Espa?a urge a un gran ¡®pacto verde¡¯ para acelerar las inversiones energ¨¦ticas clave ante la amenaza de EE UU y Asia
El Gobierno pide a la Comisi¨®n Europea un acuerdo que englobe desde las reglas fiscales hasta las reformas de competencia y el mercado el¨¦ctrico a meses de la presidencia espa?ola
Espa?a quiere aunar todos los debates abiertos estos meses en la Uni¨®n Europea vinculados con la transici¨®n energ¨¦tica. El Gobierno ha planteado a Bruselas un gran pacto por una econom¨ªa verde. Seg¨²n la respuesta que la vicepresidenta Nadia Calvi?o ha enviado a Bruselas, a la que ha tenido acceso EL PA?S, ese acuerdo debe englobar la reforma del mercado el¨¦ctrico, la revisi¨®n de las ayudas de Estado y su financiaci¨®n a trav¨¦s del Fondo de Recuperaci¨®n, el plan RepowerEU, la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y, por ¨²ltimo, el impulso a los acuerdos comerciales pendientes con Am¨¦rica Latina. La carta, adem¨¢s, se?ala sectores que, a juicio de Madrid, deben ser estrat¨¦gicos que deber¨ªan privilegiarse a la hora de ¡°agilizar inversiones estrat¨¦gicas¡±, como el hidr¨®geno verde, el biog¨¢s, la industria del veh¨ªculo el¨¦ctrico o los semiconductores.
A escasos cinco meses de que Espa?a se haga cargo de la Presidencia de la UE, el Gobierno de Pedro S¨¢nchez ha aprovechado el debate abierto para sobre la revisi¨®n de las ayudas de Estado en la UE para presentar algo parecido a sus prioridades para ese segundo semestre de en Espa?a tendr¨¢ que hacerse cargo del Consejo de la Uni¨®n Europea. Est¨¢n en la carta que Calvi?o envi¨® a la vicepresidenta y responsable de Competencia de la Comisi¨®n, Margrethe Vestager. Respond¨ªa a la que la comisaria danesa hab¨ªa enviado a las capitales el pasado de enero pidiendo opiniones sobre la revisi¨®n del modelo de ayudas de Estado al que empujan Francia y Alemania con el argumento de que Europa no puede perder pie en la transici¨®n verde y digital frente a China y Estados Unidos, que acaba de aprobar una ley que subvenciona las inversiones verdes.
En el texto espa?ol se apunta que ese gran pacto verde debe tener cuatro patas y es la concreci¨®n de algo a lo que el Ejecutivo define como ¡°autonom¨ªa estrat¨¦gica abierta¡±. El concepto ¡°autonom¨ªa estrat¨¦gica¡± est¨¢ muy de moda en Bruselas en los ¨²ltimos tiempos. La paternidad es francesa y ten¨ªa, en principio, una clara orientaci¨®n geoestrat¨¦gica, aunque sin olvidar la parte geoecon¨®mica. Esta parte ha crecido en los ¨²ltimos meses por las consecuencias de la invasi¨®n de Ucrania en los mercados de energ¨ªa m¨¢s la inflaci¨®n, el creciente desaf¨ªo chino y su control de las cadenas de suministro, y, por ¨²ltimo, los masivos subsidios de Estados Unidos para impulsar la transici¨®n digital que amenaza con provocar una fuga de inversiones en la UE. De ah¨ª que Espa?a a?ada el adjetivo ¡°abierta¡± a la hora de plantear este concepto para su presidencia.
La primera pata del acuerdo que demanda Espa?a procede directamente de uno de sus caballos de batalla en Bruselas en el ¨²ltimo a?o largo: la reforma del mercado el¨¦ctrico. Tras meses clamando en el desierto, la explosi¨®n de la crisis energ¨¦tica a ra¨ªz de la invasi¨®n de Ucrania carg¨® de argumentos a la vicepresidenta tercera espa?ola y ministra de Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera. La Comisi¨®n ya est¨¢ trabajando en esa reforma que, para Madrid ¡°est¨¢ de una prioridad m¨¢xima¡±, porque es la ¡°principal desventaja de la industria europea¡±.
El segundo punto entra de lleno en el principal debate abierto entre los Estados miembro y la Comisi¨®n sobre la revisi¨®n del modelo de ayudas p¨²blicas a empresas. Bruselas va a presentar sus planes el pr¨®ximo mi¨¦rcoles y antes reclam¨® la opini¨®n de los Veintisiete, y aqu¨ª se enmarca este documento de Calvi?o. Espa?a, como Alemania y Francia, teme que los multimillonarios subsidios de Estados Unidos provoquen una fuga de inversiones en Europa por eso apuesta por ¡°un procedimiento acelerado para los proyectos estrat¨¦gicos a en el marco de los Planes Nacionales de Recuperaci¨®n y en sectores clave, que proporcionen mayor autonom¨ªa estrat¨¦gica, tecnol¨®gica y energ¨¦tica, como las energ¨ªas energ¨ªa limpias, semiconductores, veh¨ªculos el¨¦ctricos o tecnolog¨ªas cr¨ªticas¡±. Pero, al mismo tiempo, tampoco apoya que se desmantele la pol¨ªtica de ayudas de Estado que soporta el mercado ¨²nico, defiende que se eleven los umbrales que obligan a comunicar a Bruselas las subvenciones que se conceden (ahora est¨¢n entre 10 y 20 millones) o que las vinculadas al plan de recuperaci¨®n no necesiten examen de idoneidad ni evaluaci¨®n posterior.
Los sectores clave a que apunta Espa?a son 10: despliegue de energ¨ªas renovables, almacenamiento y otras fuentes energ¨¦ticas como ¡°el hidr¨®geno renovable, la energ¨ªa e¨®lica marina y el biog¨¢s¡±, ¡°inversiones en industrias existentes e inversiones en nuevas instalaciones que permitan la descarbonizaci¨®n de los procesos de producci¨®n industrial¡±, generaci¨®n de hidr¨®geno, econom¨ªa circular (reciclaje), veh¨ªculo el¨¦ctrico y componentes, paneles solares, semiconductores, desarrollo del 5G y la inteligencia artificial, agroalimentaci¨®n y procesamiento menos agresivo medioambientalmente de materias primas cr¨ªticas.
Todo esto supone dinero, de ah¨ª que el siguiente pilar del pacto sea ¡°la financiaci¨®n verde [...] para movilizar la inversi¨®n p¨²blica y privada necesaria mediante un paquete paquete coherente de reformas clave y expedientes legislativos que que muy probablemente llegar¨¢n a su madurez bajo la pr¨®xima presidencia espa?ola¡±. Aqu¨ª vuelve a aparecer otra de las prioridades espa?olas: la revisi¨®n de las reglas fiscales, que Bruselas quiere tener listo este trimestre para plantear los texto legales a continuaci¨®n, es decir, bajo la citada presidencia. ¡°El apoyo presupuestario nacional podr¨ªa prestarse con sujeci¨®n a normas fiscales adecuadas en un renovado Pacto de Estabilidad y Crecimiento¡±, se?ala. A?ade otro hito que corresponder¨¢, probablemente a la segunda mitad de este a?o, ¡°la revisi¨®n intermedia del marco financiero plurianual 2023-2027¡å de la Uni¨®n Europea.
Aqu¨ª Espa?a marca una de las l¨ªneas rojas en la revisi¨®n de las reglas sobre ayudas de Estado: ¡°Todo nuevo instrumento financiero no deber¨ªa basarse en reasignaciones de fondos de instrumentos existentes, como el Fondo de Recuperaci¨®n, los fondos de cohesi¨®n, etc¨¦tera¡±. Uno de los riesgos de facilitar la concesi¨®n de subvenciones es que lo pa¨ªses que tienen m¨¢s margen fiscal (Alemania, Pa¨ªses Bajos) y los m¨¢s grandes (Francia) den mayores ayudas a sus empresas, situ¨¢ndolas en una posici¨®n ventajosa en el mercado ¨²nico.
Este riesgo ha llevado a que la Comisi¨®n plantee una herramienta correctora, lo que llama fondo de soberan¨ªa, aunque todav¨ªa no hay detalles sobre ¨¦l. Hay pa¨ªses que desear¨ªan que esta herramienta se financiara con emisi¨®n de nueva deuda y, por tanto, con un aumento del presupuesto comunitario. Hay otros que prefieren que se reordenen los recursos existentes, con el argumento de que hay mucho dinero por gastar. El Ejecutivo espa?ol, por ahora, est¨¢ en una posici¨®n intermedia. En Madrid cuentan con casi 180.000 millones de fondos comunitarios para invertir hasta 2026 sumando el plan de recuperaci¨®n, el RepowerEU y el fondo para una transici¨®n justa. Y a eso habr¨ªa que sumar el dinero de los fondos de cohesi¨®n. Conclusi¨®n: Espa?a quiere facilidades para invertir lo que va a recibir, no pone el acento en que se le d¨¦ m¨¢s.
La ¨²ltima parte se focaliza en los acuerdos comerciales con Latinoam¨¦rica, que con la necesidad de materias primas estrat¨¦gicas en la transici¨®n energ¨¦tica se han convertido vitales, porque hasta ahora Europa es muy dependiente de China o Rusia. La UE tiene pendiente actualizar el acuerdo comercial con M¨¦xico, algo que ya se ha alcanzado con Chile, y tambi¨¦n la revisi¨®n del pacto alcanzado con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay). Este ha estado bloqueado por reticencias francesas y el Parlamento Europeo con el argumento de que la pol¨ªtica de Bolsonaro sobre el Amazonas provocaba deforestaci¨®n. La llegada de Lula al poder en Brasilia abre una oportunidad que Espa?a y Bruselas quieren aprovechar.
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