisi¨®n a?adir a la taxonom¨ªa de inversi¨®n, aprobada en 2020, criterios de exclusi¨®n para que ciertos sectores queden fuera con independencia de la calidad laboral que ofrezcan. Ese descarte de entrada, se?ala el citado documento, ¡°garantizar¨ªa que sectores o actividades da?inos como los de armas, el juego o el tabaco no podr¨ªan ser calificadas como socialmente sostenibles a pesar, por ejemplo, de que tengan un buen resultado en relaci¨®n con los trabajadores¡±.
El informe final sobre los criterios sociales ha sido elaborado por la Plataforma sobre Finanzas Sostenibles, el grupo permanente de asesores de la Comisi¨®n para desarrollo de la taxonom¨ªa o clasificaci¨®n de actividades econ¨®micas sostenibles hacia las que pretende orientar la inversi¨®n. El documento, fechado en noviembre de 2021 y catalogado de momento como confidencial, es susceptible de provocar una pol¨¦mica de la misma envergadura que la desencadenada recientemente en torno a la energ¨ªa y el gas por la aplicaci¨®n de los criterios medioambientales de la taxonom¨ªa.
Fuentes de la Comisi¨®n subrayan que los informes del grupo de expertos no son vinculantes y que no se puede prejuzgar el resultado final. ¡°Creemos que es importante tranquilizar al sector y asegurarle que no hay nada precocinado¡±, apuntan esas fuentes. Y a?aden que la Comisi¨®n velar¨¢ para que la taxonom¨ªa no entre en contradicci¨®n con las prioridades pol¨ªticas del organismo, entre las que figura el desarrollo de una robusta pol¨ªtica de defensa. Esta misma semana la Comisi¨®n ha insistido en la necesidad de eximir de IVA a las inversiones en proyectos de investigaci¨®n para el desarrollo de la industria militar.
Estigmatizar la actividad
Pero el sector teme que el proyecto sobre los criterios sociales de la taxonom¨ªa entre en una din¨¢mica imparable que acabe por estigmatizar su actividad. El grupo de asesores de la Comisi¨®n que se ocupa de esos criterios est¨¢ presidido por Antje Scheneeweiss, representante de la iglesia anglicana de Alemania, una organizaci¨®n conocida por su combate contra la fabricaci¨®n de armas.
Jan Pie, secretario general de la Asociaci¨®n Europea de Industrias Aeroespaciales y de Defensa (ASD, por sus siglas en ingl¨¦s), se?ala que ¡°ser¨ªa extremadamente malo para la industria si la Comisi¨®n concluye que no es socialmente sostenible¡±. Pie asegura: ¡°Ya hemos hecho saber nuestra posici¨®n al m¨¢s alto nivel, con Valdis Dombrovskis [vicepresidente ejecutivo de la Comisi¨®n], Josep Borrell [vicepresidente responsable de Exteriores y Defensa] o con Thierry Breton [comisario de Mercado Interior] y todos son conscientes de la inquietud de la industria¡±.
Los expertos abogan por aplicar la taxonom¨ªa no solo a las actividades de car¨¢cter eminentemente social (como pueden ser la construcci¨®n o el suministro de agua), sino a todo tipo de industria que pueda demostrar un impacto positivo en ¨¢mbitos como los derechos laborales, la inclusi¨®n social, la no discriminaci¨®n, la protecci¨®n del consumidor, el logro de una sociedad pac¨ªfica o la lucha contra la corrupci¨®n y la evasi¨®n fiscal.
El objetivo, como en el caso de los criterios medioambientales, es que los mercados puedan identificar f¨¢cilmente los sectores sostenibles y canalizar hacia esas actividades el ahorro acumulado en aseguradoras, fondos de inversi¨®n y de pensiones. La etiqueta de la taxonom¨ªa aspira a convertirse as¨ª en un sello de sostenibilidad que puede propulsar la capitalizaci¨®n de las empresas que la consigan.
Pero el informe elaborado por el grupo de Schneeweiss defiende excluir de entrada aquellas actividades que se consideren como da?inas, con independencia de la calidad de las relaciones laborales o la contribuci¨®n al bienestar general que puedan demostrar las empresas de esos sectores. El documento establece un paralelismo con los criterios medioambientales, que excluyen de la taxonom¨ªa a las empresas cuya actividad es inevitablemente contraproducente para la protecci¨®n del medioambiente o la lucha contra el cambio clim¨¢tico.
¡°Si la taxonom¨ªa social sigue este razonamiento, las actividades significativamente da?inas podr¨ªan ser aquellas que se oponen a los objetivos sociales de manera fundamental y en cualquier circunstancia¡±, se?ala el informe de la Plataforma. Y completa la definici¨®n a?adiendo que se trata de aquellas actividades en las ¡°que no hay forma de hacer que sean menos da?inas¡±.
Las industrias del tabaco, el juego y el armamento se perfilan como las principales damnificadas de esa clasificaci¨®n. El informe, de hecho, apunta en primer lugar a los convenios internacionales sobre armas como fuente para determinar qu¨¦ empresas son excluidas de la taxonom¨ªa. Y en segundo lugar, a los estudios sobre los efectos negativos desde el punto de vista social de ciertos productos, una categor¨ªa en la que se?ala como ejemplo ¡°la producci¨®n y comercializaci¨®n de cigarrillos¡±.
Los estudios de la Plataforma no son vinculantes para la Comisi¨®n, como se ha demostrado en el caso de la energ¨ªa nuclear y el gas. El Ejecutivo presidido por Ursula von der Leyen ha aceptado esas dos fuentes de energ¨ªa como sostenibles a efectos de la taxonom¨ªa a pesar de la opini¨®n en contra de los expertos.
Empresas espa?olas
Aun as¨ª, el proyecto de los criterios sociales de la taxonom¨ªa ha disparado las alarmas entre la industria de defensa, una actividad en la que operan numerosas empresas con ramificaciones en otros sectores como el de las telecomunicaciones, el transporte a¨¦reo o la geolocalizaci¨®n. La patronal espa?ola (TEDAE) cuenta entre sus miembros compa?¨ªas como GrupoAmper, Hispasat, Indra o Navantia.
La Comisi¨®n prepara, adem¨¢s, un proyecto de ecoetiqueta que, seg¨²n el borrador actual, estar¨¢ vetada para las compa?¨ªas que obtengan un 5% de su facturaci¨®n de la fabricaci¨®n o comercio de armas convencionales o de productos militares de combate. La decisi¨®n, pendiente todav¨ªa de ser aprobada, podr¨ªa borrar del mapa de los inversores interesados en la ecoetiqueta a un gran n¨²mero de empresas europeas.
La patronal ASD, en la que figuran gigantes como Airbus, Dassault, Fincantieri o Leonardo, presiona desde hace meses a la Comisi¨®n para evitar un desenlace que puede ser fatal para el futuro econ¨®mico de un sector que en 2019, ¨²ltimo ejercicio antes de la pandemia, factur¨® 260.000 millones de euros y contaba con casi 900.000 empleados.
En el sector se?alan que el estigma no afectar¨ªa solamente a las compa?¨ªas especializadas en armamento sino a todo el ecosistema empresarial, que incluye numerosas actividades civiles, que opera en torno a la industria militar. La imagen negativa del sector pondr¨ªa incluso en peligro la capacidad de atraer los perfiles profesionales de alta cualificaci¨®n que precisa una industria donde los avances tecnol¨®gicos son continuos. ¡°Competir para contratar ingenieros ser¨¢ a¨²n m¨¢s duro para un sector que no sea considerado sostenible¡±, lamenta Pie.
El secretario general de ASD avisa, adem¨¢s, de que el deterioro de la imagen del sector ya est¨¢ teniendo repercusiones financieras. ¡°Desde hace dos a?os, un n¨²mero creciente de bancos europeos rechazan trabajar con el sector¡±, apunta Pie. Y los inversores tambi¨¦n se retiran ¡°ante el temor de una espiral negativa¡±.
La taxonom¨ªa y la ecoetiqueta podr¨ªan ser el desencadenante definitivo de esa espiral negativa si la Comisi¨®n secunda las propuestas de los expertos que tiene sobre la mesa. La consecuencia, advierte Pie, ¡°ser¨ªa que los inversores internacionales y los bancos, especialmente los estadounidenses, ocupar¨ªan el lugar de los europeos¡±. Y el desarrollo de la defensa europea, una de las prioridades precisamente de la actual presidenta de la Comisi¨®n, Ursula von der Leyen, acabar¨ªa controlado por capital extracomunitario. ¡°Eso no encaja muy bien con la idea de autonom¨ªa estrat¨¦gica que defiende la Comisi¨®n¡±, remata Pie.
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