Celsa tropieza con la misma piedra de la deuda
La victoria de los fondos en los tribunales, que desbanca a los Rubiralta de la propiedad, certifica la paulatina desaparici¨®n del capital familiar de la industria catalana
Francesc Rubiralta nunca ha mostrado mucha aversi¨®n al cr¨¦dito mientras ha estado al frente de Celsa, la segunda mayor siderurgia espa?ola. Hace 17 a?os vivi¨® en primera persona como el grupo empresarial familiar se part¨ªa en dos, despu¨¦s de que su t¨ªo Jos¨¦ Mar¨ªa se disgustara con su padre, Francisco, por la compra a sus espaldas de Fundia, una empresa finlandesa valorada en 123 millones de euros. El t¨ªo de Francesc se hab¨ªa opuesto a la operaci¨®n al considerar que iba a representar un endeudamiento excesivo y acusaba de haber realizado la adquisici¨®n por su cuenta a su sobrino, que entonces contaba 28 a?os y hab¨ªa aterrizado en la compa?¨ªa tras un periplo formativo por consultoras.
Celsa ya era en 2005 un referente. Hab¨ªa aprovechado la integraci¨®n del sector en Espa?a para adquirir peque?as compa?¨ªas y aquel a?o ingres¨® en torno a 2.800 millones de euros. Pero la carrera de adquisiciones todav¨ªa no hab¨ªa acabado y en los siguientes a?os se acab¨® de forjar el grupo sider¨²rgico que es hoy, el mayor fabricante espa?ol de productos largos para la construcci¨®n y con un papel tambi¨¦n importante en la producci¨®n de alambr¨®n para el sector del motor. El crecimiento entre 2002 y 2012 fue acelerado. Apenas Arcelor Mittal est¨¢ hoy por delante suyo en el sector sider¨²rgico en Espa?a, aunque Francesc, presidente de la empresa desde la muerte de su padre en 2010, siempre ha defendido que m¨¢s que una sider¨²rgica se trata de una empresa de reciclaje de chatarra, su materia prima. Su facturaci¨®n se ha disparado por encima de los 6.000 millones de euros, tiene ramificaciones en diferentes pa¨ªses europeos y dispone de una plantilla cercana a los 10.000 trabajadores. Pero no solo esos par¨¢metros han crecido: la deuda es hoy una bola de 3.000 millones de la que los bancos acreedores se deshicieron aplicando cuantiosos descuentos (en algunas operaciones fue del 70% y el 80%) despu¨¦s de diversas refinanciaciones en poco tiempo que parec¨ªan huidas hacia adelante. Si vendieron esa deuda es porque ve¨ªan complejo su cobro.
Esta semana, los fondos oportunistas que la fueron comprando a partir de 2017 han ganado la partida en los tribunales tras tres a?os de discusiones -o enfrentamientos- con la direcci¨®n de la empresa: se quedar¨¢n con el 100% de la compa?¨ªa a cambio de solo 1.300 millones de la deuda. El resto, hasta los 2.400 millones que suman las deudas, lo podr¨¢n cobrar en cinco a?os. A Rubiralta solo le queda esperar por si el Gobierno se niega a autorizar la toma de control por parte de los propietarios, lo que abrir¨ªa otro camino repleto de incertidumbre.
En los cen¨¢culos empresariales catalanes hay cierta incredulidad acerca de la pol¨ªtica del todo o nada que ha jugado la familia, que hasta principios de este a?o no empez¨® a meditar la posibilidad de ceder parte del capital a sus acreedores a cambio de llegar a un acuerdo. En ese momento ya era demasiado tarde: los fondos sab¨ªan que la reforma de la ley concursal les abr¨ªa una ventana de oportunidad para quedarse con el 100% del capital y que, si no sal¨ªa bien, la partida seguir¨ªa jug¨¢ndose. Todos los consultados repiten lo mismo: la empresa funciona bien (obtuvo un beneficio operativo bruto de 867 millones en 2022) pero le fallaba la planificaci¨®n financiera y necesitaba reducir el pasivo. ¡°Si los fondos estaban ah¨ª es que ve¨ªan que era un buen proyecto¡±, afirma convencido Jaume Alsina, presidente de la Asociaci¨®n Catalana de la Empresa Familiar.
Las mismas condiciones para los fondos
¡°No s¨¦ si Francesc Rubiralta se ha equivocado en la estrategia, pero es como su padre: una fuerza de la naturaleza y un luchador que est¨¢ volcado d¨ªa y noche con la empresa¡±, se?ala un directivo del sector de la siderurgia. El a¨²n presidente de Celsa es vicepresidente de Unesid, la patronal espa?ola, y miembro de la junta del C¨ªrculo de Econom¨ªa, en la que no ha participado en los ¨²ltimos tres meses. La empresa ha declinado su participaci¨®n en este reportaje.
Los bancos conf¨ªan ¡°en los nuevos propietarios¡± -tal y como ya los defin¨ªa un comunicado del Ministerio de Industria- y ya les han garantizado las mismas p¨®lizas de cr¨¦dito por 525 millones de euros con vigilancia cada 15 d¨ªas con que contaba el grupo desde noviembre. ¡°?Por qu¨¦ los actuales gestores tienen que hacerlo mejor y los fondos peor? Ellos quieren recuperar el dinero¡±, se?ala un veterano banquero que conoce desde hace d¨¦cadas a los Rubiralta. El fichaje del exconsejero delegado de Gas Natural Fenosa, Rafael Villaseca, para presidir la compa?¨ªa se ha entendido como una garant¨ªa para el futuro de la compa?¨ªa tal y como es hoy: se lleva bien con las administraciones, tiene una dilatada carrera en empresas industriales y no se ha caracterizado nunca por el troceamiento de empresas. Son las garant¨ªas que justamente reclamaban el juez y las administraciones: integridad del negocio, sede en Espa?a y mantenimiento del empleo.
El fallo es un doloroso golpe para la familia, que ten¨ªa en sus manos un referente industrial, y de refil¨®n para la gran empresa catalana, que ve como a?o tras a?o va perdiendo el ADN familiar que la caracterizaba. Desde 2005, con la venta de Panrico por la familia Costafreda, los industriales catalanes han ido deshaciendo posiciones a un paso que se ha acelerado en los ¨²ltimos a?os: desde el imperio del juego de Cirsa, hasta los elaboradores de cava Codorn¨ªu y Freixenet, el fabricante de componentes de la automoci¨®n Ficosa o el de vestidos de novias Pronovias. El ¨²ltimo caso ha sido el de Pastas Gallo. La gran diferencia respecto a Celsa es que justamente la obstinaci¨®n de Francesc Rubiralta por no ceder parte de capital es la que ha acabado decidiendo la partida.
El consejero de Empresa de la Generalitat, Roger Torrent, admite el proceso de salida de capital familiar de la industria: ¡°Existe una din¨¢mica global de la que actualmente es muy dif¨ªcil escapar pero, pese a que ciertamente hay grandes empresas familiares que han pasado a manos de capital extranjero, muchas otras han crecido y se han consolidado como modelos de ¨¦xito¡±.
Fuertes endeudamientos como el de Celsa, aunque sin la gravedad que reviste su judicializaci¨®n, ha supuesto tambi¨¦n que los fondos obligaran a modificar los consejos de administraci¨®n o el relevo de los primeros ejecutivos, como ha sucedido en las empresas cotizadas Grifols o Cellnex.
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