Pa¨ªses Bajos endurece el tono ante la reforma de las reglas fiscales
Holanda remite una carta a la Comisi¨®n con peticiones que no se inclu¨ªan en el documento firmado en abril con Espa?a
Pa¨ªses Bajos ha movido ficha ante la inminente propuesta de la Comisi¨®n Europea para revisar las reglas fiscales para el gasto p¨²blico. La ministra de Finanzas, Sigrid Kaag, ha enviado una carta al vicepresidente del Ejecutivo comunitario y responsable de toda el ¨¢rea econ¨®mica, Valdis Dombrovskis, en la que exige normas claras con ¡°n¨²meros consistentes¡±, consecuencias cuando no se cumplen estas normas y dar m¨¢s papel en la vigilancia de las reglas al consejo fiscal de la UE. El texto es mucho m¨¢s detallado que el que firm¨® Kraag con su hom¨®loga espa?ola Nadia Calvi?o en abril y con un tono m¨¢s duro que este. Adem¨¢s, sit¨²a a Holanda claramente en el pelot¨®n de los llamados pa¨ªses frugales, donde tambi¨¦n est¨¢ Alemania, partidarios de cumplir las normas a rajatabla y de no asumir muchos riesgos mancomunados entre los estados de la zona euro.
El pr¨®ximo 9 de noviembre la Comisi¨®n Europea tiene previsto presentar su propuesta. No parece que los dos n¨²meros sacrosantos del pacto de Estabilidad y Crecimiento vayan a cambiar: un m¨¢ximo del 3% de d¨¦ficit en los presupuestos anuales y un l¨ªmite de deuda p¨²blica del 60%. Pero s¨ª que habr¨ªa un cambio sustancial en c¨®mo se reduce ese pasivo cuando un Estado miembro lo supere ampliamente (ahora Grecia, Italia, Portugal, Espa?a, B¨¦lgica, Francia...). El comisario de Econom¨ªa y Finanzas, Paolo Gentiloni, ya ha ido dejando caer, a grandes rasgos, por d¨®nde va su propuesta: una senda de reducci¨®n de deuda individualizada para cada pa¨ªs que debe pactarse con la Comisi¨®n y m¨¢s margen para Bruselas en el control de lo acordado.
Sobre la primera parte de lo que planea el Ejecutivo europeo, esa pol¨ªtica adaptada a cada pa¨ªs, parece haber un consenso amplio. Pa¨ªses Bajos y Espa?a lo pusieron sobre la mesa en su documento de hace medio a?o. La coalici¨®n de Gobierno alemana tambi¨¦n lo defiende en el pacto que alcanzaron los tres partidos en agosto. La regla actual (aunque est¨¦ suspendida desde la pandemia) prev¨¦ que la rebaja de la deuda hasta el 60% plantea una v¨ªa est¨¢ndar para todos que en el caso de los pa¨ªses m¨¢s endeudados se traducir¨ªa en una recesi¨®n brutal si se aplicara de forma estricta, de ah¨ª que no se considere cre¨ªble ni por pol¨ªticos ni por los mercados.
A partir de aqu¨ª empiezan a verse por d¨®nde pueden ir las posibles divergencias que aparecer¨¢n durante la negociaci¨®n. Y tambi¨¦n aparecen en la carta que la ministra Kaag, del liberal progresista Dem¨®cratas 66, envi¨® el 29 de octubre a Dombrovskis. El texto empieza recordando el documento conjunto firmado con Espa?a y ¡°el ¨ªmpetu que dio al debate¡±. A continuaci¨®n fija los tres puntos que gu¨ªan su posici¨®n ¡ª¡°convergencia econ¨®mica ascendente, sostenibilidad de la deuda y supervisi¨®n efectiva¡±¡ª anunciando que el escrito se va a centrar m¨¢s en la parte del cumplimiento y la supervisi¨®n del pacto, que ¡°en el pasado ha sido insuficiente¡±.
La posici¨®n holandesa en esta misiva recuerda mucho a la que hizo p¨²blica la coalici¨®n alemana en verano. Ambos pa¨ªses piden normas claras, una forma de decir que quieren leyes con poco margen a la interpretaci¨®n al Ejecutivo de Bruselas, con el que en el pasado han tenido fuertes discrepancias sobre c¨®mo aplicaba las normas, algo que se vio en 2019 con Italia. ¡°Las normas actuales dejan mucho margen de maniobra a la discrecionalidad de la Comisi¨®n y el Consejo, lo que hace que las normas se apliquen de forma poco transparente y a veces incoherente¡±, dispara Kraag, con el habitual tono directo de los holandeses en las instituciones europeas. ¡°Deben establecerse salvaguardias claras para garantizar que la Comisi¨®n [Europea] y el Consejo [de la UE] tomen medidas cuando los Estados miembros no cumplan las normas, incluida la aplicaci¨®n de los procedimientos de d¨¦ficit excesivo. Esto es especialmente importante para los pa¨ªses con alto riesgo de sostenibilidad de la deuda¡±, a?ade, con una clara referencia final a estados como Grecia, Italia, Espa?a o Francia.
En estas frases est¨¢ la prueba de c¨®mo esta redacci¨®n se asemeja much¨ªsimo a la germana, que en agosto pasado dec¨ªa: ¡°La flexibilidad debe ir acompa?ada de l¨ªmites claramente definidos y con la mejora de los mecanismos de aplicaci¨®n de las normas. Por esta raz¨®n, el desarrollo posterior del marco fiscal debe hacer especial hincapi¨¦ en la aplicaci¨®n de las normas¡±.
Tambi¨¦n hay mucha cercan¨ªa entre Berl¨ªn y La Haya en que quieren dar m¨¢s protagonismo al Consejo Fiscal Europeo (EFB por sus siglas en ingl¨¦s), un ¨®rgano semejante a la Autoridad Fiscal espa?ola: ¡°Para mejorar la gobernanza y los controles del marco, podr¨ªa estudiarse la posibilidad de otorgar al Consejo Fiscal Europeo (EFB) un mandato m¨¢s fuerte para auditar la aplicaci¨®n de las normas fiscales por parte de la Comisi¨®n y el Consejo sin modificar el Tratado¡±. De nuevo asoma la desconfianza de las capitales frugales a lo que sucede en Bruselas.
La insistencia de reglas claras y menos interpretables y el refuerzo de una instituci¨®n como el EFB, en teor¨ªa guardi¨¢n de la ortodoxia fiscal, persiguen realmente reducir el margen de negociaci¨®n entre Bruselas y los diferentes Estados miembro para pactar las sendas de reducci¨®n de deuda. La propuesta que baraja la Comisi¨®n Europea se basa en la metodolog¨ªa del Fondo de Recuperaci¨®n: se pactan reformas y pol¨ªticas a cambio de recibir dinero para salir de la crisis de la covid. En este caso, el acuerdo pasar¨ªa por definir esas pol¨ªticas y reformas en conjunto, implicando a los Gobiernos nacionales en ellas para que no pueda argumentarse que son antidemocr¨¢ticas e impuestas, con el incentivo de dar m¨¢s tiempo para rebajar la deuda. Y aqu¨ª est¨¢ el espacio de negociaci¨®n al que capitales como La Haya y Berl¨ªn temen y, por tanto, buscan reducir.
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