Gita Gopinath, n¨²mero dos del FMI: ¡°No aconsejamos que Espa?a baje los impuestos a las empresas¡±
La economista cree que es necesario que los precios reflejen el alto coste de la energ¨ªa y que la inflaci¨®n es una gran amenaza
La econom¨ªa mundial estaba empezado a salir del choque que supuso la pandemia, que puso a medio mundo en coma inducido, cuando una guerra que parec¨ªa imposible para muchos, improbable para la mayor¨ªa, ha hecho saltar por los aires toda la hoja de ruta de la recuperaci¨®n. El Fondo Monetario Internacional ha celebrado sus reuniones de primavera a media asta -bajo fuertes restricciones a¨²n por la covid 19 que recuerdan lo reciente de esa crisis- y ha hecho un pron¨®stico sombr¨ªo de los efectos de la invasi¨®n rusa de Ucrania: menos crecimiento, m¨¢s inflaci¨®n y unos Gobiernos con escaso colch¨®n fiscal para responder, dado el arsenal de est¨ªmulos de la pandemia. Para Gita Gopinath (Calcula, 50 a?os) se trata de la segunda tormenta en apenas tres a?os de andadura en la instituci¨®n, primero como economista jefe (2019-2022) y ahora como n¨²mero dos de la instituci¨®n con sede en Washington. Esta vez, uno de sus pa¨ªses miembros es el que ha encedido la cerilla y la tensi¨®n en el ambiente se puede cortar con unas tijeras. Cuando Gopinath habla con EL PA?S, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, acaba de abandonar la reuni¨®n del G-20 cuando ha empezado a hablar el delegado ruso.
Pregunta. Estas son unas reuniones de primavera extraordinarias. ?C¨®mo est¨¢n siendo las discusiones?
Respuesta. Bueno, son momentos dif¨ªciles. Como es comprensible, hay emociones y s¨ª, ha habido algunos de esos abandonos. Pero la buena noticia es que est¨¢n participando todos los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales y estamos teniendo buenas discusiones sobre los desaf¨ªos que nos esperan. Por supuesto, nosotros estamos subrayando que lo m¨¢s importante para la econom¨ªa ser¨ªa terminar esta guerra. Hay muchos aspectos sobre los que debemos trabajar juntos, como los altos niveles de deuda, la seguridad alimentaria o la inflaci¨®n, y creo que estamos logrando algunos avances.
P. ?Pero podemos decir que el FMI es una instituci¨®n neutral en este conflicto?
R. Bueno, el Fondo es una instituci¨®n que aborda aspectos econ¨®micos para la econom¨ªa global. Ese es nuestro papel y tenemos 190 miembros que est¨¢n legalmente obligados por un tratado y, mientras son miembros, trabajamos con todos. Hemos sido muy claros sobre las consecuencias que tiene la invasi¨®n en el mundo y las econom¨ªas. Reconocemos que esta es una crisis humanitaria enorme y ayudamos a Ucrania lo mejor que podemos. Por ejemplo, nos estamos moviendo muy r¨¢pido para entregar 1.400 millones de d¨®lares en financiaci¨®n de emergencia.
P. Han hecho una previsi¨®n sombr¨ªa del efecto de esta guerra en la econom¨ªa (menos crecimiento, m¨¢s inflaci¨®n, toda la incertidumbre), pero su escenario base ni siquiera contempla las posibles sanciones europeas al petr¨®leo¡
R. Estamos calculando un precio del crudo de 106 d¨®lares por barril en 2022 y de unos 93 en 2023, lo cual ya es muy elevado, pero obviamente ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil con una interrupci¨®n m¨¢s grave del suministro del gas de Rusia. Creemos que Europa, que es la m¨¢s afectada por ello, podr¨ªa reemplazar dos tercios del suministro ruso con fuentes alternativas que ayudar¨ªan a evitar carest¨ªa en verano, pero si ese problema sigue en invierno, el coste del crudo ser¨ªa mucho mayor. En ese escenario, Europa ser¨ªa la regi¨®n m¨¢s afectada y calculamos una reducci¨®n del PIB del 3%, adem¨¢s de la que ya hemos calculado.
P. M¨¢s all¨¢ de esa ralentizaci¨®n, ?qu¨¦ transformaciones puede provocar esta guerra? ?Teme el retorno a una econom¨ªa de bloques geopol¨ªticos?
R. No solo es esta guerra, la pandemia que la precedi¨® ya ha llevado a muchos pa¨ªses y empresas a repensar c¨®mo construir una resiliencia ante posibles problemas de suministro o ante socios comerciales hostiles. Lo vamos a ver en la energ¨ªa. Pero, tal y como muestra uno de los estudios que hemos presentado esta semana, la forma de construir esa resiliencia que necesitas es, de hecho, con m¨¢s comercio global. No menos. Lo que necesitas es diversificar tus fuentes de producci¨®n entre muchos pa¨ªses. Y, al margen del comercio, ya antes de la guerra hab¨ªamos empezado a ver fragmentaci¨®n en los sistemas de pago, por la diversidad de plataformas, ese es otro reto para la integraci¨®n. Nos preocupa que los pa¨ªses se dividan en bloques, ir¨ªa en detrimento de la prosperidad e, inmediatamente, tambi¨¦n de la inflaci¨®n.
P. Hay empresas a las que, sin embargo, les han ido bien las cosas con estas crisis y ustedes sugieren un gravamen extraordinario para ellas.
R. Se trata de un impuesto temporal sobre beneficios empresariales extraordinarios que algunos pa¨ªses est¨¢n estudiando. Me parece una idea interesante y lo hemos mencionado en nuestro informe. Sin embargo, si quiere pensar en gravar los beneficios significativos de empresas, le dir¨ªa que ya hay tres ¨¢reas en las que podr¨ªa obtener importantes ingresos [fiscales]. Una es, por supuesto, gravar a las grandes compa?¨ªas y asegurarse de que implementan el impuesto m¨ªnimo global del 15% al que se comprometieron. Y hacerlo, adem¨¢s, bas¨¢ndose en d¨®nde est¨¢n sus clientes, no en d¨®nde est¨¢n sus trabajadores. La segunda es compartir informaci¨®n sobre los grupos en para¨ªsos fiscales. Y, en tercer lugar, las tasas sobre el carbono. No solo es algo importante medioambientalmente, sino tambi¨¦n una buena fuente de ingresos para los pa¨ªses.
P. Muchas de esas pol¨ªticas medioambientales, como esas tasas al carbono, o a los combustibles, o la apuesta por el veh¨ªculo el¨¦ctrico frente al de combusti¨®n, que es m¨¢s barato, tienen un impacto especialmente negativo en las familias trabajadoras. ?No cree que esta transformaci¨®n puede generar un rechazo, del mismo modo que la globalizaci¨®n gener¨® rechazo por no prestar suficiente atenci¨®n a los perjudicados?
R. La transici¨®n energ¨¦tica no es el principal motivo de la subida de costes que estamos viendo. El principal factor es lo que ha estado pasando el ¨²ltimo a?o [temperaturas extremas, problemas de suministro, fen¨®menos como la sequ¨ªa de Brasil] y, ahora, la guerra de Ucrania. Pero hay una lecci¨®n muy importante que tener en mente y es que, aunque en esa transici¨®n quieres encarecer el carbono para favorecer el cambio a energ¨ªas renovables, no puedes hacerlo demasiado r¨¢pido sin proteger a los afectados. Ese es el problema. Por eso nuestro consejo siempre ha sido elevar los costes en el transcurso de una d¨¦cada. En funci¨®n del desarrollo de tu econom¨ªa, ser¨¢ m¨¢s o menos, pero quieres incentivar esa transici¨®n de forma gradual y predecible. Y tienes que usar esos ingresos del carbono para proteger a la gente m¨¢s vulnerable de los precios m¨¢s elevados, y formar a los trabajadores de la industria energ¨¦tica intensiva para que puedan recolocarse en sectores m¨¢s ecol¨®gicos. Hay que hacer las cosas de forma suave, con un enfoque m¨²ltiple y prestar mucha atenci¨®n a c¨®mo va saliendo todo.
P. ?Qu¨¦ piensa del plan de choque de Espa?a ante la crisis?
R. Desgraciadamente, todos los pa¨ªses est¨¢n enfrent¨¢ndose a esta crisis cuando la econom¨ªa se estaba recuperando de la pandemia. En el caso de Espa?a, se combinan los altos precios de la energ¨ªa con el lento crecimiento de sus socios comerciales y ha adoptado medidas para ayudar a la gente a lidiar con ello. Algunas de las ayudas son directas a los hogares, otras van en forma de alivio fiscal, y as¨ª... En el actual entorno, vemos razonables las medidas de tipo temporal, pero, claro, si estamos en un entorno en el que los precios de la energ¨ªa van a ser altos por un periodo de tiempo muy largo, es necesario que los precios tambi¨¦n lo reflejen y que la gente ajuste su comportamiento de gasto a ese nuevo entorno de costes m¨¢s alto.
P. Tambi¨¦n hay un intenso debate pol¨ªtico sobre la conveniencia de reducir impuestos para responder a esta crisis en Espa?a. ?Cree que ser¨ªa positivo?
R. Espa?a tiene un d¨¦ficit fiscal en torno al 7% del PIB y una deuda p¨²blica de alrededor del 120%, as¨ª que no recomendamos una reducci¨®n general de los impuestos a las empresas. Vemos motivos y margen para medidas de apoyo m¨¢s puntuales, a objetivos m¨¢s precisos, que es lo que est¨¢ haciendo el Gobierno. Identificas a los sectores m¨¢s afectados por la crisis y les ayudas, pero no vemos base para una reducci¨®n general de impuestos a empresas.
P. Sobre Estados Unidos, ?cu¨¢l es su visi¨®n del fracaso del plan social de Biden [Build back better] en el Congreso? ?Qu¨¦ debe preocupar en la primera potencia mundial?
R. Hay muchos aspectos positivos en ese plan que no hemos visto ocurrir todav¨ªa. Por ejemplo, incrementar la poblaci¨®n activa en el mercado laboral gracias a las ayudas p¨²blicas al cuidado infantil era uno de ellos. La inversi¨®n en educaci¨®n, otro. Tambi¨¦n las infraestructuras adicionales, pero claramente este plan no va lograr la luz verde del Congreso, al menos, no en este momento. En cuanto a riesgos, creo que el riesgo n¨²mero uno de Estados Unidos es la inflaci¨®n, que est¨¢ muy por encima del objetivo del 2%. En el lado positivo, tenemos que la econom¨ªa avanza de forma s¨®lida, proyectamos una expansi¨®n del 3,7%, que est¨¢ bien por encima de su crecimiento promedio y el mercado laboral est¨¢ muy fuerte, los hogares tienen muchos ahorros¡ Pero va a ser un reto devolver la inflaci¨®n por a ese 2%. Es un gran riesgo para el pa¨ªs y dir¨ªa que para el resto del mundo tambi¨¦n, porque la pol¨ªtica monetaria de Estados Unidos afecta en todas partes.
P. ?Y cree que, aunque pase esta crisis, ese 2% ya ha dejado de ser un tab¨² para siempre?
R. Es bueno preguntarse si nos encaminamos a un r¨¦gimen de mayor inflaci¨®n de forma permanente. Nuestras proyecciones para la zona euro, por ejemplo, se?alan que volver¨¢ cerca del 2% en alg¨²n momento del pr¨®ximo a?o y del siguiente. Muchos de los factores que mantuvieron la inflaci¨®n baja en el pasado van a seguir ah¨ª en el largo plazo, pero si tenemos m¨¢s choques que mantengan la inflaci¨®n elevada, las expectativas de las personas cambian y eso afecta a sus demandas de aumentos de sueldo, lo que puede alimentar una espiral de precios. Eso es exactamente lo que los bancos centrales intentan evitar, que es un cambio de r¨¦gimen.
P. ?En el caso de Latinoam¨¦rica, cu¨¢l es la mejor forma de combatir esa inflaci¨®n tan galopante?
R. Nuestra ¨²ltima previsi¨®n sit¨²a la inflaci¨®n en el 11,2% este a?o y en el 8% el pr¨®ximo. Eso significa que la mayor parte de pa¨ªses est¨¢n fuera de sus objetivos y hemos o¨ªdo estos d¨ªas c¨®mo est¨¢n afectando a los presupuestos familiares de casi todos ellos. Los bancos centrales de la regi¨®n se han ganado una credibilidad en su capacidad de luchar contra la inflaci¨®n, a pesar de la actual subida. No solo en Latinoam¨¦rica, creo que, en general, los bancos centrales tienen credibilidad, pero hay un margen de tiempo durante el cual pueden apoyarse en esa credibilidad acumulada si no consiguen bajar la inflaci¨®n. Eso significa que deben continuar con sus medidas de repliegue de est¨ªmulos. Creo que su intenci¨®n es hacerlo y comunicar con mucha claridad lo que est¨¢ pasando con la inflaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ piensa del rechazo a la reforma energ¨¦tica en M¨¦xico?
R. Brinda una buena oportunidad para reconsiderar los planes. Nos preocupa que algunos elementos importantes del proyecto de ley no sean ¨²tiles. ?Por qu¨¦ estamos preocupados? Por dos razones, principalmente. Primero, el proyecto de ley equivaldr¨ªa a una reversi¨®n de la reforma energ¨¦tica de 2014, que hab¨ªa impulsado la inversi¨®n privada. La reversi¨®n de la reforma, especialmente de una reforma que fue vista mayoritariamente como un impulso para el sector energ¨¦tico y el potencial de crecimiento de la econom¨ªa, crea incertidumbre pol¨ªtica y obstaculiza la inversi¨®n privada. En segundo lugar, el proyecto de ley favorece a las empresas estatales que dependen de la energ¨ªa no renovable frente a las empresas privadas m¨¢s ecol¨®gicas. Y es probable que esto obstaculice la competencia y la innovaci¨®n.
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