El p¨¢nico contin¨²a tras la quiebra de dos bancos en EE UU: ?qu¨¦ est¨¢ pasando?
Washington ha garantizado los dep¨®sitos del Silicon Valley Bank y el Signature Bank, pero el efecto contagio no ha terminado, con el First Republic Bank en el punto de mira


Los tiempos de reuniones maratonianas durante todo el fin de semana y decisiones tomadas a ¨²ltima hora, justo antes de la apertura de los bancos los lunes, parec¨ªan haber quedado atr¨¢s como un amargo recuerdo de la crisis financiera. Pero en Estados Unidos han vuelto. La Reserva Federal, el Departamento del Tesoro y el organismo regulador acordaron el domingo garantizar los dep¨®sitos de todos los clientes del californiano Silicon Valley Bank (SVB) y el neoyorquino Signature Bank, tras la quiebra de ambos, as¨ª como ofrecer al resto del sector una l¨ªnea de pr¨¦stamos que evite nuevas tensiones. Wall Street ha recibido la noticia con subidas en sus principales ¨ªndices, pero no ha servido de momento para frenar el efecto cascada entre las entidades medianas: los californianos First Republic Bank y PacWest Bancorp, y el Western Alliance Bancorporation, con sede en Phoenix (Arizona), est¨¢n ahora en el epicentro del hurac¨¢n, con importantes desplomes al inicio de la sesi¨®n. Estas son las claves del se¨ªsmo que asola al sector en Estados Unidos y est¨¢ causando r¨¦plicas en todo el mundo.
?C¨®mo empez¨® todo?
El Silicon Valley Bank, que tiene como principales clientes a empresas tecnol¨®gicas emergentes, las llamadas start-ups, anunci¨® el mi¨¦rcoles un plan para ampliar capital en m¨¢s de 2.000 millones de d¨®lares (unos 1.800 millones de euros). En un entorno de subidas de tipos de inter¨¦s y temores de recesi¨®n estaba sufriendo cuantiosas retiradas de fondos, por lo que se vio obligada a buscar efectivo. Adem¨¢s, dentro de esa misma estrategia de reforzarse, anunci¨® la venta de una cartera de bonos del Tesoro americano por valor de 21.000 millones de d¨®lares. La operaci¨®n, precipitada por sus necesidades de efectivo, le supuso unas p¨¦rdidas de 1.800 millones de d¨®lares. Al abrir el mercado al d¨ªa siguiente, las acciones de la compa?¨ªa cayeron un 60%, porque toda ampliaci¨®n de capital implica una diluci¨®n que perjudica a sus due?os, y porque esa transacci¨®n apresurada con sus bonos no transmit¨ªa seguridad sobre su solvencia, por mucho que Greg Becker, consejero delegado de la firma, saliera en p¨²blico a pedir calma a los inversores.
La estampida no fue cosa de un d¨ªa: antes de empezar a cotizar el viernes, el Silicon Valley Bank perd¨ªa otro 60%. A los fondos con participaciones en start-ups les entr¨® el miedo a que el dinero se quedara bloqueado si hab¨ªa una quiebra, y con las alarmas sonando a todo volumen en redes sociales, videollamadas de Zoom y chats de mensajer¨ªa, parar la huida de capital fue imposible. En 10 horas, 42.000 millones salieron de la entidad ¡ªun ritmo infernal de m¨¢s de un mill¨®n por segundo¡ª, se suspendi¨® su cotizaci¨®n, se busc¨® un comprador que no lleg¨® a aparecer, se anunci¨® su intervenci¨®n p¨²blica, y las autoridades informaron de que el dinero de los clientes con hasta 250.000 d¨®lares quedaba protegido. Eso estaba lejos de suponer un consuelo: el 96% de los clientes ten¨ªan m¨¢s dinero, como es l¨®gico trat¨¢ndose de empresas tecnol¨®gicas que usaban esas cuentas para pagar n¨®minas o recaudar capital.
La segunda mayor quiebra de un banco comercial desde la de Washington Mutual en 2008 se hac¨ªa as¨ª realidad. La entidad ocupaba el puesto 16 en la lista de mayores entidades bancarias del pa¨ªs, y a 31 de diciembre de 2022 dispon¨ªa de unos 209.000 millones de d¨®lares en activos (196.000 millones de euros) y 175.400 millones en dep¨®sitos.
Operaci¨®n salvamento
Una vez consumada, en tiempo r¨¦cord, la ca¨ªda del Silicon Valley Bank, las preguntas empezaron a aflorar. ?Qu¨¦ pasar¨¢ el lunes cuando los clientes con m¨¢s de 250.000 d¨®lares intenten retirar dinero? ?Podr¨¢n pagar las n¨®minas, previstas para el d¨ªa 15, las miles de tecnol¨®gicas atrapadas? ?Seguir¨ªan otros bancos regionales el mismo camino? El fin de semana se antojaba fundamental para levantar un cortafuegos y restaurar la confianza. La soluci¨®n lleg¨® en la tarde del domingo: de manera excepcional, las autoridades de Estados Unidos han garantizado que todos los dep¨®sitos, incluidos aquellos de m¨¢s de 250.000 d¨®lares, est¨¦n disponibles este lunes. Y se ha puesto en marcha una l¨ªnea de cr¨¦dito para los bancos que necesiten capital, una forma de evitar que tengan que desprenderse de bonos en p¨¦rdidas, como le sucedi¨® al Silicon Valley Bank.
Una de las cuestiones m¨¢s pol¨¦micas cuando se trata de proteger los fondos de una entidad privada quebrada es qui¨¦n se har¨¢ cargo de la factura. Utilizar dinero de los contribuyentes genera el debate sobre por qu¨¦ cuando hay p¨¦rdidas estas se socializan y no sucede lo mismo con los beneficios. Por eso, las autoridades estadounidenses han asegurado que la medida saldr¨¢ gratis para el contribuyente. Si los activos del Silicon Valley Bank no son suficientes para atender toda la demanda de dinero de sus clientes, el d¨¦ficit se financiar¨¢ con fondos del resto de bancos. A diferencia de lo ocurrido con la matriz, la divisi¨®n brit¨¢nica del Silicon Valley s¨ª ha encontrado comprador: el HSBC se ha hecho con ella a cambio de una libra en medio de la preocupaci¨®n por las tecnol¨®gicas brit¨¢nicas, muy expuestas al banco.
El Signature Bank tambi¨¦n cae
Junto al anuncio de que todos los dep¨®sitos est¨¢n garantizados, las autoridades de Estados Unidos informaron el domingo del cierre del Signature Bank, una entidad neoyorquina que en los ¨²ltimos tiempos se hab¨ªa visto penalizada por su exposici¨®n a criptomonedas. Era el banco n¨²mero 29 en tama?o del pa¨ªs, y contaba con 110.000 millones en activos y 88.000 millones en dep¨®sitos, m¨¢s o menos la mitad que el Silicon Valley Bank. El abrupto final de otra entidad en cuesti¨®n de horas hac¨ªa realidad los peores temores: ya no se pod¨ªa hablar de un caso aislado.

?Qu¨¦ pasa con los accionistas?
Los miles de millones de valor en Bolsa del Silicon Valley Bank y el Signature Bank se han evaporado. Y si los depositantes no perder¨¢n ni un centavo de su dinero, distinto ser¨¢ el destino de los accionistas y tenedores de cierta deuda: Washington no contempla ning¨²n tipo de resarcimiento para ellos. A diferencia de lo que sucede con las cuentas para que empresas y particulares operen d¨ªa a d¨ªa en la econom¨ªa real, las autoridades creen que el riesgo ligado a la evoluci¨®n del precio de las acciones es decisi¨®n de los que se aventuran a invertir.
?Ha terminado la crisis?
La reacci¨®n inicial de los mercados al cortafuegos implantado por Washington fue positiva. Con las tecnol¨®gicas fuera de peligro y los futuros de Wall Street al alza, parec¨ªa que la soluci¨®n pod¨ªa ser suficiente para calmarlos. Pero la alegr¨ªa fue ef¨ªmera: el californiano First Republic Bank perdi¨® un 61% al cierre de Wall Street; el Western Alliance Bancorporation, con sede en Phoenix (Arizona), cedi¨® un 47%; el Zions Bancorporation, de Utah, el 25%; igual que el Bank of Hawaii, mientras que el PacWest Bancorp se despe?aba un 21%. Todos ellos amenazan con convertirse en las pr¨®ximas fichas del domin¨® en caer. O como m¨ªnimo con salir de esta crisis muy mermados.
?Por qu¨¦ no se frena la sangr¨ªa? Muchos clientes, ante la posibilidad de que sus ahorros y dep¨®sitos se vean afectados, est¨¢n optando por trasladar sus fondos a los bancos m¨¢s grandes, que en este entorno de turbulencias son a priori m¨¢s seguros que los regionales. Esa bola de nieve, mezcla de desconfianza, noticias negativas, y r¨¢pido acceso digital de los clientes para trasladar dinero de un punto a otro, es muy complicada de detener una vez lanzada cuesta abajo a toda velocidad, y en ello est¨¢n ahora las autoridades de Estados Unidos. A su vez, los inversores en Bolsa han visto c¨®mo los due?os de acciones del Silicon Valley Bank y el Signature Bank han quedado desprotegidos, y ante el funesto precedente, huyen de entidades con perfil o tama?o parecido.
En un sector tan interconectado como el bancario, el alcance del desplome est¨¢ siendo global. La Bolsa europea sufr¨ªa este lunes fuertes p¨¦rdidas, de m¨¢s del 3,5% en el caso del Ibex, con la banca como principal damnificada. El BBVA perdi¨® m¨¢s de un 8%, el Santander m¨¢s de un 7% y el Sabadell super¨® el doble d¨ªgito. Entre las europeas, destaca Credit Suisse, que a su propia y grave crisis interna suma ahora un contexto de arenas movedizas. Sus t¨ªtulos bajaron el 9,58%.
Sus consecuencias pueden llegar incluso a la pol¨ªtica monetaria. Para Capital Economics, los pr¨®ximos d¨ªas y semanas ¡°ser¨¢n cruciales¡± para determinar el alcance del contagio. Neil Shearing, su economista jefe, estima que las quiebras ¡°son una advertencia de que las cosas pueden romperse cuando las tasas suben bruscamente¡±. Y cree que proporciona argumentos a los partidarios de ir m¨¢s lento en el endurecimiento de los tipos a partir de ahora. Goldman Sachs va m¨¢s lejos. Predice que la Reserva Federal, contra lo que estaba previsto, no subir¨¢ tipos en su reuni¨®n de la pr¨®xima semana para evitar empeorar la crisis bancaria.
Para Leopoldo Torralba, economista de Arcano, se trata de un p¨¢nico alentado por el recuerdo de la Gran Recesi¨®n, pero que no durar¨¢. ¡°No hay riesgo sist¨¦mico en Estados Unidos ni en Europa. Es un caso espec¨ªfico de un banco especialmente mal gestionado que invirti¨® en bonos de vencimientos muy largos, sensibles a los movimientos de tipos. Habr¨¢ volatilidad y confusi¨®n, pero pasadas unas semanas se tranquilizar¨¢ el ambiente¡±, augura.
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