El Gobierno de Boris Johnson se enfrenta a la mayor huelga del transporte p¨²blico desde 1989
La principal confederaci¨®n sindical del Reino Unido, TUC, advierte de una cascada de paros en otros sectores. El Reino Unido se dirige hacia el ¡°verano del descontento¡±, con m¨²ltiples protestas laborales por el estancamiento de los salarios
Cada vez que el Reino Unido se dirige a una crisis econ¨®mica, pol¨ªtica, social o existencial, acude a la f¨®rmula del Ricardo III de Shakespeare, aunque la estaci¨®n del a?o var¨ªe. El ¡°invierno del descontento¡± (winter of our discontent) con que se bautizaron las huelgas salvajes que llevaron al triunfo de Margaret Thatcher a finales de los setenta, fue el a?o pasado el ¡°oto?o del descontento¡±, cuando Boris Johnson se qued¨® sin camiones para reabastecer las gasolineras a la salida de la pandemia. Y lo que viene a continuaci¨®n se llama el ¡°verano del descontento¡±. La huelga del personal de mantenimiento y se?alizaci¨®n de los ferrocarriles p¨²blicos ¨Dcerca de 40.000 trabajadores por todo el pa¨ªs¨D est¨¢ convocada para este martes, el jueves y el s¨¢bado.
La realidad es que, con unos servicios m¨ªnimos muy reducidos y unos horarios absolutamente comprimidos, el caos se prolongar¨¢ durante toda la semana, y tanto el Gobierno como los sindicatos ya han aconsejado a los millones de personas que dependen del tren para llegar a su trabajo que busquen una alternativa de transporte o trabajen desde casa. La huelga afecta a Network Rail, la empresa p¨²blica que gestiona gran parte de las estaciones, as¨ª como la red ferroviaria, junto a otros 13 operadores privados. Entre todos ellos abarcan pr¨¢cticamente todas las conexiones de la isla. Ser¨¢ la mayor huelga del sector desde los paros de 1989, que afectaron a todo el pa¨ªs y respondieron tambi¨¦n a una fuerte disputa salarial.
¡°Las compa?¨ªas ferroviarias han propuesto subidas salariales muy por debajo de la actual tasa de inflaci¨®n, a lo que hay que a?adir que los sueldos llevan varios a?os congelados¡±, ha dicho este lunes el secretario general de los Trabajadores del Ferrocarril, Mar¨ªtimos y de Transporte (RMT, en sus siglas en ingl¨¦s), Mick Lynch, al frente de las negociaciones hasta ahora fallidas. ¡°Por mandato expreso del Gobierno, las compa?¨ªas tienen adem¨¢s intenci¨®n de llevar a cabo el recorte de miles de puestos de trabajo y han sido incapaces de asegurar que no llevar¨¢n a cabo despidos forzosos¡±, ha dicho Lynch.
En principio, durante los tres d¨ªas en los que se ha convocado la huelga funcionar¨¢n unos 4.500 de los 20.000 servicios que est¨¢n disponibles a diario, pero el recorte en los horarios (de 07:30 a 18:30), que paralizar¨¢ con mucha antelaci¨®n tareas de preparaci¨®n indispensables, garantiza que el caos se extienda durante toda la semana. Los trabajadores de mantenimiento del metro de Londres, que dependen de la empresa municipal Transport For London (TfL, en sus siglas en ingl¨¦s), tambi¨¦n han aprobado una convocatoria de huelga para este martes, que contribuir¨¢ a complicar muchos m¨¢s las cosas en la metr¨®poli.
Inflaci¨®n
Las previsiones econ¨®micas auguran que el Reino Unido puede acabar el a?o con una inflaci¨®n cercana al 11%. En la actualidad ya est¨¢ en torno al 9%. El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, fue el primero en lanzar la advertencia, el pasado febrero, del riesgo que supon¨ªa, a su juicio, responder a las reclamaciones de los trabajadores p¨²blicos. ¡°Confiamos en ver cierta capacidad de restricci¨®n en el proceso de negociaci¨®n salarial, o todo esto se escapar¨¢ de nuestro control¡±, dijo entonces Bailey.
La oferta de subida salarial de las compa?¨ªas ferroviarias es del entorno del 3%. El sindicato que lidera la negociaci¨®n reclama una subida del 7%. El Gobierno de Johnson, sin embargo, que vendi¨® la consecuencia del Brexit de suprimir la libertad de movimiento de personas que supon¨ªa pertenecer a la UE como una victoria para los trabajadores brit¨¢nicos, llevaba meses prometiendo una nueva econom¨ªa ¡°de salarios m¨¢s altos y mayores habilidades¡±.
Ante la amenaza de una huelga masiva, el Gobierno de Johnson ha recurrido al lenguaje agresivo. El ministro de Transportes, Grant Shapps, advert¨ªa a los sindicatos el pasado jueves, cuando la huelga comenzaba a percibirse como inevitable, que corr¨ªan el riesgo ¡°de perder sus puestos de trabajo¡±. ¡°Estas huelgas no son solo un intento de descarrilar las reformas necesarias para asegurar el futuro de la red ferroviaria, sino que est¨¢n dise?adas para provocar da?o en el peor de los momentos, y el sindicato se ha infligido con ellas un golpe tremendo a s¨ª mismo¡±, dec¨ªa Shapps.
Tanto los l¨ªderes sindicales, que ven detr¨¢s del fracaso en las negociaciones ¡°la mano muerta¡± del Gobierno, como la oposici¨®n laborista, acusan al Ejecutivo de Johnson de estar provocando, desde su pasividad, una conflictividad que le conviene pol¨ªticamente. ¡°Quieren llevar al pa¨ªs a un bloqueo total para alimentar la divisi¨®n. En vez de volcarse, durante la semana pasada, en influir en las negociaciones, se han negado a hablar con los sindicatos o con las empresas¡±, acusaba Starmer este domingo.
A la ¡°acci¨®n industrial¡± (el eufemismo con que medios y pol¨ªticos se refieren a la huelga) se van a sumar trabajadores de otros sectores, como los profesores, el personal de la sanidad p¨²blica o incluso los abogados penalistas del turno de oficio. Todos protestan por unos salarios bajos ya desde hace a?os, que la inflaci¨®n galopante amenaza con pulverizar. ¡°En estos momentos son los propios trabajadores los que se est¨¢n organizando entre ellos mismos¡±, ha dicho este lunes Frances O?Grady, la vicesecretaria general del Congreso de Sindicatos (TUC, en sus siglas en ingl¨¦s), la principal confederaci¨®n del Reino Unido. ¡°Y no lo hacen respondiendo a una estrategia deliberada, sino porque millones de ellos hacen frente a salarios bajos, inseguridad y recortes. Por eso no tienen otra opci¨®n que votar a favor de la huelga¡±, ha a?adido.
Ironizaba el dramaturgo Michael Frayn, hace ya a?os, que ¡°los brit¨¢nicos son capaces de defender hasta la muerte el derecho de un trabajador a pelear por su puesto de trabajo, pero no toleran una huelga¡±.
Los sindicatos y la oposici¨®n laborista no pueden evitar la sospecha de que Johnson, en horas realmente bajas entre los miembros de su partido y entre sus votantes, no tendr¨ªa reparos en imitar a la legendaria Thatcher y desplegar un discurso y medidas de mano dura contra las huelgas, cuando el grado de hast¨ªo fuera el suficiente para recuperar el apoyo popular.
Caos en el aeropuerto de Heathrow
El caos vivido en los aeropuertos británicos durante las vacaciones de half term (la semana bimestral de descanso que tienen los colegios) de primeros de junio no ha desaparecido. Centenares de vuelos fueron cancelados entonces, y miles de pasajeros se quedaron en tierra, debido a la falta de personal de las compañías del Reino Unido. Los miles de recortes de personal de vuelo y de aeropuerto durante la pandemia no se han repuesto. Este fin de semana, montañas de maletas bloqueadas en el aeropuerto londinense de Heathrow dejaban en evidencia las carencias laborales del sector. Las autoridades portuarias han pedido este lunes a las líneas aéreas que cancelen gran parte de sus vuelos programados, para poder ganar tiempo y poner un poco de orden en una situación caótica.
La compañía de low cost Easyjet ha anunciado también este lunes sus planes de suprimir cerca de 11.000 de los vuelos programados para este verano. La falta de personal le ha llevado a diseñar operaciones con una capacidad del 90%, comparadas con las de hace tres años por estas fechas. Ofrecerán rutas y fechas alternativas a los clientes que ya habían realizado sus reservas.
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