Se buscan fondos para la transici¨®n verde: la deuda global puede dispararse el 50% del PIB en 2050

¡°Necesitamos actuar de forma urgente contra el cambio clim¨¢tico¡±. El Fondo Monetario Internacional (FMI) es rotundo en su diagn¨®stico: este va a ser el a?o m¨¢s c¨¢lido de la historia, la temperatura media global estar¨¢ 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales en solo cinco ejercicios y las implicaciones pueden ser devastadoras: nuevas enfermedades, m¨¢s cat¨¢strofes naturales y una menor productividad. El fondo advierte, sin embargo, de que hacer frente al reto de reducir a cero las emisiones de CO? en 2050 requerir¨¢ un enorme esfuerzo fiscal. En concreto, estima que la deuda p¨²blica se disparar¨¢ entre el 45% y el 50% del producto interior bruto (PIB), haciendo insostenibles las finanzas p¨²blicas. El organismo aboga por fijar un sistema de costes de los derechos de emisi¨®n del carbono, como el que rige ya en 50 pa¨ªses y desplegar una bater¨ªa de medidas, entre ellas, movilizar la financiaci¨®n privada.

La losa de la deuda p¨²blica estar¨¢ en el centro del debate de las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial, que la semana que viene se celebrar¨¢n en Marrakech. La instituci¨®n dirigida por Kristalina Georgieva ha desembargado ya algunos cap¨ªtulos de dos de los principales documentos que presentar¨¢ sobre la estabilidad financiera global. Hasta ahora, se apuntaba al cambio clim¨¢tico como uno de los mayores desaf¨ªos para las finanzas mundiales. El FMI pone por fin negro sobre blanco a las principales cifras que supondr¨¢ alcanzar la plena descarbonizaci¨®n en 2050 bajo una gran premisa: no hay alternativa.

Seg¨²n el FMI, la inversi¨®n anual necesaria para alcanzar los objetivos de 2050 pasa de entrada por unos cinco billones de d¨®lares (4,73 billones de euros) hasta 2030, en especial en los pa¨ªses con mayores emisiones de di¨®xido de carbono. Pr¨¢cticamente el 70% de ese capital deber¨¢ ir al sector energ¨¦tico, que afronta el reto de prescindir de los combustibles f¨®siles. De financiarse con capital p¨²blico, ese monto supondr¨ªa elevar la deuda p¨²blica global en entre un 45% y un 50% del PIB mundial. Las obligaciones que ahora acumulan las administraciones de todo el planeta se sit¨²an en el 92% del PIB, seg¨²n un reciente estudio del fondo. A pesar de haber cedido en los ¨²ltimos dos a?os, se trata de una cota hist¨®ricamente alta a causa del gasto realizado durante la pandemia para salvar empresas y puestos de trabajo. ¡°La elevada deuda, el aumento de las tasas de inter¨¦s y las perspectivas de crecimiento m¨¢s d¨¦biles har¨¢n que las finanzas p¨²blicas sean a¨²n m¨¢s dif¨ªciles de equilibrar¡±, apunta el informe del fondo.

El FMI reclama a los pa¨ªses m¨¢s medidas para sacar presi¨®n a las arcas p¨²blicas. La principal v¨ªa, para el fondo, debe ser un sistema de costes sobre el carbono. Ya hay 50 pa¨ªses que lo han adoptado y otros 23 que contemplan hacerlo. En el caso de la Uni¨®n Europea, hay un mecanismo que se prev¨¦ que sea ampliado en los pr¨®ximos a?os, englobando tambi¨¦n a los autom¨®viles y los edificios. En Estados Unidos, ese impuesto no se ha podido implantar a nivel federal, si bien algunos Estados s¨ª lo han puesto en marcha.

El fondo, no obstante, es consciente del coste pol¨ªtico que puede acarrear que toda la acci¨®n pol¨ªtica descanse en ese tributo. ¡°La fijaci¨®n del precio del carbono por s¨ª sola no es suficiente y debe complementarse con otros instrumentos de mitigaci¨®n para abordar las fallas del mercado y promover la innovaci¨®n y el despliegue de tecnolog¨ªas bajas en carbono¡±, apunta el documento, que a?ade: ¡°Una propuesta pragm¨¢tica y equitativa exige un precio m¨ªnimo internacional del carbono, diferenciado entre pa¨ªses con diferentes niveles de desarrollo econ¨®mico. Los ingresos por carbono asociados podr¨ªan compartirse en parte entre los pa¨ªses para facilitar la transici¨®n verde¡±.

¡°Trilema pol¨ªtico¡±

El organismo con sede en Washington, de hecho, admite que los Estados afrontan un ¡°trilema pol¨ªtico¡± entre lograr objetivos clim¨¢ticos, la sostenibilidad fiscal y la viabilidad pol¨ªtica. ¡°En otras palabras, perseguir dos de estos objetivos tiene el costo de sacrificar parcialmente el tercero¡±, apunta el fondo de una entrada de su blog publicada esta tarde. Por ello, la instituci¨®n propone ¡°medidas audaces, r¨¢pidas y coordinadas¡±, tanto de gastos como de ingresos, para seguir adelante con la reducci¨®n de las emisiones. Entre ellas, aboga tambi¨¦n por ¡°transferencias fiscales s¨®lidas a los hogares, trabajadores y comunidades vulnerables¡±.

Si se consigue hallar la f¨®rmula adecuada, el incremento de la deuda puede limitarse a entre un 10% y un 15% del PIB, aunque depender¨¢ de las condiciones en las que se halle la econom¨ªa. El fondo mete presi¨®n, en cualquier caso, a los pa¨ªses. Y no solo por la urgencia clim¨¢tica, sino tambi¨¦n porque retrasar esas actuaciones no hace m¨¢s que encarecerlas. ¡°Cada a?o de retraso se estima que puede contribuir con un porcentaje de entre el 0,8% y el 2% a la deuda p¨²blica¡±, explica la instituci¨®n.

El desaf¨ªo, recuerda el fondo, es particularmente grande para los pa¨ªses emergentes, que suponen el 70% de las emisiones contaminantes. Estas ya est¨¢n acusando una elevada deuda y unos costes crecientes de sus tipos de inter¨¦s. El organismo propone, en ese caso, desplegar un amplio paquete que va desde una mayor eficiencia en el gasto, una movilizaci¨®n de los ingresos, un papel m¨¢s importante para el sector privado y financiaci¨®n externa. De hecho, el FMI se ofrece a poner fondos a largo plazo a trav¨¦s de mecanismos ya existentes. ¡°Ning¨²n pa¨ªs puede resolver la amenaza clim¨¢tica por s¨ª solo. El sector p¨²blico tampoco puede actuar por s¨ª solo. El sector privado tiene que satisfacer la mayor parte de las necesidades de financiaci¨®n clim¨¢tica¡±, remacha el informe.

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