El precio del gas cae a m¨ªnimos desde finales de 2021 y allana el camino para que la UE vete las compras a Rusia
Los Veintisiete siguen comprando miles de millones de metros c¨²bicos de gas natural licuado (GNL) procedente del pa¨ªs euroasi¨¢tico
El precio del gas regresa a su banda habitual de fluctuaci¨®n previa a la invasi¨®n rusa de Ucrania, que hizo saltar todo por los aires. El mercado TTF holand¨¦s, el que sirve de referencia en Europa, se ha instalado en los ¨²ltimos d¨ªas por debajo del umbral de 30 euros por megavatio hora (MWh) por primera vez en a?o y medio, una ca¨ªda que tiene m¨²ltiples implicaciones: rebaja la presi¨®n inflacionaria en un momento en que el IPC se ha convertido en indicador econ¨®mico de primer orden, permite llenar los dep¨®sitos para el pr¨®ximo invierno a unos precios mucho m¨¢s asumibles y allana el camino para que la UE y ¡ªen general¡ª Occidente corten amarras definitivamente con el gas natural licuado (GNL, el que llega por mar) de origen ruso.
Los Veintisiete llevan meses haciendo equilibrios entre lo que les pide el cuerpo ¡ªromper del todo con Rusia, como ya han hecho en otros ¨¢mbitos¡ª y evitar pegarse un tiro en el pie con medidas que puedan complicar su ya de por s¨ª intrincada matriz de suministro. El crudo ruso, como los derivados del petr¨®leo procedente de ese pa¨ªs, llevan meses vetados en suelo comunitario, que ha aumentado las compras a otros proveedores para rellenar ese hueco. En el caso del gas, sin embargo, la cautela se ha impuesto. Si las llegadas por tubo son hoy m¨ªnimas es por decisi¨®n unilateral de Mosc¨²: si por Europa fuera, el gas seguir¨ªa fluyendo bajo tierra. Tampoco en el caso del gas que llega por barco los socios comunitarios se han atrevido a cortar por lo sano con Rusia, uno de los grandes exportadores a escala mundial.
La constante bajada de precios, sin embargo, es un impulso argumental para las crecientes voces que piden dejar de comprar GNL ruso. Lo es porque, en ¨²ltima instancia, los precios son fiel reflejo de la tensi¨®n o distensi¨®n del mercado: de cu¨¢nta oferta hay disponible y de si esta es o no suficiente para cubrir la demanda. Y, de alguna manera, tambi¨¦n es un term¨®metro sobre c¨®mo estar¨¢n las cosas en unos meses, cuando el invierno toque de nuevo a la puerta y el gas vuelva a ser el combustible rey en las calefacciones europeas. Cuando los precios bajan, lo hacen porque los operadores descuentan menos problemas de abastecimiento tanto en el presente como en el futuro.
Una de las primeras voces oficiales en verbalizar que el fin de las compras de GNL ruso es solo cuesti¨®n de tiempo ha sido la vicepresidenta tercera espa?ola y ministra para la Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera, que la semana pasada dej¨® caer que la UE prohibir¨ªa la importaci¨®n de este producto ¡°m¨¢s pronto que tarde¡±. ¡°Si queremos ser coherentes, tenemos que decir que no vamos a aceptar m¨¢s GNL ruso. Nos sentir¨ªamos mucho m¨¢s c¨®modos en ese escenario¡±, subray¨® en una entrevista con la agencia Reuters. ¡°A medida que pase el tiempo, cada vez ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil adoptar esta decisi¨®n¡±. En las ¨²ltimas semanas, se hab¨ªa especulado con la opci¨®n de que el G-7 incluyese este asunto en el apretado orden del d¨ªa de la cumbre de Hiroshima, pero finalmente no fue as¨ª.
A finales de marzo, tras conocerse los altos vol¨²menes de GNL procedentes del gigante euroasi¨¢tico ¡ªen 2022 estas importaciones se duplicaron, hasta superar los 56.000 gigavatios hora (GWh)¡ª, la propia Ribera ya urgi¨® a las energ¨¦ticas espa?olas a dejar de importar gas ruso. D¨ªas despu¨¦s, las autoridades comunitarias empezaron a buscar opciones legales para hacerlo posible. Pero no ser¨¢ f¨¢cil: el problema es que esos contratos ¡ªcomo el de Naturgy con Yamal LNG, el mayor de los que involucran a Espa?a y Rusia¡ª son plurianuales y obligan al comprador a pagar el gas lo reciba o no, por lo que su ruptura conllevar¨ªa unas p¨¦rdidas importantes para las empresas europeas. Adem¨¢s, a diferencia del gas que Rusia vende por tubo, cuyos ingresos van ¨ªntegramente a las cuentas de Gazprom y ¡ªpor tanto¡ª del Kremlin, Yamal LNG es un consorcio liderado por la gasista privada rusa Novatek (50%) y en el que tambi¨¦n participan la francesa TotalEnergies (20%), la china CNPC (20%) y el fondo Silk Road Fund, tambi¨¦n chino (10%).
¡°Ahora mismo, Europa est¨¢ recibiendo alrededor de 20 bcm [millardos de metros c¨²bicos] de GNL ruso y otros 20 por tubo, cuando antes entraban un total de 170 bcm: 20 y 150, respectivamente¡±, calcula Javier Revuelta, especialista de la consultora energ¨¦tica Afry. ¡°El nivel llenado de almacenamientos estacionales est¨¢ muy bien, en niveles r¨¦cord, pero Europa seguir¨¢ necesitando entregas permanentes de GNL, sobre todo para la industria, y sigue sin haber disponibilidad suficiente como para cubrir toda la demanda posible¡±. Aunque la situaci¨®n es ¡°m¨¢s c¨®moda de lo que se esperaba hace unos meses¡±, el ¡°d¨¦ficit estructural¡± europeo ¡ªavisa¡ª ¡°no se va a cerrar hasta 2026 o 2027, y el invierno que viene seguiremos pugnando por el gas con otros pa¨ªses. No es una situaci¨®n para lanzar las campanas al vuelo¡±.
Cuando la desconexi¨®n europea del GNL ruso sea un hecho, lo m¨¢s probable es que se produzca una triangulaci¨®n similar a la acontecida con la gasolina y, sobre todo, con el di¨¦sel: el gas de Yamal (en el ¨¢rtico ruso) que antes llegaba a Europa ir¨¢ a parar a terceros pa¨ªses que no se andan con remilgos a la hora de comprar energ¨ªa al gigante euroasi¨¢tico y los metaneros que iban a esos destinos acabar¨¢n en el Viejo Continente.
Cambiar de destino sobre la marcha no ser¨¢ problema: hace a?os que los oc¨¦anos se convirtieron en algo as¨ª como un bazar en el que el mejor postor se acaba llevando el gas que viaja en un buque independientemente de lo cerca que est¨¦ de su destino final. Todo, claro, a costa de un coste mayor, tanto econ¨®mico como de emisiones, por las distancias m¨¢s largas que tienen que recorrer. ¡°Si Europa decide no comprar GNL, la situaci¨®n no cambiar¨ªa mucho por redistribuci¨®n de los flujos: el gas ruso lo comprar¨¢n otros y, a cambio, llegar¨¢n a Europa barcos desde pa¨ªses m¨¢s lejanos¡±, zanja Revuelta.
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