Doce meses para vaciar una empresa c¨¢rnica de 27 a?os: ¡°Se han llevado hasta las taquillas¡±
La empresa Ausa, que facturaba 25 millones en 2021, se queda sin actividad ni activos tras un cambio de propiedad
C¨¤rniques Ausa era hasta hace un a?o como otras tantas empresas especializadas en productos de cerdo que en las ¨²ltimas d¨¦cadas han florecido en la comarca barcelonesa de Osona. Empleaba a unos 70 trabajadores, en 2021 hab¨ªa facturado casi 25 millones de euros y ganado 267.000 euros. Son cifras propias de una modesta empresa, pero suficientes para convertirla en el faro econ¨®mico de Montesquiu, un peque?o pueblo con poco m¨¢s de un millar de habitantes. Seg¨²n su ¨²ltimo informe de gesti¨®n, tras realizar unas inversiones, 2022 ten¨ªa que ser un ejercicio mejor.
La realidad ha sido todo lo contrario: apenas queda hoy un empleado (el m¨¢s veterano, recuperado porque un juez decidi¨® hace una semana que su despido disciplinario era improcedente) y este jueves funcionarios judiciales han desahuciado a sus actuales gestores en un proceso que ha permitido descubrir lo que los ya extrabajadores y expropietarios sospechaban: dentro de la nave apenas quedaba nada. M¨¢quinas, canales de transporte y miles de cajas han desaparecido.
¡°Hasta las taquillas se han llevado¡±, asum¨ªa con la impotencia escondida tras media sonrisa Antoni Auqu¨¦, cofundador hace 27 a?os de la empresa y propietario todav¨ªa de la nave y de parte de la empresa al no haber cobrado la mitad de una sociedad que se lleg¨® a valorar en seis millones de euros. Consideraba que solo la maquinaria existente en el interior pod¨ªa tener un precio por encima de los dos millones de euros.
Este peque?o empresario, junto a sus tres socios, se desprendi¨® en 2018 de la compa?¨ªa ante la falta de nadie en la familia que quisiera seguir el negocio. Lo asumieron cinco socios a trav¨¦s de la sociedad Five Meaters con la intenci¨®n de hacerla crecer a trav¨¦s de las exportaciones a Rusia, China y Filipinas. Tres a?os despu¨¦s, por algunas diferencias, estos tambi¨¦n decidieron salir del negocio. Buscaron una empresa de intermediaci¨®n que les vendiera la sociedad y tuvieron fortuna: un inversor que se hac¨ªa llamar Antonio S¨¢nchez ten¨ªa un plan. Pact¨® ejecutar la compra con un pago inicial y mensualidades durante los siguientes siete a?os. Avis¨®, no obstante, que su nombre no constar¨ªa en ning¨²n documento de compra, si bien s¨ª que lo estamp¨® en las nuevas tarjetas de visita de la compa?¨ªa, donde aparec¨ªa como consejero delegado, aunque apenas se le vio por las oficinas los primeros meses.
El mes de enero de 2021 todo fue bien, como los anteriores. Febrero, igual. Pero a partir de marzo las cosas empezaron a torcerse. La compa?¨ªa dej¨® de pagar a sus proveedores de productos de cerdo que despu¨¦s se preparaban para la venta pese a que a los clientes se les exig¨ªa el prepago de la totalidad de la compra para ser servidos. Igual sucedi¨® con algunos transportistas. Y en el ¨¢rea de administraci¨®n se empezaron a detectar actuaciones extra?as con la operativa. Pese a todo, en abril la empresa empez¨® a tener m¨¢s actividad de la habitual e incluso se lleg¨® a plantear doblar el turno y superar los cien trabajadores. ¡°Nunca hab¨ªa entrado tanta carne¡±, se?ala una extrabajadora. Esa situaci¨®n dur¨® dos semanas. Y despu¨¦s la actividad se vino abajo. ¡°Los ¨²ltimos seis meses pas¨¢bamos las horas sin hacer nada. Algunos d¨ªas sal¨ªa de aqu¨ª con un nudo en el est¨®mago y pensaba que lo que ten¨ªa era ansiedad por la situaci¨®n¡±, explica Gerard Figueras, delegado sindical e hijo de uno de los fundadores.
La plantilla vio c¨®mo se empezaban a producir despidos y se repet¨ªan las llamadas de empresas reclamando su dinero. Los propietarios de la sociedad belga Nemegheer se presentaron en Montesquiu para reclamar el casi mill¨®n de euros que se les adeudaba, temerosos de que ese importe acabara con su empresa familiar. Hab¨ªan sido v¨ªctimas de los impagos, como otros, pero su caso era cr¨ªtico: no hab¨ªan utilizado los seguros de cr¨¦dito que el resto de empresas del sector utiliza para reducir los riesgos por impago. Fuentes de los trabajadores aseguran que las facturas impagadas podr¨ªan ascender a los 10 millones de euros. Sin embargo, pese a las peticiones de pago, no consta que ning¨²n perjudicado haya instado el concurso de acreedores de la sociedad.
A tenor de lo que suced¨ªa, en junio pasado la gestor¨ªa que se hab¨ªa encargado de los asuntos legales de la sociedad durante 20 a?os renunci¨® a su trabajo aduciendo, entre otras cuestiones, un alto riesgo de impago e ¡°inconformidad legal ante las actuaciones solicitadas por la empresa¡±. Hizo lo mismo un mes despu¨¦s el gerente, Manuel Roade, quien se desvinculaba ¡°por discrepancias en las labores de administraci¨®n¡±.
A Roade le sustituy¨® Miguel Sevil, quien ayer asisti¨® al desahucio grabando a las personas presentes con su tel¨¦fono m¨®vil. A la salida, eludi¨® dar explicaciones y apenas culp¨® de la actual situaci¨®n de la sociedad a ¡°las irregularidades de los antiguos administradores¡±, contra quienes, dijo, habr¨ªa iniciado acciones judiciales. Los expropietarios, que no descartan retomar lo que queda de la propiedad ante los impagos de la compra, aseguraban ayer desconocer esa v¨ªa judicial. Pero ellos, como los trabajadores, consideran que el origen de la crisis de Ausa est¨¢ en ?ngel S¨¢nchez, de quien dicen que utiliz¨® un nombre recortado para que no se le pudiera reconocer.
En este empresario, tras ver distintas fotograf¨ªas, ven a Jos¨¦ ?ngel Arceiz S¨¢nchez, un hombre que se publicita en algunos medios de comunicaci¨®n como experto en fusiones y adquisiciones, en agricultura y en caballos, y que fue el due?o de la empresa zaragozana Walthon, que acab¨® cerrando en los a?os 2000 y en la que un juez detect¨® salidas de fondos a otras empresas inactivas. Este diario ha intentado sin ¨¦xito de contactar con el empresario a trav¨¦s de su tel¨¦fono m¨®vil y tel¨¦fonos de empresas en las que figura como administrador.
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