C¨®mo la guerra de Putin est¨¢ precipitando una revoluci¨®n energ¨¦tica global
La desconexi¨®n de la UE de los combustibles f¨®siles rusos es la punta de lanza de un cambio m¨¢s amplio que afecta a relaciones internacionales, cadenas de suministro, inflaci¨®n y h¨¢bitos de vida
La guerra iniciada por Vlad¨ªmir Putin en Ucrania est¨¢ precipitando una revoluci¨®n energ¨¦tica con consecuencias a escala global, que afectan tanto a las relaciones internacionales como a los mercados y a la vida cotidiana de miles de millones de personas. Su impacto es enorme. Rusia es el principal exportador de combustibles f¨®siles, y la invasi¨®n ha convertido a su energ¨ªa en anatema en Occidente. Este giro abrupto act¨²a como un extraordinario acelerador de part¨ªculas en transformaciones que ya se ven¨ªan gestando. No solo en Europa, y no solo en el sector energ¨¦tico.
En primer plano, la UE busca a la desesperada c¨®mo superar su dependencia energ¨¦tica de Mosc¨², con m¨¢s urgencia todav¨ªa despu¨¦s de la decisi¨®n del Kremlin de esta semana de cortar los suministros de gas a Polonia y Bulgaria. Esto se traduce en negociaciones con otros exportadores, en un nuevo impulso a las renovables, en el fomento de h¨¢bitos que reduzcan el consumo energ¨¦tico, en un impulso a la intervenci¨®n p¨²blica en el sector y en nuevas pol¨ªticas de subsidios para aligerar las facturas.
M¨¢s all¨¢, China e India saborean la oportunidad de aprovisionarse a precios ventajosos de los hidrocarburos del Kremlin que Occidente ya no quiere; reg¨ªmenes autoritarios que son grandes productores de combustibles entrev¨¦n la posibilidad de resituarse en posici¨®n de mayor fortaleza ante las democracias occidentales; y aquellos que disponen de las materias primas necesarias para impulsar la transici¨®n a las energ¨ªas verdes vislumbran la lucrativa perspectiva de una carrera a¨²n m¨¢s desbocada para avanzar en esa senda.
Pero hay m¨¢s: la crisis desatada por Mosc¨² espolea un profundo giro geoecon¨®mico que afecta a otras cadenas de suministro. ¡°Tenemos que estrechar nuestros lazos con aquellos que se adhieren firmemente a un conjunto de normas y valores, trabajar juntos para asegurarnos de que podemos satisfacer nuestra demanda de materias primas esenciales¡±, resum¨ªa la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, en una reciente conferencia celebrada en el Atlantic Council en la que quedaban claros los contornos ¡ªpotencialmente enormes¡ª de la reordenaci¨®n global que viene. Putin ha llevado el friendshoring, un anglicismo tan dif¨ªcil de traducir como sencillo de comprender (comprar a los amigos, esquivar a los potenciales enemigos), a primera l¨ªnea de prioridades en tiempo r¨¦cord. La energ¨ªa es un terreno especialmente abonado para su aplicaci¨®n, aunque ni mucho menos el ¨²nico.
¡°Necesitamos modernizar la aproximaci¨®n multilateral que hemos utilizado para construir integraci¨®n comercial¡±, dijo Yellen. ¡°Nuestro objetivo deber¨ªa ser un comercio libre pero seguro. No podemos permitir que algunos pa¨ªses usen sus posiciones de mercado en productos, tecnolog¨ªas y materiales clave para disponer del poder de provocar disrupci¨®n en nuestras econom¨ªas y ejercer presi¨®n geopol¨ªtica indeseada. Sigamos construyendo y profundizando la integraci¨®n econ¨®mica (¡) con pa¨ªses con los que sabemos que podemos contar¡±.
Esta reconfiguraci¨®n de las cadenas de suministro impulsar¨¢ la inflaci¨®n. Si en las ¨²ltimas d¨¦cadas la deslocalizaci¨®n a lugares con bajos costes de producci¨®n ha permitido reducir precios en Occidente, ahora reubicar las cadenas en pa¨ªses amigos o resituar en territorio nacional segmentos de la producci¨®n aumentar¨¢ los costes, con los consiguientes retos en t¨¦rminos de poder adquisitivo y justicia social.
El proceso est¨¢ en marcha. El ritmo de contracci¨®n de las ventas rusas despu¨¦s de la invasi¨®n est¨¢ siendo menor de lo que muchos pensaron en un primer momento. En gran medida porque, como subraya un ejecutivo del sector bajo condici¨®n de anonimato, por mucho que las petroleras no participen en el mercado al contado, los contratos de largo plazo no se romper¨¢n hasta que no haya sanciones. Pero las cosas empiezan a moverse, y el Kremlin teme ya una contracci¨®n del 17% en su producci¨®n petrolera en 2022, su mayor partida exportadora junto con el gas.
¡°Lo que hace distinta a Rusia es que es grande en todo: no solo es un gran exportador de petr¨®leo y gas, sino tambi¨¦n de carb¨®n y carburantes¡±, apunta Luisa Palacios, profesora de la Universidad de Columbia (Nueva York). ¡°Hay una posibilidad importante de que el impacto de esta crisis sea m¨¢s duradero de lo que pens¨¢bamos en un principio. El gran peligro para Mosc¨² son los tres o seis pr¨®ximos meses: si los pa¨ªses importadores de su gas y petr¨®leo consiguen proveedores alternativos y contratos a largo plazo, dif¨ªcilmente volver¨¢n¡±.
En el futuro, muy probablemente, el mundo mirar¨¢ a los dos meses transcurridos desde la invasi¨®n rusa de Ucrania como el gran catalizador de una revoluci¨®n de las relaciones geoecon¨®micas que tuvo como epicentro al mundo energ¨¦tico y a las materias primas. ¡°Estamos ante una disyuntiva entre valores y econom¨ªa en la que, esperemos, acaben imponi¨¦ndose los primeros y, con ellos, la civilizaci¨®n¡±, enfatiza por tel¨¦fono Mauricio C¨¢rdenas, exministro de Energ¨ªa de Colombia.
Lo que sigue es una radiograf¨ªa de la posici¨®n de algunos pa¨ªses, bloques o regiones fundamentales en el gran juego de la energ¨ªa que ha detonado la agresi¨®n rusa en Ucrania:
Europa: seguridad de suministro a cualquier precio
El Viejo Continente es el epicentro de la sacudida. El desarrollo del pulso entre la UE y el Kremlin determinar¨¢ en buena medida la rapidez e intensidad de las repercusiones globales. Rusia es el principal suministrador de energ¨ªa de la UE ¡ªel 40% del gas y la cuarta parte del petr¨®leo¡ª, una dependencia que se dispara en varios pa¨ªses del centro, el este y el norte, lo que convierte cualquier maniobra para renunciar abruptamente a la energ¨ªa rusa en un gesto con importantes consecuencias econ¨®micas.
Origen del crudo consumido en la UE
Millones de toneladas.
Rusia
138,2
Otras
ex rep¨²blicas
sovi¨¦ticas
66
Oeste de ?frica
65,4
Europa
475,7
EE UU 57,9
Irak 44,9
Arabia Saud¨ª 41,9
Norte
de ?frica 31,8
La mayor parte del petr¨®leo y el gas que importa Europa proviene de Rusia o pa¨ªses bajo su influencia.
Otros 29,6
Origen del gas consumido en la UE
Miles de millones de metros c¨²bicos.
Rusia
197,7
Europa
447,1
Noruega
106,9
Otros Europa
100,7
Holanda 28,1
*Importaci¨®n de gas por gasoducto. Europa importa un 79,6% por tubo y un 20,4% es gas licuado por barco.
Argelia 21
Azerbaij¨¢n 13,4
Ir¨¢n 5,1
Libia 4,2
Origen del crudo
consumido en la UE
Origen del gas
consumido en la UE
Millones de toneladas.
Miles de millones de metros c¨²bicos.
La mayor parte del petr¨®leo y el gas que importa Europa proviene de Rusia o pa¨ªses bajo su influencia.
Rusia
138,2
Rusia
197,7
Otras
ex rep¨²blicas
sovi¨¦ticas
66
Oeste
de ?frica
65,4
Europa
475,7
Europa
447,1
Noruega
106,9
EE UU 57,9
Irak 44,9
Otros Europa
100,7
Arabia
Saud¨ª 41,9
Norte
de ?frica 31,8
Holanda 28,1
Argelia 21
Azerbaij¨¢n
13,4
*Importaci¨®n de gas por gasoducto. Europa importa un 79,6% por tubo y un 20,4% es gas licuado por barco.
Otros 29,6
Ir¨¢n 5,1
Libia 4,2
Origen del crudo consumido en la UE
Origen del gas consumido en la UE
Millones de toneladas.
Miles de millones de metros c¨²bicos.
Rusia
138,2
La mayor parte del petr¨®leo y el gas que importa Europa proviene de Rusia o pa¨ªses bajo su influencia.
Rusia
197,7
Otras ex rep¨²blicas
sovi¨¦ticas
66
Oeste de ?frica
65,4
Europa
475,7
Europa
447,1
Noruega
106,9
EE UU 57,9
Irak 44,9
Otros Europa
100,7
Arabia Saud¨ª 41,9
Norte de ?frica 31,8
Holanda 28,1
Argelia 21
Otros 29,6
*Importaci¨®n de gas por gasoducto. Europa importa un 79,6% por tubo y un 20,4% es gas licuado por barco.
Azerbaij¨¢n 13,4
Ir¨¢n 5,1
Libia 4,2
Encontrar sustituciones inmediatas para dejar de financiar al pa¨ªs agresor y compensar un corte total es imposible. La cruda realidad es que varios pa¨ªses cultivaron miopemente una relaci¨®n t¨®xica con Rusia. Ah¨ª est¨¢ el caso alem¨¢n, que no solo sigui¨® reforzando los nexos durante d¨¦cadas, sino que descuid¨® preparar alternativas hasta el punto de que no tiene ni siquiera una planta regasificadora (Espa?a dispone de seis). Pero son muchas otras las naciones con alta dependencia, como Italia.
En esta tesitura, mientras otros pa¨ªses de Occidente han dado pasos decididos de alejamiento de la energ¨ªa rusa gracias a una mezcla de reducida exposici¨®n y capacidad de producci¨®n interna, la UE afronta graves dificultades para avanzar. Los Veintisiete han adoptado un embargo sobre las importaciones de carb¨®n ruso que entrar¨¢ en vigor en agosto y ahora debaten con tensi¨®n c¨®mo proceder en las ¨¢reas del petr¨®leo y el gas, mucho m¨¢s rentables para Rusia. Salvo sorpresa, el embargo progresivo al crudo ruso llegar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas.
En los dos meses transcurridos desde el inicio de la guerra, Rusia lleva ingresados 63.000 millones de euros en exportaciones de petr¨®leo, gas y carb¨®n, seg¨²n las cifras del think tank ambientalista CREA. En gran medida, con pa¨ªses de la UE como destinatarios.
La sustituci¨®n del crudo ruso es m¨¢s f¨¢cil porque es un mercado m¨¢s global, porque la log¨ªstica de transporte/recepci¨®n/tratamiento es menos compleja y porque hay productores con capacidad inutilizada. El gas, en cambio, es un caso m¨¢s complejo: los gasoductos son esenciales y no se improvisan, y el transporte por barco sufre cuellos de botella, tanto por la capacidad limitada de las terminales de regasificaci¨®n como por la debilidad de las interconexiones para distribuir el combustible entre algunos Estados miembros. Problemas, todos ellos, que no se podr¨¢n superar en el corto plazo.
¡°Hasta ahora, la respuesta de la UE a esta situaci¨®n ha sido fragmentada, descoyuntada¡±, observa Simone Tagliapietra, experto en la materia del centro de estudios Bruegel. ¡°Hemos visto a Italia ir a buscar nuevos suministros en Argelia y otros pa¨ªses africanos; a Alemania negociar fletes de gas natural licuado (GNL) con Qatar¡ Varios pa¨ªses, cada uno por su lado, buscando unidades de regasificaci¨®n, y Espa?a y Portugal reclamando un tratamiento preferencial [en el mercado el¨¦ctrico]. Mayo deber¨ªa ser el mes de un cierre de filas¡±.
Tagliapietra esboza dos grandes l¨ªneas de acci¨®n: compras comunes ¡ªno en el sentido de contrataci¨®n por parte de Bruselas, pero s¨ª de un respaldo de diplomacia activa a negociaciones de conjunto ante los productores¡ª y una estrategia de almacenamiento de reservas coordinada. Por otra parte, sostiene, tambi¨¦n ser¨¢ necesario impulsar una reducci¨®n del consumo: ¡°Las elecciones francesas han pasado. Es el momento de aceptar que hay que reconducir la demanda. Bajar los precios con subsidios horizontales no es una opci¨®n. Hay que dejar que los precios estimulen una reducci¨®n de la demanda y concentrarse en apoyar a los sectores sociales que realmente lo necesitan¡±. Un punto, este ¨²ltimo, en el que tambi¨¦n incide el FMI: las ayudas, dice, deben centrarse en los m¨¢s vulnerables.
A medio y largo plazo, la soluci¨®n central pasa por un impulso poderoso a las renovables. La Comisi¨®n pretende dar alas a todo el abanico, con la e¨®lica y la solar al frente. El aceler¨®n tambi¨¦n afectar¨¢ al hidr¨®geno. Hay debate con respecto a la nuclear, que en su proposici¨®n de taxonom¨ªa la Comisi¨®n considera como una inversi¨®n verde. Alemania tiene previsto desconectar este a?o sus tres ¨²ltimas centrales. El debate es acalorado, pero, cuestiones ideol¨®gicas al margen, la complejidad t¨¦cnica de prolongar la vida de estas instalaciones ¡ªy mucho m¨¢s, construir nuevas¡ª reduce el margen de acci¨®n.
En definitiva, en el corto plazo no parece viable un incremento que compense completamente la p¨¦rdida de un bloqueo total, y por ello la UE contempla escenarios de desconexi¨®n de Rusia escalonados. Paolo Gentiloni, comisario europeo de Econom¨ªa, ha declarado que la Comisi¨®n pondera un objetivo de reducci¨®n del conjunto de las importaciones de gas y petr¨®leo de Rusia de dos tercios para finales de a?o para llegar a cero en 2027.
Se debaten distintos tipos de soluciones, que incluyen la aplicaci¨®n de tarifas o topes de precios. En el caso del crudo, se considera que las tarifas podr¨ªan inducir a Rusia a bajar sus precios, limitando as¨ª sus ganancias sin causar una disrupci¨®n total en Europa. Rusia puede redirigir parte de las exportaciones a otros pa¨ªses, pero reorientar su totalidad es un desaf¨ªo log¨ªstico descomunal. En el caso del gas, la UE tiene menos alternativas, pero Mosc¨² no puede redirigir a terceros pa¨ªses lo que viaja hacia Occidente por gasoducto.
Mientras se estudian estas opciones, se buscan productores alternativos. ¡°Hay pocos lugares donde se pueda sacar gas natural m¨¢s r¨¢pido que en EE UU¡±, dice Luisa Palacios, de la Universidad de Columbia. ¡°Aun as¨ª, a corto plazo no puede suplir todo lo que env¨ªa Rusia por gasoducto. Las matem¨¢ticas, simplemente, no dan: tener lista toda la infraestructura de importaci¨®n, especialmente en el caso alem¨¢n, llevar¨¢ de uno a dos a?os¡±. ?Y despu¨¦s? ¡°A medio plazo s¨ª, pero tendr¨¢n que intervenir dos factores m¨¢s: una menor demanda y, sobre todo, una aceleraci¨®n de la transici¨®n energ¨¦tica¡±, a?ade. Tagliapietra subraya tambi¨¦n la importancia de fijar contratos de largo plazo que incentiven inversiones por parte de productores.
En cualquier caso, EE UU por s¨ª solo no ser¨¢ suficiente. Y esto expondr¨¢ a la UE a la dif¨ªcil reformulaci¨®n de relaciones con reg¨ªmenes dictatoriales desde la posici¨®n de notoriamente necesitado cliente.
Importaciones de la Uni¨®n Europea
de gas ruso
4 millones de metros c¨²bicos
A?o 2021
3
A?o 2022
2
1,6
1
10
20
30
40
50
Semanas
Fuente: Bruegel.
Importaciones de la Uni¨®n Europea de gas ruso
4 millones de metros c¨²bicos
A?o 2021
3
A?o 2022
2
1,6
1
10
20
30
40
50
Semanas
Fuente: Bruegel.
EE UU: la sacudida agiganta su condici¨®n de potencia energ¨¦tica
Toda crisis tiene, por definici¨®n, perdedores y ganadores. Y Estados Unidos, aunque varios corchetes mediante, re¨²ne varios elementos que invitan a pensar que quedar¨¢ englobado en el segundo grupo. Como en Europa y en el resto del mundo, la inflaci¨®n sube con fuerza por el encarecimiento energ¨¦tico ¡ªaunque en su caso influye mucho en el aumento de precios un calentamiento generalizado de la demanda por las tit¨¢nicas pol¨ªticas de est¨ªmulo p¨²blicas¡ª. Pero, a diferencia de sus socios atl¨¢nticos, Washington cuenta con un potente as bajo la manga: unas vast¨ªsimas reservas de crudo y gas f¨¢cilmente explotables con una tecnolog¨ªa ¡ªla fracturaci¨®n hidr¨¢ulica, o fracking¡ª tan criticable en lo ambiental como madura en lo industrial. Consciente de ello, la Administraci¨®n de Joe Biden ha dado un giro dr¨¢stico respecto a sus promesas de campa?a, al anunciar nuevas licencias de extracci¨®n en terrenos p¨²blicos.
Tras casi un lustro de liderazgo mundial en la producci¨®n de crudo ¡ªuno de cada cinco barriles que se consumen a lo largo y ancho del globo salen de su subsuelo; bombea casi tanto como la suma de sus dos inmediatos perseguidores (Arabia Saud¨ª y Rusia)¡ª, el cambio de guion provocado por Mosc¨² ha convertido a EE UU, tambi¨¦n, en l¨ªder global de exportaciones de GNL por delante de Qatar y Australia. Estos d¨ªas, el Atl¨¢ntico es un oc¨¦ano copado por metaneros rumbo a Europa.
Exportaciones de gas y petr¨®leo
En 2020. Gas (licuado y por gasoducto) y petr¨®leo
(crudo y derivados del petr¨®leo).
GAS
19,2%
10,8
10,3
59,7
Rusia
EE UU
Qatar
Resto del mundo
PETR?LEO
12,4%
12,3
11,4
63,9
Rusia
Arabia
Saud¨ª
EE UU
Resto del mundo
Exportaciones de gas y petr¨®leo
En 2020. Gas (licuado y por gasoducto) y petr¨®leo (crudo y derivados del petr¨®leo).
19,2%
10,8%
10,3%
59,7%
GAS
Rusia
EE UU
Qatar
Resto del mundo
12,4%
12,3%
11,4%
63,9%
PETR?LEO
Rusia
Arabia
Saud¨ª
EE UU
Resto del mundo
M¨¢s all¨¢ de ser un potente chorro de dinero para un sector que llevaba a?os alica¨ªdo en el gigante norteamericano, el gas de esquisto y el petr¨®leo fracking son, tambi¨¦n, una carta fuerte en sus relaciones exteriores. ¡°Es cierto que el r¨¦dito econ¨®mico es importante. Pero, sobre todo, esta crisis pone de relevancia su hegemon¨ªa como potencia energ¨¦tica: le fortalece mucho ese papel¡±, aquilata C¨¢rdenas. Esta vast¨ªsima capacidad de extracci¨®n de gas y crudo ha permitido a Washington, adem¨¢s, tomar la delantera al resto de aliados con un veto a los combustibles rusos. Es, junto con el Reino Unido, Australia y Canad¨¢, el ¨²nico que se lo ha podido permitir.
Asia: la gran baza rusa para dar salida a su producci¨®n
El colapso de las relaciones con Occidente obliga a Rusia a mirar a China e India, dos econom¨ªas sedientas de energ¨ªa. En el primer caso, el Kremlin anhela consolidar una alianza de amplio espectro. Una visita de Putin a la capital china en febrero, poco antes de la invasi¨®n, estrech¨® a¨²n m¨¢s los lazos y alumbr¨® un contrato que ampliar¨¢ el suministro de gas. En el segundo, Mosc¨² espera aprovechar sus viejos v¨ªnculos por los que, entre otras cosas, gran parte del armamento indio es de producci¨®n sovi¨¦tica/rusa, y extenderlos al campo energ¨¦tico. Tanto Pek¨ªn como Nueva Delhi se abstuvieron en la votaci¨®n de la resoluci¨®n de la ONU contra la invasi¨®n rusa.
En India, el cambio es tangible. La repentina sequ¨ªa de compradores en el mercado al contado est¨¢ obligando a Rusia a aplicar una severa rebaja, cercana al 30%, en el precio del petr¨®leo que vende. Y ese pa¨ªs ¡ªque pronto se convertir¨¢ en el m¨¢s poblado del planeta¡ª la est¨¢ aprovechando, redoblando las compras.
Mucho m¨¢s timorata est¨¢ siendo China, segundo m¨¢ximo importador de crudo ruso del mundo (1,6 millones de barriles al d¨ªa tras la UE (2,4 millones), seg¨²n las cifras de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa. Varios factores pueden estar jugando en esa prudencia. Por un lado, su econom¨ªa ha perdido fuelle por los inquietantes rebrotes del coronavirus. Por otro, aunque el descuento ofrecido por Mosc¨² es tentador, Xi Jinping tambi¨¦n pondera los riesgos de importar m¨¢s. Occidente, una conexi¨®n fundamental para su econom¨ªa, puede acabar imponiendo sanciones secundarias a quienes compren de Rusia.
¡°Hay una clara recomposici¨®n del mercado, s¨ª, pero es un proceso lento. A medida que deje de venderle a Europa, a Rusia le empezar¨¢ a sobrar gas y, sobre todo, petr¨®leo. Y tendr¨¢ que buscar nuevos mercados, sobre todo en Asia, con descuentos a¨²n mayores¡±, apunta C¨¢rdenas. ¡°Pero quienes compren tendr¨¢n que tener precauci¨®n: dudo que puedan aprovecharse de ese crudo ruso m¨¢s econ¨®mico indefinidamente, sin que la UE y EE UU les sancionen¡±. En esas est¨¢ Pek¨ªn.
¡°El redireccionamiento de los flujos ya es evidente en el caso del crudo, por la bajada de precios aplicada por Rusia¡±, constata Bassam Fattouh, director del Instituto de Estudios Energ¨¦ticos de la Universidad de Oxford (Reino Unido). ¡°Pero, m¨¢s all¨¢ de las sanciones, hay m¨²ltiples factores que pueden frenar el proceso: desde la renuencia de muchos bancos y refiner¨ªas, incluso fuera de la UE, a cualquier transacci¨®n vinculada con Rusia hasta el alto coste del transporte por las mayores distancias a recorrer por los buques¡±.
Los t¨¦cnicos de CREA, que constatan un ¡°fuerte incremento¡± en el n¨²mero de petroleros que zarpan de puertos rusos sin destino definido, con la esperanza de encontrar comprador sobre la marcha, a?aden un elemento m¨¢s a la ecuaci¨®n de Fattouh: los tipos de crudo ¡ªy de carb¨®n¡ª que Rusia t¨ªpicamente exporta a Europa no coinciden con los m¨¢s demandados en otras geograf¨ªas. ¡°Hay pocas refiner¨ªas y centrales t¨¦rmicas dise?adas para usarlos¡±, sentencian.
En el caso del gas, aunque el coloso asi¨¢tico ya compra vol¨²menes respetables de Rusia, tanto por barco como por tubo, los lazos son peque?os en relaci¨®n con lo que se espera para un futuro pr¨®ximo: en 2025, con las nuevas conexiones planeadas, las previsiones apuntan a que el combustible canalizado por gasoducto triplicar¨¢ los niveles de 2019. Por aquel entonces, China s¨ª se convertir¨ªa en alternativa real a Europa a ojos del Kremlin: podr¨ªa comprar tanto gas como el que hoy adquiere Alemania. Y, atenci¨®n, casi la mitad de lo que importa la UE.
En perspectiva, el grado de conexi¨®n con China es un elemento decisivo para el futuro de Rusia, y una de las claves centrales del escenario geopol¨ªtico del siglo XXI. Gas y petr¨®leo son parte importante de un cuadro mucho m¨¢s amplio que definir¨¢ los equilibrios mundiales.
Oriente Pr¨®ximo y ?frica: la OPEP planta cara a Occidente
En el oto?o de 1973, la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP) puso contra las cuerdas a EE UU con un embargo que desat¨® la primera crisis petrolera de la historia. Casi cinco d¨¦cadas despu¨¦s, y aunque en un grado incomparablemente menor, su acci¨®n ¡ªo, mejor dicho, su omisi¨®n¡ª vuelve a poner en una situaci¨®n comprometida a Occidente. Lejos de aunar fuerzas para tratar de atajar la crisis de precios, el cartel ha hecho caso omiso a las repetidas plegarias occidentales ¡ªy no solo: tambi¨¦n Jap¨®n e India se han sumado a la moci¨®n¡ª para que bombee m¨¢s y relaje la tensi¨®n de precios.
El grupo, liderado de facto por Riad, ha rechazado todas las peticiones de cambio de su hoja de ruta, que pasa por aumentar gradualmente ¡ªmuy gradualmente¡ª la oferta. Y ha sofocado con mano de hierro cualquier atisbo de revuelta interna: el reciente amago de desmarque de Emiratos ?rabes Unidos ¡ªel pa¨ªs que, junto con Arabia Saud¨ª e Irak, cuenta con m¨¢s capacidad ociosa¡ª ha quedado en nada. Los exportadores, en fin, se mueven como pez en el agua en un entorno de precios altos como el actual y no necesitan exportar m¨¢s para preservar su lucro.
¡°No hay ning¨²n indicio de que la OPEP vaya a cambiar de rumbo respecto a su acuerdo de incrementar gradualmente su oferta. M¨¢s a¨²n, ante el actual horizonte incierto: brotes de covid en China, un crecimiento econ¨®mico m¨¢s lento¡¡±, dibuja Fattouh, de Oxford.
Estas circunstancias reflejan en modo especial el enfriamiento de las relaciones de Arabia Saud¨ª con EE UU. La actual Administraci¨®n dem¨®crata ha sido dura en materia de derechos humanos y, adem¨¢s, persigue la reactivaci¨®n del acuerdo nuclear con Ir¨¢n, su gran adversario regional. El dif¨ªcil encaje entre necesidad energ¨¦tica y pol¨ªtica exterior vinculada a valores es un formidable reto. Tambi¨¦n para Europa.
El futuro de ese acuerdo nuclear con Ir¨¢n es, precisamente, otra inc¨®gnita clave en el rompecabezas energ¨¦tico regional. El frenazo en las negociaciones, aparcadas desde principios de a?o, ha sido un jarro de agua fr¨ªa para un pa¨ªs clave en el intento europeo de suplir el crudo que hoy compra en Rusia.
Otro factor esencial ser¨¢ el desempe?o de Argelia, suministrador de gas muy importante para Espa?a, que exhibe ahora su disgusto por el acercamiento de Madrid a Rabat en la cuesti¨®n del S¨¢hara Occidental a trav¨¦s de represalias energ¨¦ticas. Italia, otro gran cliente del pa¨ªs norteafricano, est¨¢ a su vez intentando aumentar sus compras.
Y, como tendencia de fondo, de nuevo China. Con un papel creciente en la regi¨®n, Pek¨ªn es un gran consumidor de energ¨ªa que no plantea ni exigencias ni cr¨ªticas en materia de derechos. El socio perfecto en esas latitudes.
Latinoam¨¦rica: entre la oportunidad y el da?o colateral
Precios altos y un gran volumen de oferta por llenar, el que dejar¨¢ Rusia en el mercado. La regi¨®n con las mayores reservas probadas de petr¨®leo del planeta ¡ªa mucha distancia de la segunda, Oriente Pr¨®ximo¡ª se ha dado de bruces con una oportunidad econ¨®mica que nadie ten¨ªa en sus coordenadas. Una ocasi¨®n que, m¨¢s all¨¢ de lo f¨®sil, se extiende a un ramillete de minerales y metales clave para la eclosi¨®n de la e¨®lica y fotovoltaica, como el cobre (atenci¨®n a Chile y Per¨²), el litio (Bolivia, Per¨², Argentina) o el zinc (M¨¦xico, Bolivia y, de nuevo, Per¨²).
En el caso del crudo, pa¨ªses como Brasil, Argentina, Colombia, Ecuador, M¨¦xico e incluso Venezuela ¡ªuna potencia productora venida a menos, con una infraestructura petrolera anquilosada tras a?os de lacerante d¨¦ficit inversor pero a la que la comunidad internacional mira ahora con otros ojos: solo hay que recordar la ins¨®lita reuni¨®n del Gobierno de Maduro con una delegaci¨®n de Biden¡ª, ven ahora una veta de negocio. Refrendada, adem¨¢s, por los altos precios: el brent navega por encima de los 100 d¨®lares por barril y, aunque en 2023 deber¨ªa dejar atr¨¢s esa cota ¡ªa tenor de las ¨²ltimas proyecciones del Banco Mundial¡ª, pasar¨¢n a?os hasta que regrese a los niveles de 2019 y 2020.
No es, sin embargo, oro todo lo que reluce. El margen de maniobra para aumentar la producci¨®n a muy corto plazo es peque?o: mucho menor, por ejemplo, al de EE UU, donde los bombeos saltan como un resorte ante cualquier subida en la cotizaci¨®n. Y est¨¢, adem¨¢s, el problema del gas, del que la regi¨®n es importadora neta.
¡°Am¨¦rica Latina vende mucho petr¨®leo, pero compra mucho gas. Y va a tener que pagar mucho m¨¢s por esas importaciones¡±, avisa Palacios, de Columbia. Una afirmaci¨®n que refrenda con datos: antes de que Rusia pusiese el mundo energ¨¦tico patas arriba, casi la mitad de las exportaciones estadounidenses de GNL iban dirigidas a la regi¨®n. Ahora, en cambio, le ha salido un competidor de envergadura: Europa. ¡°Ser¨¢ un da?o colateral importante, a tener en cuenta. Los pa¨ªses latinoamericanos entraron fuerte al petr¨®leo, pero no al gas. Todo, a pesar de tener grandes reservas. Fue un error del pasado del que nos estamos dando cuenta ahora¡±.
Combustibles f¨®siles; energ¨ªas renovables; polarizaci¨®n geopol¨ªtica y redise?o de cadenas de suministro menos globalizadas; inflaci¨®n; justicia social. La agresi¨®n de Putin a Ucrania es un brutal acelerador del viaje hacia el nuevo mundo.
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