Las exportaciones de Marruecos amenazan la producci¨®n comunitaria de tomate
Espa?a cede cuota de mercado: en una d¨¦cada ha pasado de exportar un mill¨®n de toneladas a 630.000, un 37% menos
El incremento de las exportaciones desde terceros pa¨ªses, especialmente desde Marruecos, junto a las mayores exigencias en materia del uso de fitosanitarios ¡ªque no se piden a los productores de fuera de la Uni¨®n Europea¡ª, amenaza la producci¨®n comunitaria de tomate, seg¨²n la reciente denuncia remitida a Bruselas por el grupo de contacto de este producto, del que forman parte agricultores de Espa?a, Italia, Portugal y Francia. En una d¨¦cada, Espa?a ha pasado de exportar un mill¨®n de toneladas a 630.000, un 37% menos.
El director de la Federaci¨®n Espa?ola de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas, Jos¨¦ Mar¨ªa Pozancos, destaca la dificultad de competir frente a unas producciones que tienen unos costes de producci¨®n a la mitad. Para la patronal, adem¨¢s de esta circunstancia, el sector comunitario se enfrenta a otros obst¨¢culos de mayor calado, derivadas del Acuerdo de Asociaci¨®n de 2013 que establece unas m¨ªnimas exigencias de acceso, entre las que se hallan unos aranceles de 0,46 euros por kilo, la aplicaci¨®n de los mismos a las elevadas producciones de tomate que se obtienen en los territorios del Sahara Occidental. A ello se suma, denuncian desde el sector, la dejadez a la hora de aplicar otras exigencias en frontera.
Espa?a ha liderado en Bruselas la necesidad de aplicar la llamada cl¨¢usula espejo, por la que se deber¨ªa exigir a los productos importados las mismas condiciones de cultivo que a las producciones comunitarias. Entre ellas, destaca reducir en un 50% el uso de los productos fitosanitarios que en la UE amenazan con provocar un ajuste de las producciones agr¨ªcolas. Desde los pa¨ªses comunitarios productores de tomate se reclaman apoyos parar compensar a los agricultores esta situaci¨®n, si bien se entiende que la salida a futuro no son las ayudas sino la existencia de unos mecanismos de protecci¨®n. Y no solo para el tomate, sino para el conjunto de producciones amenazadas por esta pol¨ªtica, como los frutos rojos o la alubia verde, as¨ª como con la apertura de nuevos mercados.
Entre 2013 y 2022 las importaciones comunitarias de tomate han pasado de 441.000 a 793.000 toneladas. En ese periodo, Marruecos pas¨® de exportar 366.000 toneladas a Europa a poner 557.000 en el mercado, una cifra a la que hay que sumar la cantidad que comercializa en el Reino Unido ¡ªun socio preferente desde el Brexit¡ª, donde ha pasado de vender 40.000 toneladas a las 144.000 actuales. Con ese volumen, Marruecos est¨¢ copando algunos de los principales mercados comunitarios, como Francia, donde ¡ªcon 421.000 toneladas¡ª acapara el 98% de las importaciones. En Pa¨ªses Bajos, casi siete de cada 10 toneladas importadas provienen del pa¨ªs norteafricano. Las exportaciones de Turqu¨ªa, segundo proveedor de tomate de los Veintisiete, pasaron en el mismo periodo de 29.000 a 187.000 toneladas.
Espa?a no es ajena a la mayor entrada de tomate marroqu¨ª: en 2022, las importaciones desde all¨ª llegaron a las 88.000 toneladas. En una d¨¦cada se han multiplicado por cuatro. Sin embargo, apuntan los agricultores, lo m¨¢s grave no es la mayor venta en el mercado interior, sino los efectos negativos de las ventas de Marruecos en otros mercados comunitarios, lo que reduce las capacidades de exportaci¨®n de las regiones productoras espa?olas, como Extremadura o Almer¨ªa.
Espa?a, con una producci¨®n de tomate para consumo directo ¡ªal margen de las producciones para uso industrial¡ª de unos dos millones de toneladas, ha ido perdiendo progresivamente peso en los actuales mercados comunitarios por la presencia marroqu¨ª, pasando en una d¨¦cada de exportar algo m¨¢s de un mill¨®n de toneladas en 2013 a solo 630.000 en 2022, con p¨¦rdidas de cuota generalizadas y muy especialmente en Francia. En el Reino Unido, uno de los principales mercados, la posici¨®n espa?ola en el mismo periodo ha pasado de 143.000 a 71.000 toneladas, mientras Marruecos m¨¢s que triplicaba su presencia.
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