Menos por m¨¢s: la sequ¨ªa y la inflaci¨®n sacuden a la ¡®huerta de Europa¡¯
Pese al descenso de la producci¨®n, la menor competencia externa benefici¨® el a?o pasado a la agricultura almeriense bajo invernadero, que acusa la subida de costes pero registra precios r¨¦cord
Juan recuerda c¨®mo en los sesenta, desde el bar que mont¨® su padre y que regenta ¨¦l ahora, solo se ve¨ªa ¡°el mar, cuatro burros y la torre de la iglesia¡±. El ¨²nico mar que ve ahora es de pl¨¢stico: miles de hect¨¢reas de invernaderos blancos rodean al que en un momento fue el ¨²nico establecimiento de la zona de Congo (V¨ªcar, Almer¨ªa). Es lo que se conoce como ¡°el milagro almeriense¡±, un fen¨®meno que ha convertido a unas pocas explotaciones iniciadas por familias que emigraron de la Alpujarra granadina a la zona en lo que ahora se conoce ¡ªjunto con Murcia¡ª como la ¡°huerta de Europa¡±, por ser uno de los principales proveedores de hortalizas del Viejo Continente. En un contexto complejo, por las subidas de costes y una menor producci¨®n, los invernaderos han sabido sortear las penas en los dos ¨²ltimos a?os, beneficiados en parte por el golpe de la crisis energ¨¦tica a sus competidores europeos.
La campa?a pasada fue at¨ªpica: aunque se produjo menos, los ingresos subieron. Seg¨²n el informe anual de Cajamar, la producci¨®n de la provincia baj¨® un 8,5%, hasta las 3.823.359 toneladas ¡ªnueve de cada diez toneladas salieron de los invernaderos¡ª, pero su valor aument¨® m¨¢s de un 14%, hasta los 2.976,9 millones de euros. La reducci¨®n de la oferta, afirman, ¡°ha favorecido la evoluci¨®n de los precios¡±, que fueron de media un 24,8% superiores a los de la campa?a anterior. Eso explica, en parte, que los alimentos sean los productos que m¨¢s han encarecido la cesta de la compra en los ¨²ltimos meses, seg¨²n los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). ¡°La 2021-2022 ha sido una de las mejores campa?as de los ¨²ltimos 10 a?os en cuanto a ingresos y precios¡±, cuenta Luis Miguel Fern¨¢ndez, gerente de la asociaci¨®n de organizaciones de productores Coexphal. Por el lado negativo, apunta esta asociaci¨®n, los costes por kilo crecieron un 26% de media.
Los agricultores de Almer¨ªa cuentan que lo que m¨¢s han notado han sido el encarecimiento de la mano de obra, empujada por las alzas en el salario m¨ªnimo, el precio del pl¨¢stico necesario para sus invernaderos y los fertilizantes. Estos ¨²ltimos se han moderado en los ¨²ltimos meses (ca¨ªda del 9% para los fertilizantes entre octubre y enero, el ¨²ltimo mes con datos), pero siguen caros. ¡°Antes se pod¨ªa construir un invernadero con 120.000 euros, ahora prep¨¢rate 200.000¡å, cuenta Antonio Moreno, agricultor en V¨ªcar, un municipio de casi 27.000 habitantes. Con todas estas fluctuaciones, la alegr¨ªa ha ido por barrios: mientras que algunos invernaderos han sufrido especialmente las subidas de costes y alguna plaga, a otros, se?alan fuentes del sector, ¡°les ha ido muy bien¡±.
En uno de sus invernaderos, donde a las 10 de la ma?ana ya hace un calor inusual para la ¨¦poca, Moreno tiene plantados unos melones a los que les quedan ¡°una o dos semanas¡±. Ahora, dice, est¨¢n pag¨¢ndose bien, a unos 80 c¨¦ntimos, ¡°pero habr¨¢ que ver cuando lo corte¡±. Como estos requieren menos mano de obra, prescinde durante esta campa?a de los dos trabajadores que suele contratar en oto?o, cuando planta calabacines. Todo su producto lo vende a trav¨¦s de la cooperativa a la que est¨¢ adscrito.
Moreno es hijo de agricultor, como la mayor¨ªa de due?os de invernaderos de V¨ªcar, y ¡°lo del milagro¡± no le gusta especialmente: ¡°Lo que llaman el milagro almeriense es consecuencia de mucho trabajo de muchas personas¡±, sentencia mientras conduce hacia el invernadero que colinda con la casa donde se crio. Este tipo de construcciones de una planta son comunes en la zona, y, junto a las pintadas que ofrecen renovaci¨®n de pl¨¢sticos o blanqueo de invernaderos, son lo ¨²nico que rompe la monoton¨ªa del laberinto interminable de estructuras de metal y pl¨¢stico del poniente almeriense. Por ¨¦l se desplazan en patinetes el¨¦ctricos y bicicletas los trabajadores de las plantaciones, la mayor¨ªa marroqu¨ªes y subsaharianos, compartiendo las carreteras estrechas con los camiones que transportan los vegetales.
Almer¨ªa es la principal productora de pimiento, pepino y sand¨ªa en Espa?a, y la segunda de tomate, y m¨¢s del 70% de su producci¨®n se destina a la exportaci¨®n. Entre septiembre de 2021 y agosto del a?o pasado, de acuerdo con los datos de la Direcci¨®n General de Aduanas, la provincia export¨® m¨¢s de 2,8 millones de toneladas de estos productos. Aunque el volumen fue menor que en la campa?a anterior (-4,4%), como los precios fueron m¨¢s altos, la facturaci¨®n por exportaciones creci¨® m¨¢s de un 17%, hasta 3.701 millones. En todo el a?o natural, lleg¨® a los 5.764 millones exportados, el 13,4% de todas las ventas espa?olas al exterior en 2022. Esta es, seg¨²n el informe de Cajamar, la facturaci¨®n por exportaciones m¨¢s alta desde que se contabilizan.
¡°El supermercado europeo ha vuelto a Almer¨ªa¡±
Detr¨¢s de este fen¨®meno at¨ªpico se encuentran varias razones. Por un lado, la producci¨®n ha sido menor, marcada por fen¨®menos meteorol¨®gicos como la calima. Pero la mayor¨ªa de agricultores apunta hacia la menor competencia internacional: la crisis energ¨¦tica y los problemas de suministro de gas natural han impedido que competidores como Pa¨ªses Bajos y otras empresas y pa¨ªses de Centroeuropa hayan podido arrancar la producci¨®n en sus invernaderos, que calientan con la materia prima que m¨¢s dispar¨® su precio en el a?o de la invasi¨®n rusa de Ucrania. Adem¨¢s, Marruecos, el mayor exportador de frutas y hortalizas a Europa, ha sufrido contratiempos en su producci¨®n, especialmente en el caso del tomate.
Adoraci¨®n Blanque, presidenta de Asaja en Almer¨ªa, no recuerda haber vivido una campa?a marcada tanto en positivo por factores externos en los 20 ¨²ltimos a?os. El contexto internacional, en s¨ªntesis, ha favorecido a los productores de Murcia y Almer¨ªa, que se han beneficiado de las tensiones en los mercados de frutas y hortalizas.
¡°Como no hubo competencia europea, los precios en los meses de fr¨ªo funcionaron mucho mejor¡±, defiende Andr¨¦s G¨®ngora, responsable estatal de frutas y hortalizas en la organizaci¨®n agraria COAG y tambi¨¦n agricultor en Almer¨ªa. Esta circunstancia inusual, dice, puede suponer un aprendizaje para el sector: ¡°Hay la sensaci¨®n de que el invernadero espa?ol tiene que hacerse fuerte en los meses de invierno: en diciembre, enero, febrero y marzo, que es cuando el centro de Europa no puede producir¡±. Los agricultores quieren aprovechar el tir¨®n, comenta Fern¨¢ndez desde Coexphal: ¡°Con lo de Marruecos, una menor oferta en Europa y problemas de servicio en Egipto o Argelia, el supermercado europeo ha vuelto a Almer¨ªa¡±. Incluso desde el Reino Unido, que desde el Brexit ha hecho de Marruecos uno de sus principales proveedores. ¡°En eso se caracteriza Almer¨ªa: garantiza el aprovisionamiento¡±, concluye.
Una menor competencia internacional se traduce en menos frutas y hortalizas en el mercado y, por lo tanto, m¨¢s caras. Y cuanto m¨¢s caro sale el producto de los invernaderos, m¨¢s lo notan los consumidores en los supermercados. La alimentaci¨®n es, ahora mismo, el componente que m¨¢s contribuye al avance del ?ndice de Precios al Consumo (IPC) espa?ol, aunque en abril se moder¨® hasta el 12,8%. Las frutas, las verduras y las hortalizas fueron los productos que m¨¢s tiraron a la baja el ¨ªndice respecto del mes anterior. En lo que va de a?o, las legumbres y hortalizas frescas se han encarecido un 14%, seg¨²n el INE. En el caso de la fruta fresca, su variaci¨®n es negativa: se abaratan un 3,4%.
Desde que los precios de los alimentos se dispararon, el debate p¨²blico se ha centrado en buscar responsables. Desde Unidas Podemos han se?alado a los supermercados al considerar que la distribuci¨®n se ha beneficiado de las subidas. Las empresas lo han negado: sus m¨¢rgenes se han reducido. Aun sin ser apuntados de forma tan directa como posibles culpables, las organizaciones de agricultores han salido varias veces en defensa de su pol¨ªtica de precios. Los costes se comen las ganancias, aseguran. El ministro de Agricultora, Luis Planas, ha sido claro desde el principio al diagnosticar que el alza hist¨®rica de los precios de los alimentos se debe a una inflaci¨®n de costes. Es m¨¢s, en el Programa de Estabilidad que el Gobierno acaba de enviar a la Comisi¨®n Europea, se asegura que las subidas no se deben a los m¨¢rgenes de la cadena alimentaria en Espa?a, sino que el 95% de la inflaci¨®n de los alimentos en 2022 se debi¨® a costes importados.
Sobre la posibilidad de que una parte del aumento viene porque algunos agricultores han podido aprovechar la situaci¨®n para aumentar m¨¢rgenes, el profesor de la Universidad Pablo Olavide Manuel Hidalgo contempla que ciertos sectores han podido hacerlo: ¡°Especialmente aquellos en los que con menores costes se han encontrado precios globales elevados, o aquellos que almacenan y se han encontrado con precios muy superiores a los del a?o pasado, como el aceite¡±.
¡°Se?alar a la producci¨®n es un mensaje para confundir a los consumidores y a la opini¨®n p¨²blica¡±, defiende G¨®ngora desde COAG. Juan Carlos P¨¦rez, catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la Universidad de Almer¨ªa y director de la c¨¢tedra Coexphal, insiste tambi¨¦n en que el fen¨®meno ha sido puntual: ¡°En agricultura, los precios tienen una variabilidad alt¨ªsima: lo que hoy es blanco ma?ana es negro¡±. Aunque en abril repunt¨® ligeramente, el IPOD ¨Del ¨ªndice recogido por COAG que mide las veces que se incrementa el precio entre el origen y el destino¨D est¨¢ por debajo del mismo mes del a?o pasado, y en marzo marc¨® su dato m¨¢s bajo desde 2013.
Campa?a de verano
Pasados estos dos a?os at¨ªpicos, el sector se centra en la campa?a de verano, dominada por la sand¨ªa y el mel¨®n. Este ¨²ltimo se est¨¢ pagando bien, pero los precios de la sand¨ªa est¨¢n por debajo de los del a?o pasado, apunta P¨¦rez. Para el economista, los factores meteorol¨®gicos adversos, y la afectaci¨®n de la oferta, fue lo que ha provoc¨® que se generase un beneficio extra puntual: ¡°Por ejemplo, la campa?a pasada 2021/22 se incrementaron los beneficios (mayores precios) sobre todo por una cosecha de mel¨®n y sand¨ªa muy reducida, debido a los malos cuajes por razones meteorol¨®gicas¡±.
Aunque ahora la mayor parte del producto se coloca directamente, cuando el padre de Moreno comenz¨® su explotaci¨®n acud¨ªa a las subastas de las alh¨®ndigas como la de la Uni¨®n (El Ejido). Casi dos horas antes, los compradores se acercan a la nave para ver el producto que un goteo de camiones de peque?os agricultores va trayendo. La subasta comienza oficialmente cuando el encargado hace sonar una alarma en la nave, y extraoficialmente cuando uno de los asistentes grita: ¡°?Vamos, Miguel: dale marcha a eso!¡±. En dos pantallas se expone un precio que baja vertiginosamente hasta que un comprador aprieta el bot¨®n que tiene en su pupitre. Aunque residual ¨Dy, normalmente, menos rentable¨D, este sistema sigue siendo el favorito para algunos agricultores, cuenta el gerente de Coexphal, Luis Miguel Fern¨¢ndez: ¡°Llevan el producto directamente y ven el rendimiento de su cosecha. El pronto pago hace mucho¡±.
Agua de mar desalada
Las pantallas que sustituyen a lo que antes eran pizarras en la alh¨®ndiga son un ejemplo de la modernizaci¨®n de ¡°la huerta de Europa¡± en las ¨²ltimas d¨¦cadas, que ha centrado la mayor¨ªa de sus esfuerzos en su gran reto: la gesti¨®n del agua. A una regi¨®n hist¨®ricamente seca, la sequ¨ªa que tantos estragos est¨¢ causando estas ¨²ltimas semanas no le pilla por sorpresa: ¡°Nosotros llevamos con falta de agua toda la vida¡±, sentencia Moreno. Con los acu¨ªferos sobreexplotados ¨Dya pr¨¢cticamente no se dan nuevos permisos de regad¨ªo¨D, el campo almeriense se gir¨® hace d¨¦cadas hacia la desalinizaci¨®n. Ahora, depende m¨¢s que nunca de sus desaladoras y de la inversi¨®n en una nueva alternativa: las depuradoras. ¡°Si no fuese por las desalinizadoras no tendr¨ªamos invernaderos en Almer¨ªa¡±, afirma G¨®ngora.
El problema es que conseguir agua de maneras no convencionales se traduce en que esta sea mucho m¨¢s cara. En V¨ªcar, Moreno muestra su ¨²ltima factura de agua, que pag¨® a cerca de medio euro el metro c¨²bico. Con estos precios, hay que usarla ¨Dnunca mejor dicho¨D con cuenta gotas: ¡°Aqu¨ª, dos cultivos se est¨¢n sacando con 2.000 metros c¨²bicos por hect¨¢rea, y eso en otras zonas no dar¨ªa ni para un cultivo¡±, recuerda G¨®ngora. A 15 de kil¨®metros de la plantaci¨®n de Moreno, en el invernadero de Sergio Ruiz en Roquetas de Mar, el riego es, como en el 99% de las explotaciones, de goteo, y adem¨¢s est¨¢ controlado por ordenador. La inversi¨®n puntera de este agricultor de 35 a?os contrasta con su t¨¦cnica plaguicida m¨¢s llamativa: las perdices que corretean entre sus tomateras y que se comen la tuta, la polilla del tomate.
El sector defiende que todo el futuro del campo pasar¨¢ por la inversi¨®n en estas tecnolog¨ªas, y demanda m¨¢s infraestructuras. En la provincia hay tres desaladoras p¨²blicas operativas ¡ªla del Campo de Dal¨ªas, la de Carboneras, y una tercera en Almer¨ªa ciudad, que no funciona a plena capacidad¡ª y una privada, en el cabo de Gata. En el Bajo Almanzora, en la zona de levante, se construy¨® en 2012 una instalaci¨®n que hoy sigue inoperativa tras su inundaci¨®n al a?o de inaugurarse. El real decreto contra la sequ¨ªa aprobado la semana pasada por el Gobierno, se destinan 200 millones de euros a la desalaci¨®n en la Costa del Sol y en el levante almeriense, que servir¨¢n para la reparaci¨®n y ampliaci¨®n de las desaladoras. Con toda esta tecnolog¨ªa ¨Dy tirando a¨²n en parte de un acu¨ªfero castigado¨D en intensivo, asegura Blanque desde Asaja Almer¨ªa ¡°con todas las precauciones del mundo¡±, tienen asegurada el agua.
Encima del parabrisas de uno de los peque?os camiones que descargan sus productos en la alh¨®ndiga de la Uni¨®n se puede leer un mensaje que resume bien el esp¨ªritu del campo almeriense: ¡°Todo por mis nietos¡±. Las m¨¢s de 30.000 hect¨¢reas de invernaderos se dividen en explotaciones que tienen, de media, 2,5 hect¨¢reas de superficie, en su mayor¨ªa gestionadas por peque?os agricultores. Como Moreno, Ruiz es hijo y nieto de agricultores. Sus hermanos tambi¨¦n lo son, confirmando, como indican las cifras, que, con todas sus dificultades ¨Dy lejos de lo que pueden decir en otras zonas agr¨ªcolas de Espa?a¨D, en los invernaderos hay rentabilidad y relevo. Y si no lo hacen ellos, lo har¨¢n los fondos de inversi¨®n que est¨¢n comenzando a interesarse por ¡°la huerta de Europa¡±. ¡°Nuestro sector es un refugio: todo puede caer, pero la gente tiene que comer¡±, concluye Fern¨¢ndez, de Coexphal.
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