Los consumidores empiezan a ajustar sus compras por la inflaci¨®n: tiran de ahorros o buscan descuentos y marcas baratas
La ciudadan¨ªa reacciona ante el alza de precios, a pesar de que el miedo al desabastecimiento llev¨® inicialmente a hacer mayores compras en el ¡®s¨²per¡¯
Concha Herrera, de 60 a?os, cuenta que la carne y el pescado se han convertido en un lujo que este mes no se puede permitir. En un supermercado de R¨ªos Rosas (Madrid) explica que lleva desde que comenz¨® la huelga de transportistas sin comprarlos, aunque a¨²n tiene unas peque?as reservas en el congelador. ¡°Mi marido y yo intentamos racionar el consumo para que no se vac¨ªe tan r¨¢pido. Y, para compensar que tenemos menos productos frescos, nos conformamos con legumbres y embutidos, que esos no han variado mucho de precio afortunadamente...¡±. En cambio, advierte de que el resto se ha disparado: ¡°Patatas, ensalada, cebollas¡¡±, relata pensativa mientras cuenta con los dedos de la mano. ¡°Pero eso es inevitable comprarlo, habr¨¢ que tomar vitaminas por alg¨²n lado¡±, bromea.
Herrera todav¨ªa recuerda la ¨²ltima vez que Espa?a sufri¨® una inflaci¨®n tan elevada, que en marzo ha llegado al 9,8%. Fue en 1985. Pero una generaci¨®n entera de mediana edad est¨¢ aprendiendo a vivir este a?o con unas subidas de precios que jam¨¢s hab¨ªan visto. Tras seis meses de escalada, los hogares empiezan ya a ajustar sus h¨¢bitos, cuando no el cintur¨®n. No todos hacen lo mismo: unos intentan compensar ese encarecimiento recurriendo a promociones y marcas blancas, mientras que otros hasta ahora han decidido hacer acopio ante el miedo a quedarse sin algunos productos. Ah¨ª tambi¨¦n juega su papel el desabastecimiento que se ha producido de ciertos alimentos, como leche o aceite, provocada por la guerra de Ucrania y la huelga de transportistas.
Seg¨²n la consultora Kantar, durante las dos semanas posteriores a los ataques de Rusia los precios de los productos de gran consumo treparon un 5% en todo tipo de comercios. La consultora ha detectado ya que ¡°todas las cadenas han empezado a trasladar los incrementos en el precio de los productos¡±. Ni siquiera las grandes de la distribuci¨®n han podido contener esa subida. Y a pesar de ello, el consumo se increment¨® un 13% por el miedo de muchos compradores a quedarse sin los art¨ªculos que la guerra y la huelga dejaron fuera de los lineales de los supermercados y cuyo precio acab¨® dispar¨¢ndose: el aceite se encareci¨® desde el 6 de marzo un 303% respecto al mismo periodo de 2021; la pasta, un 183%; los arroces, un 181%; y la leche, un 145%.
Ante esa situaci¨®n, los consumidores adoptan estrategias distintas. En general, las t¨¢cticas se resumen en tres: tirar de ahorro o cr¨¦dito, buscar marcas m¨¢s baratas o comprar menos. Los abultados datos de marzo sugieren que hasta ahora se ha echado mano a las reservas familiares, que hab¨ªan alcanzado un r¨¦cord durante la pandemia por la imposibilidad de consumir. ¡°La reacci¨®n a corto plazo de los ciudadanos est¨¢ consistiendo en recurrir al ahorro para financiar el consumo, sobre todo si est¨¢ en cuentas no remuneradas¡±, afirma Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, que recuerda que el valor real de los dep¨®sitos bancarios de los espa?oles se ha reducido ya en cerca de 20.000 millones de euros como consecuencia de la inflaci¨®n.
Menos consumo en restaurantes
Esa misma lectura llega desde BBVA, que ha registrado un sustancial aumento de las compras con tarjeta en marzo. Si bien en la ¨²ltima semana (la comprendida entre el 22 y el 28 de marzo) estas se moderaron y empezaron a bajar, el gasto fue un 31% superior al del mismo periodo de 2021 y un 52% mayor a 2019. ¡°Todav¨ªa no se observa una correcci¨®n en los datos disponibles de consumo como consecuencia de la mayor inflaci¨®n. En la medida en que los hogares perciban que esto es transitorio, pueden tirar de ahorros o cr¨¦dito para pagar por este imprevisto¡±, sostiene Miguel Cardoso, director de Espa?a de BBVA Research.
En los primeros compases de la escalada inflacionista, sin embargo, Kantar ha constatado a trav¨¦s de una encuesta que un voluminoso grupo de consumidores busca promociones en productos de gran consumo. En concreto, el 40% de los usuarios dice hacerlo. ¡°Los consumidores optan por dos soluciones. El primero consiste en una substituci¨®n de un producto por otro dentro del mismo grupo. Por ejemplo, pollo en lugar de ternera. El segundo es reemplazar productos de diferentes grupos: ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil ahorrar en transporte para ir al trabajo, pero s¨ª en ocio¡±, explica Pedro Aznar, profesor de Esade. De hecho, el estudio de Kantar se?ala que un 40% de los consumidores dice estar reduciendo su gasto en bares y restaurantes. ¡°Lo que est¨¢ claro es que la cautela en el gasto est¨¢ y permanecer¨¢, aunque vaya mejorando la situaci¨®n econ¨®mica y nuestras acciones van encaminadas a intentar controlar ese gasto a trav¨¦s de diferentes medidas¡±, coincide Alberto Iglesias, de la consultora NielsenIQ.
Seg¨²n la Asociaci¨®n de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), un 37% de los usuarios opta por m¨¢s art¨ªculos de la marca de distribuci¨®n y el 34% busca mejores ofertas. Pero el 15% se ve obligado a ir al extremo: comprar menos. Es por lo que se decanta Mar¨ªa del Carmen Barreiro, que vive en Lugo con sus dos hijos. Dice que viene notando la subida de precios desde noviembre, pero en marzo la sufri¨® sobremanera. ¡°Tiro de ahorros, pero tambi¨¦n intento economizar mucho. Es cierto que, si antes consegu¨ªa guardar cerca de 100 euros de mi sueldo, ahora ya no queda nada para meter en la cuenta¡±, afirma. As¨ª que tiene que sustituir un producto por otro: ¡°Antes com¨ªamos dos veces a la semana pescado. Ahora, una cada diez d¨ªas, si tenemos suerte¡±, lamenta.
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