El Gobierno ultima un plan de ahorro de energ¨ªa e impulsar¨¢ el autoconsumo en edificios p¨²blicos
Espa?a se suma a otros pa¨ªses europeos, como Alemania o Italia, a la espera de la gu¨ªa com¨²n en la que trabaja la Comisi¨®n Europea
En plena definici¨®n del veto europeo al petr¨®leo ruso, los ministerios de Transici¨®n Ecol¨®gica y Hacienda ultiman estos d¨ªas una bater¨ªa de medidas de ahorro y eficiencia energ¨¦tica, sobre todo en edificios de la Administraci¨®n. Esta serie de acciones, que el Gobierno vincula directamente a la necesidad de reducir el consumo por la guerra de Ucrania, recibir¨¢ el visto bueno del Consejo de Ministros ¡°en las pr¨®ximas semanas¡±, seg¨²n explican a EL PA?S fuentes del Ejecutivo.
La Comisi¨®n Europea negocia medidas similares a escala continental. Y otros pa¨ªses del bloque, como Italia y Alemania, ya han tomado cartas en el asunto, con regulaciones de temperatura en interiores para evitar el despilfarro energ¨¦tico. A diferencia de ellos, Espa?a es uno de los pa¨ªses de la UE que menos combustibles rusos consume.
El plan que prepara el Gobierno de Pedro S¨¢nchez tendr¨¢, seg¨²n explican desde el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico, dos objetivos fundamentales: la racionalizaci¨®n en el uso de los edificios administrativos y de sus instalaciones, y la facilitaci¨®n de la prestaci¨®n de los servicios p¨²blicos mediante ¡°diferentes f¨®rmulas organizativas que garanticen plenamente la atenci¨®n a la ciudadan¨ªa¡±.
El Ejecutivo establecer¨¢, entre otras cosas, horarios espec¨ªficos de encendido y apagado de luces ¡ªpara evitar consumos innecesarios durante la madrugada¡ª. Tambi¨¦n impulsar¨¢ el autoconsumo en dependencias p¨²blicas, que hoy ¡ªsalvo contad¨ªsimas excepciones¡ª brilla por ausencia. E incluir¨¢ actuaciones espec¨ªficas para ¡°reforzar¡± el trabajo a distancia ¡ªuna modalidad que, tras su obligada popularizaci¨®n durante la pandemia, ha retrocedido en los ¨²ltimos meses¡ª y para promocionar el uso del transporte p¨²blico.
En plena sacudida de precios en los mercados energ¨¦ticos, y con la seguridad de suministro en el aire en varios pa¨ªses, la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE) lleva meses pidiendo a autoridades y ciudadanos gestos para reducir el consumo de energ¨ªa: teletrabajo hasta tres d¨ªas a la semana; mayor uso del transporte p¨²blico, y menor del autom¨®vil y el avi¨®n; uso compartido del coche; reducci¨®n de los l¨ªmites de velocidad en carretera; y menos calefacci¨®n y aire acondicionado, entre otras medidas.
Hasta ahora, los resultados son bastante discretos: con el embargo al crudo ruso a punto y el veto al gas en agenda, hacer m¨¢s es un imperativo. M¨¢s a¨²n cuando quedan solo unos pocas semanas y la llegada del calor dispara el consumo por el mayor uso de los aires acondicionados.
El incentivo ciudadano para reducir el consumo de energ¨ªa es triple: unos precios por las nubes que ya est¨¢n empezando a destruir demanda; la voluntad de no financiar la guerra de Vlad¨ªmir Putin (en los dos primeros meses de invasi¨®n, Rusia recibi¨® 63.000 millones de euros a cambio de su petr¨®leo, gas y carb¨®n); y reducir su huella ambiental, en un momento en el que la lucha contra el cambio clim¨¢tico parece haber pasado a un discreto segundo plano en el discurso p¨²blico.
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